Ni el alcalde de Limón, Néstor Mattis Williams, ni el empresario pesquero Gílbert Bell Fernández saben quién construyó el muelle ilegal en Portete de Limón, que presuntamente fue usado por narcotraficantes.
Así lo dieron a conocer, este jueves, ambos personeros durante una comparecencia de tres horas en la Comisión Permanente Especial de Seguridad y Narcotráfico del Congreso.
Mattis afirmó que tiene 14 años de no visitar Portete (). Alegó que se enteró de la situación irregular el 4 diciembre del 2014, cuando el Ministerio de Seguridad presentó una denuncia.
Dijo qu, en enero pasado, funcionarios municipales fueron en tres ocasiones al embarcadero a poner sellos de clausurado, pero en ninguna de las visitas encontraron al propietario ni nadie que les indicara cómo ubicarlo.
Mattis comunicó que ese terreno no es municipal, pues pertenece al Instituto Costarricense de Turismo (ICT).
Por su parte, Gílbert Bell, que según una investigación del Ministerio Público, dada a conocer el 18 de agosto pasado, es el principal sospechoso de financiar esa obra, se abstuvo de precisar el origen de la construcción.
Bell alegó que, como el asunto está en manos de la Fiscalía, no podía hablar sobre un caso en proceso de investigación, pues así lo establece la legislación.
Sin embargo, en algún momento de su relato, explicó que no es solo un muelle, sino siete atracaderos y que en el proceso penal hay siete imputados. Este se tramita por el delito de usurpación de terrenos de dominio público.
Antecedente. La presencia del alcalde y del empresario en la Comisión se debió a que los diputados quieren determinar si hubo anomalías en esa construcción, que fue allanada en agosto por las autoridades judiciales y del Ministerio de Seguridad Pública.
En aquel momento, se informó de que el muelle construido ilegalmente en la zona marítimo-terrestre de playa Portete, fue utilizado por narcotraficantes, según confirmó la Policía de Control de Drogas (PCD).
El Juzgado Penal de Limón ordenó al Servicio Nacional de Guardacostas tomar posesión de la zona, situación que generó la queja de pescadores limonenses, quienes alegaron que se habían quedado sin un lugar para desembarcar el producto.
Hechos aledaños. Además, durante la sesión también compareció Gustavo Meneses Calvo, presidente ejecutivo del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), quien confirmó que esa entidad no tenía ningún control sobre ese embarcadero. Dijo desconocer si allí descargaron pescado.
Manifestó que en playa Portete, la entidad opera un muelle viejo, que tiene supervisión estatal.
Meneses reconoció que Gílbert Bell se desempeña como asesor de Incopesca hace unos seis meses y desde mucho tiempo atrás recibe combustible a un precio más bajo del que se les vende a los otros costarricenses.
Sobre el nombramiento como asesor, explicó que se hizo por recomendación del representante de la institución en Limón.
En tanto, Bell comentó que él fue propuesto para ese cargo por una asociación de pescadores.
Ante una pregunta de un legislador, Gílbert Bell negó que a él se le conozca con el sobrenombre de Macho Coca. “A mí todo el mundo me dice Gílbert Bell o Macho”, concluyó el empresario.