Los 17 hombres asesinados en 85 días transcurridos de este año en el cantón central de Puntarenas, así como el hecho de que el último fue decapitado y su cuerpo encontrado el pasado lunes cerca de La Angostura, son parte de los hechos que movieron al Ministerio de Seguridad a contrarrestar la ola delictiva.
Aunque en la plaza de Fray Casiano, Chacarita, se encontró el mismo lunes una cabeza en una bolsa plástica negra, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Puntarenas todavía este viernes no sabía si se trata de restos de una misma persona, ni la identidad, pues siguen a la espera de resultados de Patología Forense.
Lo que sí queda claro es que el nivel de ensañamiento pasó a un nivel mucho más alto en la zona, donde se registra un homicidio cada cinco días.
Por eso la Policía busca refrenar delitos, específicamente en Chacarita, El Roble y Barranca, distritos que este año han generado todas las víctimas del cantón central, salvo un caso en Chomes.
Este jueves, el director general de la Fuerza Pública, Daniel Calderón, dijo que lo del decapitado es un claro reflejo de la situación de violencia que vive el país.
“Es lamentable, es preocupante, esas estructuras le han perdido el respeto a la vida e intentan mandar señales a través de hechos tan violentos como ese”, expresó.
Para el jefe policial, el constante decomiso de armas de alto calibre también es muestra del recrudecimiento de la violencia.
Niños en narco
Afirmó que tiene muy claro que en Puntarenas hay muchos jóvenes e incluso niños de 12 años en adelante, dedicados al tráfico de drogas y que, por rivalidades, las bandas generan esos hechos de violencia.
Para repeler esas acciones, la Policía controla los puntos de acceso entre sectores por vía terrestre y focaliza operaciones con Guardacostas en la zona del estero, pero en los últimos días fue necesario desplazar más recursos, incluso personal de vigilancia aérea.
Martín Arias, director de Guardacostas, afirmó que están integrados de lleno en la misión de llevar de nuevo la confianza a las personas de bien que viven esas comunidades y bajar los niveles de violencia de los últimos días.
Semanas atrás, en Bellavista de El Roble, un policía de la delegación local resultó herido en la cabeza, luego de que turbas de jóvenes atacaron la caseta y lanzaron piedras. Lo mismo ha sucedido con patrullas en barrios conflictivos.
Calderón dijo que se ha coordinado mucho con la Fiscalía Penal Juvenil, para hacer más efectiva la lucha contra personas y organizaciones criminales.
Lamentó que hay una gran demanda de droga por parte de un porcentaje de quienes viven en la zona y tienen severos problemas de adicción, por lo que llamó a visualizar un plan que permita sacarlos de esa situación con tratamiento médico.