Más de 1.000 pequeñas erupciones tipo géiser, detectadas entre el lunes y el viernes de esta semana, concluyeron al secarse el lago cratérico del volcán Poás, ubicado a unos 2.687 metros sobre el nivel del mar, en Alajuela.
Javer Pacheco, vulcanólogo del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), aseguró que será cada vez más común que poblados como Grecia, Sarchí y Zarcero perciban e informen a esa entidad sobre olores a azufre, detectados principalmente por personas sensibles a estos gases.
Hasta el momento esas emanaciones no han afectado la parte del mirador, donde desde enero de este año entraron a regir restricciones y solo se permite a los visitantes permanecer en esa área por 20 minutos y se les exige usar el casco de seguridad.
Esas medidas se tomaron al reactivarse erupciones de hasta 500 metros de altura, las cuales luego cesaron. El Comité Asesor Técnico en Vulcanología de la Comisión Nacional de Emergencias es el que evalúa periódicamente las condiciones de ingreso a ese parque nacional.
El olor a azufre, cloro y otros gases recientemente percibidos por algunos vecinos de Grecia se debe, principalmente, a la escasa presencia de viento en la cima. Geoffroy Avard, otro vulcanólogo del Ovsicori, explica que cuando la velocidad del viento disminuye, el gas emitido por el volcán se concentra y se acumula y, al desplazarse ligeramente hacia el oeste, los residentes de los cantones cercanos reportan su presencia.
Se espera que la próxima semana aumenten las ráfagas de viento, lo que podría temporalmente solucionar esa afectación, aunque durante el resto de la estación seca volverá a intensificarse, incluso no se descarta que pueda afectar algunos cultivos, plantas y pasto, debido a la acidez del dióxido de azufre, cloruro y flúor que componen estas nubes de partículas, conocidas como lluvia ácida seca.
La amplia masa de agua que tenía el lago se disipó, lo que ocasiona que las fumarolas ahora emitan gases directamente a la atmósfera, así como algunos borbollones en dos pequeños charcos que subsisten.
Una de las fumarolas que está al sur del cráter está muy activa y además de gases produce combustión de azufre y genera incadescencia que es captada por las cámaras de video durante las noches. Se trata de una condición que también obedece a la desaparición del lago.
La ausencia de viento permite a satélites como Sentinel, realizar mediciones de gases como dióxido de azufre emitido por los volcanes activos de nuestro país, pero de momento está dentro de valores normales. El Poás registró el viernes una masa de 56 toneladas dispersándose predominantemente hacia el norte.
Según Javier Pacheco, el volcán Rincón de la Vieja, situado entre Upala y Liberia, también genera nubes de gases por lo que residentes de poblados cercanos a las faldas como Curubandé, Borinquen y Quebrada Grande también han percibido olores a gas.
Este especialista explicó que dicho volcán cuenta con una laguna cratérica que se ha secado considerablemente, lo que facilita la emisión constante de gases que, en ausencia de viento, concentran una mayor acidez.