Otros 46 nicaragüenses intentaron cruzar por la fuerza este lunes de Paso Canoas, en la frontera con Panamá, hacia territorio costarricense, en su afán por llegar a su país de origen.
Sin embargo, la frontera está cerrada para el paso de estos migrantes, no solo por la pandemia de covid-19, sino también hasta que Costa Rica llegue a un acuerdo con Nicaragua que garantice que serán recibidos en la frontera con Peñas Blancas, en el extremo norte del país.
La información fue confirmada por Eduardo Solano, viceministro de Seguridad Pública, quien está en la zona atendiendo la situación.
Según explicó, el amago de violencia se suscitó a eso de las 8:15 a. m. y obligó a que las autoridades ticas y panameñas intervinieran. Algunos de los extranjeros, en protesta, bloquearon el paso de mercancías, pero la situación se normalizó dos horas después, a eso de las 10:30 a. m.
El viceministro aclaró que en esta época es muy frecuente que nicaragüenses viajen desde su país y desde Costa Rica hasta Panamá para participar en la corta de caña de azúcar. No obstante, la temporada está terminando y ahora intentan regresar a su nación.
El fin de semana otro grupo de 120 ciudadanos también procuraron pasar. En aquel momento hubo mucha zozobra, porque el gobierno nicaragüense, en un principio, les denegó la entrada. Empero, luego de negociaciones, el convoy logró cruzar hasta Peñas Blancas.
Solano aclara que ahora pretenden negociar con Nicaragua para habilitar un puente humanitario todas las veces que sea necesario. Aunque no tiene datos oficiales de cuántos migrantes están en Panamá producto de la zafra, dijo que publicaciones internacionales hablan de entre 10.000 y 15.000 nicaragüenses.
De llegarse a un acuerdo para facilitar el traslado de estos migrantes, cada interesado costearía el pasaje en autobús. Costa Rica brindaría el transporte directo de frontera a frontera, previa toma de temperatura y desinfección de manos.
Según el viceministro, desde el 22 de junio han realizado dos movimientos exitosos de este tipo. Los convoyes viajan escoltados y en el viaje de 12 horas solo se hace una parada para ir a servicios sanitarios o alguna emergencia. No han tenido que rechazar a nadie porque tenga síntomas asociados al nuevo coronavirus.
Agregó que acuñaron el término “emburbujados”, para explicar que viajan protegidos con mascarillas y aislados de otras poblaciones.