Las autoridades policiales están atadas de manos para intervenir en los constantes tumultos que se forman en las afueras de bares de San José u otras comunidades del país, pues solo pueden “invitar” a las personas a respetar el distanciamiento social.
Ya sea por hacer fila para ingresar a un comercio o por ingerir bebidas alcohólicas a la orilla de la calle, estas aglomeraciones se han hecho cada vez más frecuentes las noches de fin de semana, a pesar de la pandemia.
Barrio La California, en San José; San Carlos, en Alajuela; Santa Cruz, Guanacaste; o Limón, son solo algunas de las comunidades donde ocurren estos problemas, en momentos en los que el país está en la peor crisis sanitaria producto de la pandemia: con 11.200 nuevos contagios de covid-19 en una semana y los hospitales al máximo de su capacidad.
Voceros de la Policía Municipal de San José y del Ministerio de Seguridad Pública reconocen que, al encontrarse con una situación de este tipo en las calles, solo les queda invitar a los concurrentes a retirarse y apelar a la responsabilidad individual.
En donde suceden con más regularidad las aglomeraciones es en La California, sitio en el que, según el director de la Policía Municipal de San José, Marcelo Solano, hay poca preocupación de los bares por atender el problema.
“El comercio trata de desmarcarse de lo que ocurre en la calle. Aunque esa concentración de personas tiene como detonante la actividad comercial, es decir, mucha gente va a hacer fila para entrar a un bar, lo que pase de la puerta hacia afuera, el comercio siempre trata de desmarcarse.
“También pasa que cuando los bares cobran entrada, algunas personas prefieren quedarse tomando bebidas en las afueras, porque ahí también les llega la música y hay ambiente. La gente solo busca un lugar para aglomerarse y estar con sus pares, entonces ahí arman su fiesta sin necesidad de ingresar”, explicó Solano.
El director argumenta que los locales comerciales deberían velar porque sus áreas externas no se conviertan en “un bar a cielo abierto”, ya que reconoce que las autoridades no tienen mucho margen de acción.
“En este tipo de intervenciones, la Policía lo que hace es que invita a las personas a respetar el distanciamiento y desistir del consumo de bebidas alcohólicas en la calle”, agrega.
Problemas similares se registran en zonas como San Carlos, en donde el jefe de la Policía Municipal, Keylor Castro, asegura que han encontrado hasta 100 personas en las afueras de un negocio ingiriendo licor.
“Algunos comercios que tienen patente para vender licor y deberían vender para llevar, abren una ventanilla para vender comida rápida, pero por esa ventana también venden cerveza y otras bebidas alcohólicas.
“Entonces la gente se aglomera en los alrededores y a veces dan la 1 a. m. y hay cientos de personas reunidas ingiriendo. Eso es una problemática recurrente”, exclamó el jefe policial.
A cientos de kilómetros, en Santa Cruz de Guanacaste, la situación se repite.
“Las personas lo que hacen es trasladarse de los bares y restaurantes a las afueras de ‘minisupers’ o licoreras para seguir consumiendo. Algunas aglomeraciones no son en las afueras ni en el predio, sino en la propia calle.
“En ese caso la Policía hace el decomiso de licor e invita a las personas a irse del lugar. El Ministerio de Salud ya nos ha dicho que está preocupado por esto”, relata Arlethe Díaz, jefa de la Policía Municipal en ese cantón.
Y al otro lado del país, en la región caribe, el asunto es muy similar. Inclusive ocurre en otro tipo de comercios.
“Un caso muy sonado fue el del Wolf Mall Center, el año pasado, cuando habían anunciado una promoción y se hizo una gran aglomeración de personas en las afueras del local”, mencionó el jefe de la Policía Municipal de Limón, Jeison Arce.
Apenas un llamado de atención...
Sobre este tema, el viceministro de Seguridad Pública, Eduardo Solano, también confirma la dificultad de impedir los tumultos.
“A menos de que estén cometiendo algún delito o contravención, no se puede hacer ningún tipo de uso de la fuerza para evitar esas aglomeraciones en la calle”, aseveró.
El viceministro alega que las autoridades se limitan a hacer la advertencia al bar, ya que su alcance legal llega hasta ahí. Asimismo, considera que una buena estrategia es apostar por la “responsabilidad individual”.
“También hacer un llamado de atención a las personas que están aglomeradas y pedir que se habilite el espacio mínimo que establecen las medidas sanitarias”, dice Solano sobre una de las medidas para dispersar alborotos.
Además, desde este martes en la noche, la restricción vehicular sanitaria será de 9 p. m. a 5 a. m. de lunes a domingo, con lo que se pretende, entre otras cosas, frenar este comportamiento.
El pasado viernes, un equipo de La Nación realizó un recorrido por las calles de La California y pudo observar varias aglomeraciones en las afueras de algunos comercios, inclusive a personas sin mascarilla.
Por ejemplo, al frente de un negocio de venta de cocteles se encontraban varios grupos de jóvenes agolpados mientras esperaban por entrar al sitio o ingerían bebidas en la acera del frente.
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Socio de bares niega aglomeraciones
Aunque las autoridades confirman las continuas aglomeraciones en esta zona josefina, el presidente de la Asociación de Vecinos y Empresarios de barrio La California (Asocali), Andrés Herrera, niega la frecuencia de dichos tumultos.
Herrera también es gerente general del Grupo Distrito Carmen, encargado de operar los bares La Concha de la Lora, Mercado La California, Casa Felix y Selvática, todos ubicados a lo largo de la calle 21.
“En ocasiones me parece que tal vez sí se han hecho filas en algunos negocios, pero creo que es en muy pocos y sobretodo en uno que se llama La Destilería, que lo inauguraron hace poco.
“El día que abrió y unos días después hubo una fila medio grande en las afueras. El problema creo que consistió en que el negocio a lo interno ya estaba lleno, pero habían personas afuera haciendo fila a pesar de que les explicaron que no iban a poder entrar”, dijo el empresario.
La Nación intentó contactar a los dueños del establecimiento que mencionó Herrera, pero nunca contestaron las llamadas telefónicas.
El presidente de la Asocali también manifestó que antes de la pandemia su asociación trabajaba de cerca con la Fuerza Pública para controlar y ordenar la aglomeración en la vía pública.
Sin embargo, afirmó que desde el inicio de la emergencia sanitaria perdió comunicación las autoridades y que hasta “hace muy pocas semanas” siente que la afluencia en La California “aumentó un poco”.
“Desde la semana pasada iniciamos comunicación con el nuevo jefe de la Fuerza Pública del Carmen, teniente Paul Morales, y le solicitamos reunirnos para, nuevamente, en conjunto, coordinar acciones que nos permitan tener un barrio seguro, ordenado y que cumpla con los lineamientos establecidos por el gobierno.
“El objetivo es que los comercios podamos hacer nuestro trabajo a lo interno, garantizando la seguridad de las personas mediante el cumplimento de los protocolos sanitarios, y que la Fuerza Pública nos colabore a lo externo, en caso de que por alguna razón atípica se hagan aglomeraciones en vía pública”, expresó Herrera.
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Misma situación con supermercados
El director de la Policía Municipal de San José, Marcelo Solano, comentó que los mencionados tumultos también ocurren con regularidad en las afueras de supermercados, sin especificar una compañía en particular, ya que ahí consiguen bebidas más baratas que en bares.
Solano sí confirmó que esto ocurre con más facilidad con un local de AMPM en los alrededores de La California.
“En ese supermercado grupos de personas compran las latas de cerveza a un precio más barato, se las toman afuera y ya luego entran al bar a estar ahí sin consumir bebidas porque les sale más caro.
“En ese caso, el supermercado desmarca cuando se realiza el control policial. Se le hace un primer reproche al supermercado de que no pueden vender licor para consumir en sitio, pero dicen que una vez que los consumidores están afuera ya no están en el local”, contó el policía.
La Nación le consultó a AMPM por este tema y la empresa señaló que ha reforzado la seguridad de las tiendas con mayor afluencia de personas durante las noches y los fines de semana, con el fin de controlar el aforo.
“Cuando se han presentado situaciones que generan aglomeraciones de personas en las afueras de alguna de nuestras tiendas, activamos un protocolo donde restringimos el ingreso a nuestras instalaciones o cerramos la tienda para evitar aglomeraciones que puedan alterar el orden público.
“Igualmente, en caso de ser necesario activamos los protocolos de atención del caso, que incluyen la debida coordinación con las autoridades para evitar cualquier aglomeración que pueda poner en riesgo la salud”, agregó Donald Fonseca, vocero de la cadena de supermercados.
AMPM reconoció que en las afueras de su local cerca de La California se han presentado concentraciones de personas, pero indicó que, de acuerdo a sus políticas, los administradores de la tienda tienen que responder al llamado de las autoridades para evitar tumultos en las afueras.
“Esto pasa porque hay muchos bares por la zona. De hecho se tomó la decisión de que esa tienda, hasta nuevo aviso, va a cerrar a las 10 p. m., porque el tema más complicado se nos da en las últimas horas de la noche”, concluyó la compañía.
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