Al mediodía de este miércoles la Policía interceptó un semisumergible cargado con droga a 53 millas náuticas (unos 98 kilómetros) de Flamingo, en Guanacaste, según comunicó el Ministerio de Seguridad Pública (MSP).
En la operación participaron personeros del Servicio Nacional de Guardacostas, Fuerza Pública, la Policía Control de Drogas (PCD), así como oficiales y una aeronave del Servicio de Vigilancia Aérea.
De acuerdo con Martín Arias, viceministro de Seguridad, desde hace tres días Costa Rica había cruzado información de inteligencia con la Policía colombiana, lo que permitió la persecución de la embarcación y la detención de tres sospechosos que viajaban en el interior de la máquina.
Arias detalló que en el interior de la nave venían unos 70 bultos en los que se presume que hay droga. De todo el alijo, 30 o 50 paquetes serían de marihuana, agregó el funcionario que también es el director de Guardacostas.
De los sospechosos, precisó que son dos nicaragüenses y un costarricense, cuyas identidades no trascendieron. No obstante. Arias dijo que están pendientes de confirmar si se trata de personas que estaban presas en una cárcel en Colombia por delitos de narcotráfico y que habrían aprovechado una fuga masiva en días recientes.
Los detenidos, la nave y la droga llegaron este miércoles por la tarde a la Estación de Guardacostas, en Flamingo, donde ya los esperaban el ministro de Seguridad, Jorge Torres y el fiscal adjunto contra crimen organizado, Javier Valerio.
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Al servicio del narcotráfico
El decomiso de semisumergibles en aguas costarricenses o encallados en playas no son muy frecuentes, pero sí es un vehículo de trasiego muy conocido por las autoridades.
Estos semisumergibles son conocidos como embarcaciones de bajo perfil (LPV por sus siglas en inglés). Se les llama así, porque, una vez cargados con la cocaína, navegan entre 10 a 20 centímetros sobre el nivel del agua.
Tienen entre 15 y 20 metros de eslora (largo) y una autonomía de entre 6 y 10 días. En su interior pueden viajar hasta tres tripulantes. Se mueven a 25 kilómetros por hora con dos o tres motores de gasolina.
Las características de estas naves las convierte en muy difíciles de detectar en el agua, pues por el color se confunden con las olas y al no tener nada que sobresalga, no la divisan los aviones de reconocimiento, ni tampoco son identificados por los radares.
Algunas, en otras naciones, han sido descubiertas por radares infrarrojos.
El caso más reciente en el que se conoció el uso de semisumergibles trascendió en setiembre del año pasado, cuando la policía desarticuló una organización criminal conformada por 45 miembros, que incluía varios clanes familiares de papás, hijos y hermanos y que operaba en Sierpe, Puerto Cortés, Coronado y Punta Mala en Osa, Puntarenas. Se presume que el grupo operaba como intermediario con vendedores de estupefacientes en Suramérica y que luego repartía cocaína y marihuana a diferentes bandas en Costa Rica.
Concluida toda la operación, en aquel momento las autoridades decomisaron 8,5 toneladas de droga, de estas 4.728 paquetes de marihuana y 3.456 paquetes de cocaína, cada uno con un peso aproximado a un kilogramo. Así como ¢13,9 millones, 36.000 pesos colombianos, $6.713, ocho embarcaciones, un semisumergible, dos vehículos, gran cantidad de armas de fuego y municiones.
Semisumergibles como herramienta narco
Estos dispositivos, construidos en fibra de vidrio, se camuflan en las aguas oceánicas y facilitan el tráfico ilícito de drogas.
FUENTE: SERVICIO NACIONAL DE GUARDACOSTAS. || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
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