El Organismo de Investigación Judicial (OIJ) confirmó este sábado la captura de Alfonso Castro Núñez, el prófugo de la justicia que escapó de las instalaciones del OIJ en Sarapiquí el 7 de marzo.
Fue detenido este viernes a eso de las 11:30 p. m., en Cubujuquí de Las Horquetas, en una vivienda donde se ocultaba, agregó la Policía Judicial.
Decenas de agentes de la Fuerza Pública y el OIJ llegaron hasta la vivienda donde, una vez que la rodearon, le ordenaban al sujeto que saliera por su propia voluntad, pero no atendió a los llamados.
Poco después, los policías escucharon a una persona dentro de la casa que pedía ayuda, por lo que amparados en lo que les indica el Código Procesal Penal, decidieron ingresar a la vivienda con los agentes del Servicio Especial de Respuesta Táctica (SERT) y procedieron con la detención.
Nilsen Pérez, jefe del OIJ de Heredia, explicó que al ingreso los oficiales vieron al sospechoso amenazando, aparentemente con un arma blanca, a una mujer que estaba dentro de la casa.
Delitos adicionales
Castro se fugó el 7 de marzo, mientras esperaba ser trasladado a las celdas de Adaptación Social, luego de que el Juzgado Penal de Sarapiquí le dictara dos meses de prisión preventiva, como sospechoso de siete violaciones.
Esos ultrajes habrían sido cometidos entre julio del 2020 y enero del 2021 en Colonia Victoria de Las Horquetas y sus alrededores.
El domingo del escape pidió una ducha y, a eso de las 6:15 p. m., no se le vio más. Entonces comenzó una intensa búsqueda que se mantuvo hasta el viernes.
Durante ese tiempo cometió varios robos y asaltos, por lo que también deberá responder ante las autoridades por otros delitos adicionales. Se le estaría vinculando como sospechoso de tres robos agravados, la evasión y otra causa por violación de domicilio.
El caso más reciente ocurrió en la casa de su compañera sentimental, Brigette Méndez, en Sarapiquí, de donde al parecer sustrajo un celular y una bicicleta.
El 19 de marzo la madre de Castro le pidió que se entregara por su propio bien, para que nadie le hiciera daño, pero el llamado tampoco fructificó.
Fin de faena
Castro, de 30 años, se tornó escurridizo y, pese a operativos que en algunos casos reunieron a más de 150 de policías, perros entrenados y drones, fue imposible capturarlo mientras estuvo en las montañas.
El OIJ tuvo que replantear la búsqueda y la noche de este viernes ingresó a la vivienda donde se ocultaba.
Nilsen Pérez, dijo que pese a múltiples acciones, algo que dificultó la pronta detención fue que posiblemente en algunos lugares le brindaron alimentación y ayuda al prófugo, para evadir la acción policial.
En la búsqueda estuvieron policías judiciales de Heredia, San Carlos y Sarapiquí, así como personal del Ministerio de Seguridad.
Las fotos de su rostro y los tatuajes que tiene circularon por las delegaciones, pero, aun así, Castro se mantuvo en fuga entre las montañas y potreros de la zona.
Este sábado en la madrugada, una vez detenido, fue llevado al hospital para una revisión médica y luego a las celdas del Segundo Circuito Judicial de San José, en Goicoechea.
“Simultáneamente se le informó a personal del Ministerio de Justicia sobre la detención del mismo, para que ellos manifiesten a qué centro penal hay que enviarlo, ya que cuenta con orden de remisión para que descuente prisión preventiva”, dijo Pérez.
Aprovechó impasse
Un prolongado impasse o compás de espera fue denunciado al día siguiente de la fuga, por Walter Espinoza, director del OIJ, quien dejó ver que no se atendió de manera diligente la solicitud de traslado que ellos hicieron a Adaptación Social, luego de que el Juzgado dictó prisión preventiva contra Castro.
El Ministerio de Justicia respondió que tuvieron dificultades debido a una supuesta orden de un juez penal y un defensor público, para que Castro no fuera ingresado a ninguno de los Centros de Atención Institucional (CAI) del Complejo Occidente, en Alajuela, o de Pococí.
Añadieron que a eso se unió la acotación del Poder Judicial en el sentido de que Castro era de baja peligrosidad.
El Poder Judicial desmintió que un juez hubiese hecho tal solicitud y niegan que se haya tipificado como de baja peligrosidad a esa persona.
Por su parte, la Defensa Pública manifestó que como el expediente está en etapa de investigación, el Código Procesal Penal dispone en su artículo 295 la privacidad de las actuaciones en dicha etapa.
Sin embargo, dejaron claro que ellos no realizan valoraciones con respecto a la peligrosidad o no de una persona usuaria, de modo que desmintieron lo que afirmó Justicia.