Con el fin de ajustarse a la lucha contra bandas organizadas, el Ministerio de Seguridad Pública anunció este jueves que va a formalizar en seis meses la nueva Dirección de Inteligencia y Análisis Criminal, que también va a analizar los casos de corrupción a lo interno de la Fuerza Pública.
El ministro de esa cartera, Jorge Torres, indicó en conferencia de prensa que en estos tiempos ya no se puede combatir el crimen con un uniformado y una vara policial, de modo que ya coordinaron con el Ministerio de Planificación para reorganizar los cuerpos policiales y se está afinando el perfil de la persona que va a ocupar la nueva dirección de inteligencia.
Dijo que se trata de una planificación estratégica que permita ver a futuro, anticipar un fenómeno y enfrentarlo de la mejor manera. “Es utilizar un método científico desde la planificación hasta la ejecución de información certera, que cuando movamos la Policía es porque vamos con una información casi exacta”, sostuvo.
Con la dirección de inteligencia se busca formar más policías para afrontar grupos organizados como el de Alejandro Arias Monge, alias Diablo, uno de los delincuentes más buscados por la Policía, quien según Torres está libre por la misma corrupción a lo interno de cuerpos policiales, pues él sabe de antemano cuáles son los movimientos en su contra para capturarlo.
“No se ha visto con inteligencia, se ha hecho como apagar un incendio. Llegamos con 300 policías a hacer una contención, pero así no se podría capturar una estructura de ese nivel, porque sabemos que se ha metido la corrupción. Cuando la Policía se está moviendo ya él lo sabe. La información la maneja mucha gente y posiblemente él la va a tener primero”, acotó, al admitir que esa estructura penetró los cuerpos policiales.
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Según Torres, con la nueva unidad se va a tener gente con otra formación y otros procesos de análisis, para alimentar con teorías más precisas a los tomadores de decisiones. “La unidad existía como tal, cumpliendo con algunos procesos, lo que queríamos era llegar a una dirección y meterle más gente para hacerla más robusta y cambiarle el pensamiento. Vamos a meterle academia”, dijo Torres.
Coordinación con OIJ
Al darle ese músculo de investigación criminal, no se busca competir con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), pero buscan tener un brazo propio en la lucha criminal e incluso luego buscarán una reforma legal que les permita poder judicializar los casos directamente, como lo hace su Policía de Control de Drogas, pero según Torres no es suficiente que solo lo pueda hacer ese cuerpo del Ministerio de Seguridad.
“Somos la única policía de Centroamérica que no tiene esa potestad dentro del poder Ejecutivo. Quizá por esas razones muchas veces no somos tan efectivos para poder llevar hasta el estrado judicial a un delincuente y estamos en conversaciones para eso”, dijo el jerarca, al indicar que muchas de las personas a las que detiene constantemente la Fuerza Pública salen libres y presentan muy alta reincidencia.
Añadió que la labor de la nueva unidad no tiene nada que ver con la inteligencia de Estado ni las amenazas contra el Estado que están a cargo de la Dirección de Inteligencia y Seguridad (DIS).
Por su parte, la ministra de Planificación, Laura Fernández, dijo que el proceso se lleva adelante sin que eso implique aumentar el gasto público ni la creación de nuevas plazas, pues solo se ordena el personal que ya existe. Sobre la capacitación indicó que esos costos ya están incluidos en el presupuesto institucional.
Cambios en Policía de Fronteras
En la actividad, el viceministro Daniel Calderón dijo que se va a revertir una decisión tomada años atrás cuando se sacaron unos 300 hombres de la Fuerza Pública para trabajar en una división aparte para las fronteras, lo cual fue objetado por informes de la Contraloría General de la República.
El ente contralor cuestiona la presencia de dos tipos de policías trabajando en una misma zona geográfica, pues las delegaciones del Fuerza Pública y la Policía de Fronteras están en Peñas Blancas y en Paso Canoas.
“Lo que se está haciendo es una reorganización interna para devolver la Policía de Fronteras a la Fuerza Pública como una dirección de fronteras y darle el mando, ahora sí, en toda la frontera, a esa dirección. Eso nos va a llevar a un análisis completo del despliegue operativo y hacer una administración más eficiente de todo el recurso que tenemos ahí”, dijo Calderón.
Agregó que ahora las delegaciones de esa zona pasarán a llamarse delegaciones fronterizas, mientras que el recurso que tiene un entrenamiento especializado en fronteras va a pasar a operaciones de mayor complejidad y específicas contra el crimen organizado en ambas fronteras.
Lo anterior porque, hasta ahora, al estar con mandos divididos hay problemas de articulación, de coordinación operativa y en cuanto a las prioridades que se tienen que atacar en esas zonas donde hay presencia del crimen organizado, así como problemas particulares de seguridad ciudadana.
El traslado de la Policía de Fronteras al mando de la Dirección General de la Fuerza Pública fue avalado por el Mideplán.