Respetar el hábitat natural de los cocodrilos es el principal llamado que hacen las autoridades del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) y del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac), para evitar accidentes tan lamentables como el ocurrido el pasado miércoles 16 de febrero, cuando un pescador perdió la vida atacado por uno de estos reptiles en el río Coto, en Golfito, Puntarenas.
El mensaje incluye una excitativa a los vecinos, para que no incurran en prácticas de crueldad animal con motivos de venganza, en contra de la fauna silvestre de la zona.
Lidier Murillo Gamboa, de 43 años, conocido como Yiyo, falleció cuando se encontraba pescando con ‘’arbaleta’' (fusil de pesca submarina). Un compañero de pesca golpeó al reptil en varias ocasiones hasta que logro que liberara a su amigo y precedió a arrastrarlo a la orilla del río; no obstante, luego de que el sobreviviente salió a pedir ayuda, el animal volvió a jalar a la víctima de vuelta al agua, provocándole heridas mortales.
“Es muy doloroso lo que pasó con este señor y nos solidarizamos con sus familiares y amigos. Sin embargo, la pesca con arbaleta es una práctica peligrosa que expone a quienes la practican, o sus acompañantes a accidentes”, comentó Franklin Paniagua, viceministro de Ambiente.
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Animales territoriales
Por lo general, la fauna silvestre busca alejarse de la presencia humana, por lo que los ataques a personas por parte de un cocodrilo suelen ser eventos escasos y aislados. Estos reptiles sólo tienen a defenderse cuando se encuentran asustados o si su comportamiento ha sido alterado por individuos que los alimentan de manera frecuente. También cabe recalcar que son animales territoriales que buscan defender sus hábitats naturales, particularmente si una hembra se encuentra anidando o si un macho busca proteger su territorio.
‘’El incremento de las actividades humanas como la agricultura, ganadería, el turismo y los asentamientos humanos dentro de los hábitats o de los territorios de los cocodrilos ha incrementado que se den interacciones con estos reptiles. Hay que tener presente que el comportamiento natural de los animales silvestres e incluso de los cocodrilos va a ser alejarse de las personas, pero ellos podrían tratar de defenderse en caso de que las personas les hagamos sentir temor, les hagamos sentir acorralados, o les hagamos sentir que están siendo atacados por nosotros. Inclusive se dice que el hecho de alimentar a los cocodrilos puede generar repercusiones o efectos negativos, porque ellos nos podrían asociar con alimento, se podrían acercar a nosotros buscando ese alimento y podrían intentar atacarnos’', mencionó Angie Sánchez, coordinadora de Vida Silvestre del Sinac.
Las autoridades del Minae-Sinac le recuerdan a la población que los animales silvestres no demuestran patrones de comportamiento vindicativos, de enojo o de odio y que suelen actuar por instinto. Estos reptiles también habitan en el suelo nacional y hacerlos las víctimas de maltrato animal no va a cambiar lo ocurrido.
Por el momento, Ilsia Olivares, encargada de Vida Silvestre del Área de Conservación Osa, indicó: “vamos a hacer una investigación en el lugar para entender la dinámica ecológica y comportamiento de este cocodrilo, pues no es un comportamiento que se haya presentado en ese lugar en otras ocasiones, por lo que podría haber causas de fondo científicas que todavía necesitamos entender con mayor detalle para poder establecer las medidas técnicas pertinentes.”
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