El sujeto de apellidos Castro Núñez, acusado por siete violaciones contra mujeres, cumple tres días en fuga, periodo en el que más de 40 policías han rastreado varias partes de Sarapiquí sin poder encontrarlo.
La noche del domingo el hombre estaba en celdas del OIJ de Sarapiquí, cuando pidió que lo dejaran ducharse y aprovechó para escapar, según informó el lunes el director de ese cuerpo policial, Wálter Espinoza.
Un complicado proceso entre instituciones judiciales y de Adaptación Social coadyuvó en la fuga que implica un millonario gasto para el Estado y el peligro inminente para los pobladores.
Lo anterior porque, pese a que el día siguiente de su captura el Juzgado le dictó dos meses de prisión preventiva, a petición de la Fiscalía, casi una semana después el sujeto seguía a la espera del traslado a celdas del Ministerio de Justicia.
Walter Espinoza dijo el que desde que le dictaron prisión preventiva a Castro, el OIJ comenzó gestiones para su traslado a Adaptación Social, ya que las instalaciones de una vieja casona que ocupa el OIJ de Sarapiquí no son idóneas para tener presos tanto tiempo.
Pese a la insistencia para el traslado, no se les resolvió pronto la gestión y sobrevino la fuga.
En el Ministerio de Justicia alegaron que por orden de un juez penal y un defensor público no se le pudo recibir, pues pedían que Castro no fuera ingresado a ninguno de los Centros de Atención Institucional (CAI) del Complejo Occidente, en Alajuela, o de Pococí.
Lo anterior les dificultó trasladarlo a alguna celda donde debía permanecer cuatro días aislado por protocolo contra la covid-19, para luego pasarlo a otra.
Justicia recalcó que en esa solicitud el juez y el defensor catalogaron a Castro como de baja peligrosidad.
Este martes en la madrugada Castro fue visto en El Tigre, distrito de Las Horquetas, donde entró a la fuerza a dos casas en las que robó ropa de un tendedero para cambiarse.
Iba armado con un machete y enfrentó a Nelson Estrada, lugareño, quien se defendió con otro machete, pero apenas pudo impedir el robo de su bicicleta, pues Castro le sustrajo el celular, la billetera con ¢15.000 y una ropa que tomó del tendedero, dijo el afectado.
“Me amenazó de muerte con un machete, agarró el teléfono y la billetera y cuando vi que iba con la bicicleta lo enfrenté con el machete y por unos cinco minutos nos enfrentamos a filazos”, dijo.
Estrada añadió que Castro también intentó asaltar a una hermana que vive cerca con el esposo y un menor de edad. Estas viviendas quedan a unos ocho kilómetros del sitio donde se fugó el privado de libertad.
Afirmó que el sujeto andaba con ropa negra que le robó a su cuñado y dejó tirada una pantaloneta café y una camisa morada, que estaban embarrialadas.
Estrada fue entrevistado por los agentes del OIJ a quienes dio detalles de lo ocurrido y luego interpuso la denuncia.
Este miércoles los agentes de la Policía Judicial siguieron, infructuosamente, la búsqueda con perros adiestrados y drones, para tratar de recapturarlo y evitar que ponga en peligro a más personas.
Los informes policiales revelan que el sujeto sigue en la zona de Horquetas y por eso ahí se concentra la búsqueda, aunque la Policía recibe constantes llamadas de que lo ven por diferentes puntos de Sarapiquí tales como Flaminia, Guayacán, La Aldea, San Julián, Arbolitos y a orillas del río Sucio.
Aunque la Policía también intentó localizarlo mediante el rastreo al celular robado, solo se supo que trató de llamar a familiares y a un allegado pero luego, al parecer, se deshizo del aparato cuando estaba por la vereda del río.
El temor de muchos lugareños se debe a que Castro habría perpetrado en cuestión de seis meses la violación de siete mujeres.
El primero de los hechos con los que se le vincula ocurrió el 27 de julio del 2020 y el último caso ocurrió el 23 de enero del 2021. Esta vez, Castro habría usado un arma de fuego para someter a su víctima.
Al hombre se le individualizó por reconocimientos y varios tatuajes en su cuerpo. Fue capturado cuando realizaba una diligencia policial y puesto a las órdenes de la Fiscalía de Sarapiquí y pasado a las celdas del OIJ, lugar del que se fugó.