La vía más apetecida por los ladrones de furgones es también la más transitada por los vehículos de carga: la ruta 32, por donde transitan entre 3.000 y 5.000 camiones al día, según el Estado de la Nación 2018.
Datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) muestran que al 24 de junio del 2019 había 74 casos denunciados en todo el país, 22 más que en el primer semestre del 2018.
De los asaltos reportados en el 2018 y el 2019, el 71% ocurrieron en Limón; la mayoría en esta carretera que une la provincia caribeña con San José.
Datos alertan a transportistas
Primer semestre del 2019 lleva 22 denuncias más que en el mismo periodo del año anterior.
FUENTE: OIJ || ÉDGAR JIMÉNEZ Y YERYIS SALAS / LA NACIÓN.
Estos delitos los cometen organizaciones complejas dedicadas solo a esta actividad, afirmó el jefe de asaltos del OIJ, Joaquín Sánchez.
“Normalmente, los que roban son contratados para esa función y de ahí para arriba hay un escalafón, que llega hasta las personas que tienen los contactos con los compradores finales de la mercadería”, explicó el especialista.
En ocasiones, las investigaciones judiciales alcanzan los establecimientos que compran los artículos robados.
“No es normal que si un producto vale tal suma de dinero, uno lo encuentre en un sitio equis a la mitad de ese precio; eso es una alerta. Los ticos somos muy dados a buscar ese tipo de lugares donde todo nos salga barato”, dijo Sánchez.
En las operaciones también pueden participar los propios conductores de la empresa transportista; sin embargo, es difícil determinar cuán común es este tipo de involucramiento. “No solo en este evento. En cualquier delito, la simulación es difícil de comprobar. No podríamos hablar de una cifra, sería muy aventurado”, aseguró el investigador.
Costos y temor
“El año pasado, nos robaron tres contenedores en carretera. Este año, ya llevamos dos. El último lo asaltaron en Guápiles; en abril asaltaron otro cerca del puente del río Sucio”, relató Nelson Irias, gerente de Transportes y Servicios Portuarios.
La inquietud de Irias la comparten la Cámara Nacional de Transportes de Carga (Canatrac) y la Cámara Costarricense de la Industria Alimentaria (Cacia).
Los conductores trabajan con temor. Los empresarios afrontan el golpe del costo que implica el robo del contenedor y de los productos que lleva y, además, invierten en seguridad y han adquirido más seguros para los camiones, debido a su vulnerabilidad al robo.
En cuanto a las pérdidas por mercadería sustraída, las cifras no son precisas.
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Canatrac estima que estas llegaron a ¢5.000 millones en el 2018, incluyendo furgones y chasís.
Por su parte, los cálculos de Cacia ascienden a ¢24.000 millones solo en artículos robados en el último año, con un impacto al fisco de ¢3.500 millones.
Según Roberto Cortés, de Transeco, los ladrones van en carros alquilados a los predios y, con binoculares, revisan las placas de los furgones y buscan cuáles productos contienen a través del sistema de Tecnología de Información para el Control Aduanero (TICA).
“Usted reporta un carro de placa tal, y la misma Policía dice: ‘No podemos ir al rent a car y, sin orden de un juez, no podemos actuar'. Usted ve al maleante venir y no puede hacer nada”, indicó.
Cortés afirmó que los artículos más buscados son los alimentos, el café, los cosméticos y los licores.
“Se ha creado un ambiente tan descarado que en las mismas redes sociales venden los productos”, lamentó.
Francisco Quirós, director ejecutivo de Canatrac, apuntó que entre las medidas tomadas en el gremio está el uso de GPS y la contratación de custodios para el traslado de mercancías sensibles.
En opinión de Quirós, “la respuesta de la Fuerza Pública y el OIJ es bastante satisfactoria. Donde sí consideramos que necesitamos ser un poco más enérgicos es desde la Fiscalía, para que los casos se puedan judicializar”.
El último golpe a estos grupos ocurrió entre el jueves y el viernes, cuando la Policía Judicial detuvo a cuatro hombres, de entre 22 y 28 años, sospechosos de haber asaltado un camión con un cargamento de zapatos valorado en $12.000, el 10 de octubre pasado en la ruta 32.
El jueves hubo tres detenciones en barrio Los Cocos y en Liverpool de Limón; la cuarta ocurrió anteayer en barrio la Colina, del mismo cantón.
Cuando hay violencia, la Fiscalía califica estos casos como robo agravado; y las penas son de entre cinco y 15 años de prisión. Si no medió violencia, se investiga como robo simple (entre seis meses y nueve años de cárcel) o hurto agravado (entre uno y tres años).
En este tipo de asaltos también pueden darse otros delitos, como privación de libertad, asociación ilícita o delitos contra la vida.
Así actúan
Los asaltantes de furgones suelen atacar de dos formas, explicó el viceministro de Seguridad, Luis Carlos Castillo.
Una es cuando el conductor, para descansar o comer, detiene el tráiler a la orilla de la carretera.
En otras oportunidades, los delincuentes atraviesan un carro delante del vehículo pesado para obligarlo a disminuir su velocidad.
Los sujetos encañonan al chofer y lo amordazan. El contenedor lo llevan hasta un punto donde lo mueven a otro cabezal. La víctima puede quedar abandonada en el punto inicial del asalto o en el lugar adonde es trasladado el furgón.
En este sitio, “lo esconden para ‘enfriarlo’, es decir, para que se pase esa ‘energía inicial’ de la búsqueda. Lo pueden dejar escondido varios días”, indicó Castillo.
El Ministerio de Seguridad conoce de casos en los que las organizaciones criminales ofrecen a sus clientes los productos apenas estos han llegado al país.
“Esto pasa porque los sistemas de aduana presentan alguna vulnerabilidad. Hay investigaciones que han determinado que un grupo llega a ciertos almacenes a ofrecer mercadería de un contenedor que está en un almacén fiscal. No ha salido, pero ya hay gente ofreciendo eso”, aseguró Castillo.
Para lidiar con esta amenaza, afirmó el viceministro, las autoridades se reúnen de forma periódica con los transportistas.
Castillo les recomienda a los empresarios contratar conductores de confianza, para disminuir la posibilidad de que ellos mismos sean cómplices del robo.
Asimismo, los insta a transitar de día, de las 5 a. m. en adelante.
“La luz del día permite, tal vez, un poco más de seguridad. La respuesta puede ser más rápida. De noche son más vulnerables, máxime que muchos conductores paran a hacer alguna necesidad fisiológica, a cambiar una llanta o a comer, y en esos lugares son asaltados.
“También deben tener lugares de parqueo seguro. Que si se sienten muy cansados, se puedan quedar en alguna gasolinera o predio”, añadió.