Seis reclusas del centro penitenciario El Buen Pastor, en Desamparados, fueron trasladadas ayer a la clínica Marcial Fallas, luego de inhalar gas lacrimógeno, que usaron las autoridades de Adaptación Social para dispersarlas.
La alerta surgió alrededor de las 5:30 p. m., luego de que al menos 60 privadas, de los módulos B2 y B3, iniciaron una aparente huelga de hambre y reclamos, ante las nuevas normas sobre alimentación y comida que les hacen llegar.
El movimiento de las presidiarias fue controlado a las 8 p. m.
Reynaldo Villalobos, subdirector de Adaptación Social, aseguró que horas antes hubo un operativo, cuyo fin era ubicar sustancias y otros objetos no permitidos.
“Reclamaban por una situación de encomiendas, que luego generó acciones violentas. No hubo quema de colchones”, dijo Villalobos.