Una familia estadounidense, que visita Costa Rica por primera vez, se lleva en sus recuerdos el olor del gas lacrimógeno, la larga espera en los bloqueos y el sonido de una piedra que les rompió el parabrisas trasero de la microbús en la que viajaban.
Tres hombres, tres mujeres y una niña de dos años, oriundos de Texas, sufrieron en primera persona el impacto de la huelga este miércoles, cuando quedaron atrapados en un zafarrancho en Caldera, Puntarenas.
Uno de ellos grabó un video mientras estaban una presa provocada por un bloqueo en la ruta 23, en el momento en que la Policía responde con gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.
La gresca dejó ocho detenidos, de los cuales dos pasaron a Flagrancia y a los otros se les abrirá un proceso penal.
Las imágenes, que circulan en la red social Facebook, se acaban poco después de que pasa un contingente de antimotines; de inmediato se escucha el sonido de un objeto que quiebra un vidrio y que al parecer lesionó a uno de los ocupantes del vehículo.
Luego todo queda en negro y solo se escuchan las voces de los ocupantes y el llanto de la menor.
En otro video, se observa el daño hecho al vehículo y la voz de un hombre, identificado como Raúl González, que censura la afectación a los turistas, que pagan las consecuencias de los bloqueos.
Este ciudadano es el propietario de un negocio de autolavado y el usuario que subió los videos a Internet, indicó que después del incidente los turistas se dirigieron a su local en Jacó.
González aseguró que el impacto recibido por la microbús fue de una piedra. Además, agregó que la familia optó por no presentar denuncia ni hablar con la prensa.
“Ellos estaban muy asustados y solo querían salir del lugar”, dijo González.
Empresarios censuran afectación al turismo
La Cámara Nacional de Turismo (Canatur) condenó los hechos.
Canatur solicitó “a los líderes sindicales que continúan incitando a sus afiliados a manifestarse en las calles, que asuman la responsabilidad por estos actos y demuestren, si es que aún su movimiento tiene algo de legitimidad, que todavía pueden manifestarse con mesura sin afectar el libre y seguro tránsito de las personas y turistas”.
“Consideramos que actos de este tipo pierden por completo el sentido de una huelga pacífica y se convierten, más bien, en revueltas teñidas de violencia y vandalismo. Esta, claramente, no es la imagen que queremos proyectarle al mundo”, manifestó la presidenta de Canatur, Sary Valverde.
Por su parte, la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH) hizo un llamado a las autoridades policiales y al Instituto Costarricense de Turismo (ICT) a garantizar la seguridad de los turistas.
“No nos podemos dar el lujo de que imágenes en donde se vean afectados los ciudadanos y los turistas que nos visitan, recorran el mundo y atenten contra una de las principales actividades económicas que sucede en Costa Rica”, señaló el presidente de la CCH, Johnny Riba.
Situaciones similares ocurrieron este miércoles en medio de las protestas contra la reforma fiscal que discute la Asamblea Legislativa.
En Limón, la Fuerza Pública usó gases lacrimógenos para abrir un bloqueo en la ruta 32 que impedía el paso hacia el muelle de Moín y el plantel de la Refinadora Costarricense de Petróleo (Recope), mientras que en Paso Canoas los huelguistas llegaron a un acuerdo con la Policía para deponer un bloqueo en la frontera con Panamá.