“Nada como un tour al Cañón de Mordor, donde podemos encontrar un mundo nuevo y un lugar de paz y tranquilidad”. “Camino al Cañón de Mordor, un lugar que impresiona apenas se llega”. “Estamos en el Cañón de Mordor y, literalmente, es como entrar al mundo de las tierras volcánicas de El Señor de los Anillos”.
Esas son tres de las leyendas que se pueden encontrar en redes sociales haciendo referencia a los Quemaderos del volcán Poás, bautizados recientemente como el Cañón de Mordor.
Durante los últimos meses, el auge de este sitio ha hecho que decenas de caminantes ingresen ilegalmente a esta zona, en la cual existen diversos riesgos que las personas omiten o desconocen.
La actividad volcánica, los gases emanados por el coloso, así como el alto grado de toxicidad en el aire y el agua son apenas algunos de los peligros que existen.
Incluso, por lo árido del terreno, se puede sufrir una caída.
"La zona es bastante peligrosa por la actividad volcánica y los gases volcánicos. De hecho, el sector se llama Quemaderos, ya que por los gases volcánicos no crece la flora y hay un alto grado de toxicidad en el aire y el agua.
“Además, existe el riesgo de caerse en un acantilado o de que una piedra caiga sobre una persona”, explicó Mahyar Shirazinia, administrador Parque Nacional Volcán Poás.
Por su parte, María Martínez, experta del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori), señaló la proximidad del lugar con el cráter activo, la posibilidad de que se forme una cabeza de agua y la acumulación de gases como los principales riesgos.
"El sector oeste y suroeste, justo donde están los Quemaderos, es el área de mayor peligro. Los vientos se llevan las partículas y gases ácidos, por lo que no hay bosque, los suelos son fumigados y eso los vuelve áridos e infértiles (...).
“Cuando el magma sube más a la superficie o logra salir, como en el 2017, hay un aporte enorme de magma fresco, sumamente corrosivo y en cantidades muy grandes, eso puede ser muy peligroso si uno está justo en esa área”, afirmó la vulcanóloga.
Detalló que hasta ellos, al realizar trabajo de campo, revisan las señales sísmicas para definir si ingresan o no y que aún teniendo los datos siempre hay peligro, ya que “puede haber una explosión en cualquier momento”.
"El tipo de erupciones que hay en el volcán Poás son generalmente por una interacción del magma con el agua y esa interacción puede ocurrir muy rápido y generar en forma súbita e inesperada explosiones hidrotermales, que son de las erupciones más energéticas, explosivas y destructivas (...), por eso hay tanta preocupación, porque de ocurrir algo puede convertirse en tragedia al haber gente ahí (...).
“Asimismo, este tipo de erupciones pueden hacer que mucha agua salga de forma súbita, que se forme una cabeza de agua y, al caer de nuevo al suelo, puede drenar a los cañones cercanos al cráter”, enfatizó Martínez.
Inconvenientes de salud
La especialista también dijo que por la altitud, que es de 2.500 metros sobre el nivel del mar, hay personas con mayor sensibilidad que podrían sufrir problemas respiratorios y cardiovasculares, debido a que el oxígeno es menor.
Precisó que tanto en caso de un evento volcánico, como de tener algún inconveniente de salud, la situación se puede complicar, ya que en medio de una emergencia se dificulta rescatar gente y darle una atención adecuada, por el estrés que surge en estos contextos.
De ser necesaria la intervención de un cuerpo de socorro, se estima que estos tardarían entre tres y cuatro horas en llegar al lugar. Sin embargo, el tiempo puede aumentar, en caso de que el afectado no pueda indicar el punto exacto en el que se encuentra.
“En el mirador, que es un área permitida y con un protocolo, se han atendido problemas, ahora imagínese cuando se trata de gente que va por su cuenta, porque ir sin garantía de nada es una irresponsabilidad de quienes lo llevan, pero también personal, de alguna manera debería canalizarse toda la información para la gente que entra por esas zonas”, destacó Martínez.
En tanto, Jim Batres, subdirector operativo de la Cruz Roja Costarricense, precisó que ellos manejan protocolos establecidos para cada situación. En este caso, cree que podrían atender un extravío o algún accidente.
Para la primera situación, el plan operativo contempla realizar una indagación, reunir información para determinar puntos de acceso y salida y efectuar un rastreo terrestre con un equipo especializado, mientras que en el caso de un incidente la situación es más compleja.
“Los accidentes requieren una respuesta inmediata, es decir, que ingresemos con personal que tenga condiciones para abordar a un paciente y determinar cuál es la mejor forma de extraerlo, pero acá (en los Quemaderos) también entran en juego las condiciones adversas que se puedan presentar por la geografía del terreno, que es muy particular, y por el clima”, afirmó.
En los últimos tres años no se ha atendido ninguna emergencia en ese lugar, pero Batres cree que las circunstancias pueden generar labores de rescate con periodos de tiempo muy largos, que podrían exceder las tres o cuatro horas.
Indicó que en la zona de los Quemaderos las emergencias que se podrían atender son traumas por caídas y fracturas o la presencia de algún problema respiratorio o condición médica particular.
Travesía de horas a los Quemaderos
Fincas privadas en Grecia y Bajos del Toro permiten llegar a zona ilegal
FUENTE: FUENTE: ELABORACIÓN PROPIA || INFOGRAFÍA/ LA NACIÓN.
Se consultó al Cuerpo de Bomberos sobre las particularidades que tendría realizar algún trabajo en la zona; sin embargo, al cierre de edición de esta nota no se obtuvo respuesta.
Otro de los riesgos que existen en la zona y al que los aventureros se exponen es el ingreso y nado en las lagunas cristalinas del sitio.
María Martínez aseveró que estas aguas que se acumulan en los cañones tienen una gama de colores espectacular, pero que esto obedece a los minerales volcánicos que se acumulan.
Mencionó que estos espacios suelen ser lagunas ácidas que pueden afectar los ojos o generar alguna otra repercusión, tomando en cuenta su alto nivel tóxico.
“Son aguas de lluvia, pero que drena al área suroeste del volcán y se combina con material volcánico y los componentes de los suelos”, precisó.
¿Por dónde ingresan?
Los ingresos a Quemaderos del volcán Poás se realizan por varios sectores, entre estos las partes altas de Grecia y Bajos del Toro, en Sarchí.
Regularmente, ahí los visitantes entran a fincas privadas pagando una entrada y, posteriormente, llegan a la zona prohibida cercana al volcán Poás.
Varios de los grupos que ofrecen estos recorridos están identificados por las autoridades, pero para tomar alguna medida, los guardaparques deben esperar a que ellos ingresen al territorio del área protegida.
Ante ello, hacen un llamado para que la población reflexione y se dé cuenta de la peligrosidad que existe al ingresar a una zona ilegal, donde el auxilio de un cuerpo de socorro en caso de un accidente puede tardar varias horas.
Según las autoridades, las personas que se han identificado lucrando con el recorrido ilícito tienen tarifas de entre ¢15.000 y ¢30.000.
Mahyar Shirazinia, administrador Parque Nacional Volcán Poás, mencionó que los ingresos ilegales a los Quemaderos se han intensificado, pese al incremento de recursos que se han destinado para control.
Cuando un grupo de personas es divisado por funcionario del parque, se les aborda y a cada uno se les hace una prevención administrativa; no obstante, hay gente que al observarlos se fugan.
“Muchos se dan a la fuga cuando nos ven y es difícil poder detenerlos a todos. A los que se alcanza se les hace una prevención administrativa, pero es difícil detectar a los guías, ya que entre ellos mismos se cubren”, recalcó el jerarca del Parque Nacional.
Precisamente, datos del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) muestran que hasta finales de agosto se contabilizaron 300 prevenciones administrativas, lo cual obliga a la persona a abandonar los Quemaderos.
Asimismo, en caso de ser descubiertos en una segunda ocasión, se exponen a ser trasladados a la Fiscalía, donde se les indagará y se determinará cómo proceder.