Las predicciones se cumplieron: el terremoto de 7,6 ° magnitud momento (M W), registrado a las 8:42 a. m. del 5 de setiembre, sí fue el esperado para Nicoya, Guanacaste.
Sin embargo, el movimiento telúrico solamente liberó el 40% de la energía acumulada en los últimos ocho años y abarcó la mitad del área donde se esperaba un terremoto entre 7,7 y 7,9 grados.
Seis días después del sismo –localizado 20 kilómetros al sur de Sámara–, el Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) lo confirmó, luego de analizar los registros de unas 10 estaciones de control geodinámico en la península de Nicoya.
Marino Protti, quien lleva dos décadas estudiando lo que ocurre en Nicoya, aseguró que el terremoto se produjo en una brecha sísmica donde no se registran grandes movimientos desde el terremoto de 7,3 ° (Mw) del 5 de octubre de 1950.
Protti catalogó como un “acierto científico” que el reciente terremoto de Nicoya haya ocurrido en una zona de potencial ruptura, identificada desde hace años.
El origen del terremoto, que causó daños moderados y no cobró vidas humanas, fue por subducción de la placa Coco en la placa Caribe, a 15 y 40 kilómetros de profundidad.
El científico Protti explicó que en el punto de ruptura hubo un deslizamiento de 1,8 metros, a pesar de que allí hay potencial suficiente para cuatro metros.
Ese desplazamiento ocurrió en un área del 50% de la zona donde se estimaba un terremoto con uno o dos metros de deslizamiento, según los estudios que los científicos anunciaron tiempo atrás.
Las mediciones de la deformación arrojaron un levantamiento de 60 centímetros en playa San Juanillo, 40 centímetros en las serranías cercanas a Juan Díaz (Nicoya) y un hundimiento de entre cinco y 10 centímetros en el eje del río Tempisque.
Ciclo no termina. La liberación del 40% de energía acumulada en los últimos ocho años significa que el ciclo sísmico posterior al evento principal aún no termina porque no se liberó todo el potencial existente en la brecha sísmica de Nicoya.
El resto de la energía podría manifestarse en forma de réplicas, sismos no perceptibles o un temblor de magnitud considerable. De hecho, el Ovsicori no descarta que se presente un terremoto de igual o mayor magnitud que el del 5 de setiembre.
Sin embargo, no es posible anticipar cuándo ocurrirán esos eventos.
Marino Protti asegura que después de un sismo de 7,6 grados, la falla queda “herida” y es normal que la deformación postsísmica continúe en forma “lenta”.
De hecho, el Ovsicori ha registrado 1.850 réplicas hasta ayer a las 8 a. m., con un desplazamiento postsísmico de cuatro centímetros. “Si esto se prolongara durante los próximos 150 a 200 días, podría representar el equivalente a lo que fue el terremoto del 5 de setiembre”, dijo Protti.
Para el experto, la ruptura del terremoto no fue suficiente y por esto se presentan nuevos deslizamientos en la falla. Tanto esto como las réplicas de poca magnitud, se están documentando.
Una vez que la deformación postsísmica se detenga, de acuerdo con los registros, el ciclo sísmico habrá terminado, ya que la falla se habría “curado”.