Everardo Carmona, piloto que participó este lunes en la búsqueda de la avioneta accidentada en los cerros de Escazú, afirmó que la aeronave Cessna 206 matrícula TI-GER no estaba totalmente destruida, como ocurre en muchos accidentes aéreos.
A bordo de la avioneta viajaban seis personas. Se trata del piloto Mario Miranda Ramírez, de 40 años, y la copilota Ruth Pamela Mora Chavarría, de 26 años. También viajaban como pasajeros: Paola de los Ángeles Amador Segura, de 31 años; Jean Franco Segura Prendas, de 28 años; Gabriela Calleja Montealegre, de 64 años; y Enrique Arturo Castillo Incera, de 56 años.
“Yo vi el avión completo”, aseguró Carmona, quien sobrevoló la zona en una aeronave durante más de 40 minutos junto a tres avionetas y un helicóptero. Según detalló, la densa nubosidad, característica de la época, dificultó las labores de localización.
“La visibilidad estaba bastante reducida, como es usual en estos meses: agosto, setiembre, octubre, noviembre y las primeras semanas de diciembre. Es algo normal en los cuadrantes donde uno vuela en estas fechas”, explicó el aviador.
En ese momento, Carmona mantenía la esperanza de encontrar sobrevivientes. “Yo pienso que existe una gran posibilidad de que haya gente viva, porque el avión está muy entero. La distribución de las partes está en el mismo sitio. Dios quiera que estén vivos”, expresó.
Horas después, a las 9 p. m., los cuerpos de socorro confirmaron la muerte de cinco de los ocupantes y reportaron que Amador Segura había sobrevivido, pero que se encontraba en estado delicado.
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La aeronave había partido desde Barra del Tortuguero, en Limón, con destino al aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela.
Según Luis Miranda, subdirector de Aviación Civil, el plan de vuelo original tenía como destino final el aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas; sin embargo, dicha terminal aérea estaba cerrada por la poca visibilidad.
La aeronave se desvió hacia Alajuela, entró en el espacio aéreo del Santamaría y poco después perdió contacto con la torre de control. Al momento de la emergencia, la zona estaba muy nublada.
Según informó la página de Registro de Accidentes e Incidentes de Costa Rica, dos aeronaves salieron a la 1 p. m. para colaborar en las labores de búsqueda.
Se trataba de una avioneta Piper Seneca matrícula TI-BBS, de la misma empresa de la aeronave desaparecida, y otra Piper Arrow matrícula TI-AMZ perteneciente a CarmonAir charter. Más tarde, se sumó a la búsqueda un helicóptero matricula TI-BJO de Aerodiva.
“A las 2 de la tarde, el capitán Everardo Carmona, a bordo del Piper Arrow divisó a la aeronave involucrada en el accidente. Está sobre el cerro Pico Blanco a unos 7.000 pies de altura” (2.133 metros)”, agregó la página en Facebook.
Posible vuelo controlado
Aunque las investigaciones oficiales serán realizadas por la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), Carmona sugirió que el accidente podría haberse producido por lo que en la terminología aeronáutica se conoce como un Vuelo Controlado Contra el Terreno (CFIT).
Este tipo de accidente ocurre cuando una aeronave colisiona con el suelo, el agua o un obstáculo sin que haya evidencia de pérdida de control por parte de la tripulación. “Desde mi experiencia, hay una alta probabilidad de que se trate de un CFIT”, indicó Carmona. Sin embargo, enfatizó que sería prematuro atribuir el incidente a condiciones climatológicas u otra causa sin un análisis técnico.