SANTIAGO (AFP) Lo primero que el chileno Raúl Rojas quería mirar cuando recuperara la visión era el rostro de su hija, que había cambiado mucho en los cuatro años en que estuvo ciego, y que logró apreciar hace apenas una semana cuando se convirtió en el primer latinoamericano que recobró la vista gracias a un implante dental.
"Lo primero que quería mirar era a nuestra hija. Él ya no se acordaba de su cara, porque cuando quedó ciego ella tenía cuatro años. Ahora está grande y muy distinta", comentó Lorena Barahona, la esposa de Raúl.
"Estaba feliz, emocionado", narró la mujer, explicando que la niña no quiso venir este miércoles a la rueda de prensa en la que se presentó el caso de su padre porque le afectan tantas emociones.
De 31 años de edad, Rojas perdió la visión hace cuatro años en un accidente laboral en el que se quemó con el vapor de una gran olla a presión que explotó. Todo su cuerpo resultó quemado, al igual que sus córneas, lo que le quitó la visión.
"Ahora Raúl puede leer, incluso las letras chicas. Lo mira todo, ahora se sorprendió con las hojas de los árboles, las plantas, la calle, los cerros que rodean este hotel", describió la mujer.
Su marido, en silla de ruedas, sólo declaró brevemente que está feliz.
"Estoy feliz, ahora puedo mirar y ver quién habla, quién está ahí sentado", dijo el hombre que espera algún día retomar su vida laboral.
Rojas fue sometido a una cirugía denominada Osteo Odonto Queratoprotesis Modificada (MOOKP, por su nombre en inglés) desarrollada por médicos italianos, en la que se utilizó la raíz de uno de sus colmillos para crear una plataforma que sostiene un pequeño lente cilíndrico.
Esa prótesis se instala en el globo ocular permitiendo que reingrese la luz, lo que devuelve la visión.
"Raúl Rojas ha nacido nuevamente", afirmó el médico italiano Valerio Branchi, coordinador y responsable científico del proyecto MOOKP-Chile, que permitirá la difusión de esta técnica en Chile y América Latina.
Con ese fin se inauguró la semana pasada en el Hospital Clínico de la Universidad de Chile un centro destinado a formar oftalmólogos en esta técnica y que, a partir ya del próximo año, comenzará a atender más pacientes. Se espera que médicos latinoamericanos también acudan a ese centro para expandir su aplicación.
La importación de esta técnica a Chile se inició hace un año, mientras que el proceso para devolver la visión a Rojas tomó entre tres y cuatro meses desde la primera intervención.
"Se saca la raíz del canino, que es larga y ancha, y eso permite albergar el cilindro plástico que remeda la condición de la córnea", explicó a la AFP el oftalmólogo Claudio Zúñiga, que operó a Rojas junto a su colega Neil Saldías y los dos médicos italianos que desarrollaron la técnica, Giancarlo Falcinelli y su hijo Giovanni.
Los médicos europeos han operado a unos 400 pacientes con más de un 80% de éxito desde hace unos 35 años.
No es una técnica totalmente nueva sino que, a diferencia de queratoprotesis anteriores, ahora se utiliza hueso y tejidos del propio paciente, lo que elimina la posibilidad de que el ojo se infecte y se pierda al rechazar un objeto extraño.
La cirugía se puede aplicar sólo en pacientes con ceguera corneal -provocada por enfermedades autoinmunes o accidentes- y no en ciegos de nacimiento, por glaucoma o problemas en la retina.
La operación se realiza en tres etapas. Primero se prepara la prótesis y se injerta en una zona musculosa de la zona ocular, donde queda encapsulada para que el lente se adhiera completamente al hueso. Luego, al ojo se le retira parte de sus componentes y se recubre con mucosa de la boca del paciente y, en una tercera etapa, se retira la prótesis de donde está instalada y se injerta.
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