El estudio publicado en la versión internet del periódico Public Library of Science, intentó reproducir los resultados de un estudio de 1998 realizado por el doctor Andrew Wakefield del Royal Free Hospital en Gran Bretaña, según el cual existiría un vínculo entre el autismo y esa vacuna.
Wakefield, cuyos trabajos fueron divulgados entonces en la revista Lancet, pidió luego oficialmente su retractación.
Investigadores de la Universidad Columbia en Nueva York y de los Centros federales estadounidenses de control y prevención de enfermedades (CDC) intentaron así encontrar señales de la presencia de marcadores genéticos del virus del sarampión en muestras de tejidos intestinales de 25 niños autistas y que también sufrían de problemas gastro-intestinales.
Compararon estas muestras con los provenientes de 13 niños de la misma edad que tenían los mismos problemas intestinales pero que no eran autistas.
Los tejidos fueron analizados por tres laboratorios que ignoraban de qué niños procedían.
"Este estudio muestra sin ninguna duda la ausencia de un vínculo entre el autismo y la vacuna", concluyeron los autores, que también analizaron los datos sobre los antecedentes médicos de los niños para determinar si la aparición de su autismo o sus problemas intestinales precedía a su vacunación.
© 2008 AFP