Millones de personas buscan información cada minuto en Internet. Desde recetas hasta noticias, pero el problema surge cuando se utiliza la web para absolver preguntas que solo un profesional puede.
Eso sucede con los llamados ‘cibercondríacos’, personas que consultan repetidamente sus síntomas en los motores de búsqueda. Pueden llegar a pasar horas frente a una pantalla con el objetivo de hallar una respuesta que los tranquilice.
Pero los cibercondríacos entrar a un círculo difícil de superar: cuanto más información buscan, más ansiosas se ponen. Paradójicamente, en lugar de decidir buscar la opinión de un profesional, estos individuos siguen buscando, incluso a medida de que su angustia continúa creciendo.
El término “cibercondría” fue acuñado por los medios de comunicación hace unos 20 años para hacer referencia a la hipocondría, una mal cuyos pacientes están convencidos de que tienen una enfermedad que realmente no padecen, detalla la revista Scientific American.
La cibercondría aún no se ha agregado oficialmente a la lista de trastornos mentales diagnosticables de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría, y por ello no se dispone de estimaciones confiables de la cantidad de personas que la padecen. Pero el incremento de número de casos ha llevado a los psicólogos a comenzar a investigar este mal y tratarlo en el consultorio.
El problema para las personas que tienen cibercondría es que este trastorno “tiene el potencial de interrumpir muchos aspectos de su vida”, pues suelen enfocarse en el problema durante horas, lo que afecta las demás actividades de su día a día, incluso días, explica Eoin McElroy, psicólogo de la University College London.
Recientes estudios han relacionado a la cibercondría con la depresión y otros problemas psicológicos, además suelen ser hipocondríacos también.
Un estudio realizado en 2018 por investigadores de London South Bank University vincula la cibercondría con las características del trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Esta personas creen que realizar un comportamiento ritual aliviará su ansiedad.
De este modo, los individuos con cibercondría buscan información de salud en forma de ritual para disipar su ansiedad, y solo se detendrán cuando sientan que la búsqueda ha reducido su incertidumbre.
“Lo que realmente están buscando es tener la seguridad de que nada malo va a suceder”, dice Thomas Fergus, profesor de psicología en la Universidad de Baylor, a la revista Scientific American.
Para tratar a estas personas, los psiquiatras utilizan terapias cognitivas conductuales que alientan a las personas a cuestionar la evidencia que los lleva a creer que tienen un problema médico peligroso. Este es el mismo método que se usa en pacientes con ansiedad.
Otro de los problemas que acarrea la cibercondría es que, al hallar “diagnósticos” en línea, las personas deciden tomar acciones y comprar medicamentos para la enfermedad que tienen. Entonces se automedican y su ansiedad aumenta cuando no obtienen los resultados esperados.