El potente observatorio de Paranal cumple una década de funcionamiento

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Vista de los cuatro telescopios ópticos del Observatorio de Cerro Paranal, 1.150 kilómetros al norte de Santiago, Chile, el 15 de septiembre de 2008. El observatorio terrestre del Cerro Paranal, en pleno desierto chileno de Atacama y con el complejo de telescopios más avanzado del mundo (el Very Large Telescope - VLT), cumplió una década de operaciones, aportando numerosos datos astronómicos a la comunidad científica internacional. Los cuatro telescopios de Paranal | AFP

CERRO PARANAL (AFP) El observatorio terrestre del Cerro Paranal, en pleno desierto chileno de Atacama y con el complejo de telescopios más avanzado del mundo (el Very Large Telescope - VLT), cumplió una década de operaciones, aportando numerosos datos astronómicos a la comunidad científica internacional.

Ubicado a una altura de 2.600 metros, cerca de la árida ciudad chilena de Antofagasta, el observatorio está compuesto por cuatro telescopios ópticos gigantes de 30 metros de altura y 8,2 metros de diámetro y otros cuatro auxiliares móviles de 1,8 metros de diámetro.

Los instrumentos pueden funcionar de manera individual o en grupo y cuando operan en conjunto forman el VLT Interferómetro, que permite a los astrónomos una nitidez tal que podrían observar a un hombre caminando sobre la superficie lunar.

El VLT es considerado el instrumento óptico más avanzado del mundo y en 2008 cumplió una década de funcionamiento, aportando más datos astronómicos que cualquier otra instalación disponible.

En 2007 cerca de 500 artículos publicados en revistas científicas usaron datos de Paranal, mientras que en una década el observatorio ha llevado a la publicación de más de 2.200 artículos.

"El conjunto VLT es una instalación principal emblemática para la astronomía, una máquina de ciencias perfecta", dijo Tim de Zeeuw, director general del Observatorio Europeo Austral (ESO en inglés), a cargo del observatorio, en su página web.

Las primeras imágenes científicamente útiles desde Paranal fueron obtenidas el 25 de mayo de 1998 desde el telescopio Antu, uno de los cuatro instrumentos gigantes que operan en Paranal. Los otros son Kueyen, Melipal y Yepun, todos con nombres de la etnia originaria chilena mapuche.

El VLT ha aportado datos en todas las áreas de la astronomía, como la materia oscura, los estallidos de rayos gama y las supernovas, la formación de galaxias, exoplanetas (pequeños planetas fuera del sistema solar), agujeros negros, estrellas y planetas, entre otros.

Cada año recibe más de 1.600 propuestas de observación, que superan en casi seis veces la cantidad de tiempo disponible para la observación.

Esa premura hace que el trabajo diario sea intenso, tanto de día como de noche. En las horas de luz se procesan los datos recogidos en la noche y se calibran y se mantienen los equipos, mientras que exactamente cuando se esconde el sol se inicia el trabajo de observación.

En Paranal trabajan unas 130 personas, entre astrónomos, ingenieros y personal de apoyo. La mayoría habita en sistemas de turnos en una moderna instalación semienterrada ubicada en su interior, donde se recreó un paisaje tropical, con una abundante vegetación y una extensa piscina.

El complejo fue construido bajo tierra para evitar que la luz artificial se escape y contamine la nitidez del cielo nocturno afectando las observaciones astronómicas.

Para el futuro se espera que el VLT continúe aumentando su potencia.

El próximo año se pondrá en marcha el telescopio Vista, que cuenta con un moderno sistema de rayos infrarrojos y funciona como una gigantesca cámara de fotos.

El telescopio cuenta con un espejo primario de 4,1 metros de diámetro, que es considerado el más fuertemente curvado de ese tamaño y fue pulido a una precisión tan exacta y minuciosa que las variaciones en su superficie son menores al grosor de un cabello humano, de acuerdo a ESO.

Vista rastreará grandes extensiones del cielo austral, donde estudiará objetos que no se ven fácilmente en el rango visible, ya sea porque son demasiado fríos o están rodeados por polvo interestelar.

© 2008 AFP

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