El inicio de su presentación en el evento TEDx Pura Vida el jueves pasado retrató, de forma muy sincera, sus motivaciones para dedicar todo su tiempo a lo que hace: ir tras la vacuna contra el cáncer de páncreas , uno de los más agresivos y mortales.
“Mi abuelita murió de cáncer y yo nunca la conocí. Cuando era chiquitillo yo le decía a mi mamá que yo quería encontrar la cura del cáncer para que a nadie se le muriera la abuelita”.
Aquel sueño que Christian Marín Müller tuvo de niño en su natal Desamparados, San José, no se acabó con el paso de los años, más bien se fue haciendo más fuerte.
“Cuando terminé el colegio, me puse a averiguar qué carrera de ciencias me iba a hacer estar más cerca de encontrar una cura contra el cáncer, y así fue como di con la biología molecular”.
Hoy, este científico de 33 años busca retornar a Costa Rica para continuar aquí sus investigaciones en busca de la vacuna contra el cáncer de páncreas, para lo que todavía le resta un largo camino antes de poder aplicar pruebas en los seres humanos.
Marín habló con La Nación previo a su participación en el TEDx. El siguiente es un extracto de la conversación.
¿Cuál es la importancia de hacer ciencia?
La ciencia sirve para muchísimas cosas en diferentes aspectos. Hay muchas cosas interesantes que se pueden hacer con las diferentes disciplinas de las ciencias.
”La ciencia por hacer ciencia no es lo que me gusta. Yo me fui a buscar algo que definitivamente tuviera que ver con mejorar la salud, con poder ayudarle directamente a la gente, decir que pude ayudarle a alguien a mejorar su vida con mi trabajo. Tener impacto en las personas y cambiar la vida de alguien”.
¿Cuesta hacer ciencia en Estados Unidos para alguien que no es estadounidense?
Sí. Yo tengo una gran ventaja y es que también tengo la nacionalidad estadounidense, por lo que es un poco más fácil conseguir dinero para investigación.
”Pero sí, casi todos los grants (partidas de dinero para investigación) son destinados a estadounidenses y cuesta mucho que un extranjero surja.
”Hay gente que llega de Asia, África y otros países de América a trabajar en un laboratorio solo por decir que tuvieron la experiencia, porque les pagan muy mal, muchos trabajan casi gratis. Son cerebros brillantes y los explotan”.
¿Se puede hacer ciencia en un país como Costa Rica?
Sí. Hay mucho talento en Costa Rica para hacer ciencia de la buena. Hay universidades y empresas que dan espacio para eso.
”En mi caso particular sí hacía falta infraestructura, porque lo que yo estudio es algo muy específico y de momento el país no tiene infraestructura, es algo muy innovador, incluso en Estados Unidos es algo que se ve poco. Pero es algo que poco a poco podrá irse dando”.
¿Qué es lo que se necesita para su proyecto en particular?
Todavía falta bastante para que la vacuna pueda ser probada en seres humanos, para eso antes se debe haber probado en animales, para eso necesitamos tener un bioterio (lugar para criar y mantener animales de laboratorio).
”En este caso yo trabajo con ratones especiales que no tienen sistema inmunitario. De esta forma sí puede asemejarse a las características humanas. Hay quienes trabajan con ratones regulares, pero sus características no se asemejan a las de un ser humano”.
¿Cómo va desarrollando ese trabajo para venir a Costa Rica?
Hay una empresa que creyó en mí luego de saber de mi trabajo y me está dando asesoramiento en cómo montar mi laboratorio por aquí. También he estado viendo posibilidades con algunas universidades nacionales. Me falta reunirme con el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones para ver si podríamos lograr algo”.
¿Qué consejo les daría a los niños y jóvenes que quieren hacer ciencia en algunos años?
Hay que trabajar mucho, pero sí se puede. Yo soy un chiquillo de ‘Desampa’, siempre soñé con esto y ya lo estoy trabajando. A veces cuesta creerlo, pero así es.
”Eso sí, no es gratis. Hay que estudiar mucho, a veces no dormir, no ver amigos y seguir estudiando, pero vale la pena”.