Con la experiencia que ha acumulado en los últimos años, Martha Castellanos, economista y especialista colombiana en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), puede afirmar que la tecnología es fundamental para apoyar la calidad de la docencia, siempre y cuando exista una orientación enfocada en el aprendizaje y no se pierda de vista el valor de la disciplina en el aula y en los hogares.
La especialista, quien estuvo de visita en Costa Rica esta semana para participar en el foro Formación docente inicial y permanente en el uso de las TIC , agregó que en el proceso de enseñanza de los estudiantes es fundamental que los docentes y padres de familia estén tan actualizados como puedan para que guíen a los menores en un uso adecuado de las herramientas actuales.
¿Cómo lograr que la tecnología fortalezca el aprendizaje sin ser un elemento distractor?
La tecnología tiene un potencial muy claro y valioso en la educación, pero si no llevamos a los estudiantes a que se enfoquen en eso, podemos caer en que se use solo como cuaderno o se convierta en un factor de distracción y no de aprendizaje.
¿Qué puede hacer un docente para darle un buen uso a la tecnología?
La formación del docente es clave. Este debe involucrar al estudiante de una forma seria, con el objetivo de que sea responsable. El uso de la tecnología puede generar diversión y a la vez aprendizaje; por eso es importante trabajar con los maestros y con los padres, para que se conviertan en guías. No es lo mismo que un niño esté jugando con algún tipo de aplicación a que utilice una enfocada en el desarrollo de áreas básicas, como matemáticas, idiomas u otras.
¿Cuál es el papel de los padres en el uso de la tecnología con fines educativos?
Los padres de familia deben ser conscientes de que entregarles a los niños una herramienta tecnológica conlleva una responsabilidad. No hay que utilizar la tecnología como un artículo para que los menores se distraigan mientras estamos trabajando o haciendo otro tipo de actividades. Si logramos que tengan una aproximación responsable con la tecnología, con nosotros supervisando, estamos generándoles una ventaja para el futuro.
¿Cómo inculcarles a los estudiantes un balance entre diversión y el proceso de aprendizaje con tecnología?
La responsabilidad de los padres es supervisar qué están haciendo los niños e incentivarlos a educarse con ayuda de la tecnología. Los niños tienen que comprender que deben hacer sus tareas y luego tendrán su tiempo para divertirse. Con un proceso de acompañamiento, podrán alcanzar la disciplina necesaria para darles un buen uso a las herramientas tecnológicas.
¿Cómo lograr estos objetivos sin sofocarlos ni “caerles mal”?
Los padres deben explicarles a sus hijos que hay deberes que, como estudiantes, deben cumplir, los cuales pueden ser mediados por la tecnología. De esa forma, el camino hacia el conocimiento les va a llamar la atención. Mediante la tecnología, hay que fomentar el amor al conocimiento e incentivar el aprendizaje en los niños y los jóvenes; no el amor a la tecnología por sí mismo, porque ellos ya vienen con eso.
En las zonas donde no hay buen acceso a la tecnología, ¿cómo integrar estas herramientas en las lecciones?
En la actualidad, hay procesos offline con contenidos valiosos, que permiten a los docentes trabajar de buena forma.
En un mundo tecnológico que a diario cambia, ¿cómo pueden los maestros llevar la batuta?
Lo más importante es que el docente esté actualizado, así el estudiante lo va a estar también. Los alumnos son inquietos, buscan nuevos elementos en la web y ese acceso hay que aprovecharlo en el aula.
”Costa Rica lleva una implementación muy interesante de tecnología con el programa Tecno@prender, del Ministerio de Educación Pública (en él, los estudiantes hacen sus proyectos, pero guiados por los profesores). Es un programa relativamente nuevo porque lleva un año, pero ya está dando resultados contundentes”.