Mar adentro, a 12 kilómetros del puerto del Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico (Incop), ubicado en Quepos, Puntarenas, se encuentra una granja muy particular, con jaulas en lugar de corrales y peces en lugar de aves o mamíferos.
Son un total de 25 estructuras flotando en las aguas del Pacífico, colocadas ahí por Industrias Martec. Cuando La Nación visitó la granja el 17 de junio pasado, adentro de las estructuras nadaban tranquilamente 2.400.000 ejemplares de pargo mancha (Lutjanus guttatus), esperando el momento justo para ser cosechados y posteriormente empacados para ser exportados a Estados Unidos.
Martec es pionera en Costa Rica, y el mundo, en la exportación comercial del pargo mancha cultivado, según confirmó a La Nación Víctor Umaña, coordinador general de negociaciones, aplicación de acuerdos comerciales e inversión del Ministerio de Comercio Exterior (Comex).
“Hay mucha experiencia en el mundo con otras especies, como atún o salmón, pero (cultivo de) pargo manchado, nadie lo había hecho”, indicó el funcionario, quien es además coordinador del programa Descubre, cuyo objetivo es diversificar la agricultura, la ganadería y la pesca mediante un proceso constante de descubrimiento de actividades.
Los especímenes pesan dos gramos cuando son cultivados y duran un año para alcanzar su talla comercial, que puede variar de acuerdo con el mercado, entre los 400 gramos y los 900 gramos.
Impacto
La empresa exporta más del 90% de los peces que cultiva en su granja. En los próximos tres o cuatro años espera aumentar su producción a diez millones de peces y pasar de 600 toneladas anuales a 4.000 toneladas. Sin embargo, llegar a estos números requerirá un aumento en toda la operación.
Las dimensiones de las jaulas oscilan, principalmente, entre los 15 y 25 metros de diámetro. Cada una la siembran con alrededor de 250 mil peces, mientras que el área de concesión que dio el Gobierno a la compañía para el desarrollo de la actividad es de 150 hectáreas en total.
En promedio la empresa brinda empleo a unas 300-280 personas, divididas en sus distintas instalaciones, ubicadas en Quepos (donde también opera su planta), Puntarenas y el laboratorio en Guanacaste, así como sus tiendas en Jacó y Escazú. Esperan abrir pronto una más en Panamá.
De acuerdo con Patrick Roulet, director general de Industrias Martec, la pesca silvestre sigue generando la mayor cantidad de dividendos a la empresa, aunque se espera que en unos tres o cuatro años ambas actividades se nivelen en un 50%. Eso sí, el empresario recalcó que la pesca silvestre “no desaparecerá” y que seguirá formando parte de la compañía.
La ciencia detrás de todo
Llevar a tal nivel de refinamiento la producción de pargo mancha por medio de la maricultura (una rama de la acuicultura), requirió de años de investigación científica liderada por la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA).
“Martec desarrolló la tecnología de forma comercial, pero el desarrollo original fue de la Escuela de Biología Marina de la UNA. Es una excelente noticia para el país, tener una empresa costarricense que desarrolló el concepto, a partir de un esfuerzo de investigación de la academia”, expresó Umaña.
Desde los años 90 el centro universitario inició sus propios ensayos en el tema de la reproducción de los peces, particularmente el pargo mancha. La creación en 2002 del Parque Marino del Pacífico, representó un nuevo paso para el progreso de las investigaciones que se venían haciendo.
Ambas instituciones se aliaron para formar el “Programa de Producción de Organismos Marinos”, el cual centró sus esfuerzos en el desarrollo de tecnologías para la producción de alevines (crías) de peces marinos, iniciando con el pargo manchado.
Nuevos socios
Ya para el año 2005 el proyecto había logrado producir cantidades masivas de alevines de la especie, “evidenciando el dominio biotecnológico y abriendo la posibilidad del desarrollo tecnológico de los cultivos", indica un boletín trimestral del 2011 del parque.
Para el 2006, la sociedad se amplía con la participación del Instituto Costarricense de Pesca y Acuicultura (Incopesca), el Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS) y la misión técnica de la República de Taiwán, para crear una granja con jaulas flotantes en el Golfo de Nicoya, para el cultivo de pargo manchado.
“Este proyecto se planteó con el fin de demostrar la factibilidad comercial de cultivar pargo manchado por medio de pescadores, promover el cambio de una cultura ‘extractiva’ por una ‘productiva’, de favorecer el ambiente al reducir la presión sobre los recursos pesqueros, de investigar las condiciones que requiere la especie para su desarrollo en jaulas flotantes, y de determinar sus impactos socioeconómicos y ambientales”, indica la publicación.
Los resultados obtenidos generaron interés en la empresa Aquapargos, con la que se creó una alianza estratégica en el 2008. Esta compañía sería posteriormente absorbida por Martec, que decidió seguir, hasta la fecha, con el desarrollo de la biotecnología desarrollada, ahora desde su propio laboratorio.
“Nos interesa mucho que en la región hayan muchos procesos similares a los que hay en Martec, y también en Costa Rica (...) Deberíamos tener en el futuro unas tres o cuatro empresas más similares en la zona marina de Costa Rica, particularmente en el Pacífico”, dijo Ángel Herrera, director de la Escuela de Biología de la UNA.
El conocimiento adquirido durante todos estos años será plasmado en un libro, según indicó el profesor universitario, “porque la idea es que otros países la puedan utilizar libremente (la información)".
Oportunidades
Para Ángel Herrera de la UNA “en el tema marino el futuro es la maricultura y no la pesca, porque está en decaída y afectamos mucho los recursos vivos del mar".
En 2018 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), advirtió que “la proporción de las poblaciones de peces que se encuentran dentro de niveles de captura biológicamente sostenibles ha mostrado una tendencia a la baja del 90% en 1974 al 66,9% en el 2015”.
Mientras que el porcentaje de poblaciones explotadas a niveles biológicamente insostenibles se incrementó del 10% en 1974 al 33,1% en el 2015, y los mayores incrementos se registraron a finales de los años 70 y los 80.
Además, señala que “la acuicultura sigue creciendo más rápido que otros sectores principales de producción de alimentos, aunque ya no muestra las elevadas tasas de crecimiento anuales de las décadas de 1980 y 1990 (11,3% y 10,0%, excluidas las plantas acuáticas).
“El crecimiento anual medio descendió al 5,8% durante el período 2000-2016, aunque siguió registrándose un crecimiento de dos dígitos en un pequeño número de países individuales, especialmente en África entre el 2006 y el 2010”.
Según Herrera, el país ofrece muchas ventajas para seguir desarrollando esta actividad productiva. Por ejemplo, el contar con tres grandes golfos: el Golfo Dulce, Golfo de Nicoya y el Golfo de Papagayo; asimismo, las ensenadas en la zona costera del Pacífico, que facilitan la creación de granjas de peces.
Actualmente trabajan en desarrollar procesos similares para otras especies que se comercializar para alimentación como el berrugate (Lobotes pacificus) y la corvina reina, aunado a peces de acuario como el pez payaso.
Cultivo de peces marinos
La UNA y el Parque Marino del Pacífico desarrollaron la tecnología base para la producción, por medio de la maricultura, del pargo mancha (Lutjanus guttatus) y desarrollan proyectos similares para otras especies.
FUENTE: PARQUE MARINO DEL PACÍFICO. . || J.C. / LA NACIÓN.