Luego de proponer cambiar 12.000 taxis y 4.000 autobuses de la flotilla actual por carros eléctricos, de gas o híbridos, el esfuerzo del Gobierno por un transporte más limpio ayer tuvo su recompensa al concretarse la entrega de un taxi híbrido.
René Castro, ministro de Ambiente y Energía, presenció la entrega de ese primer taxi híbrido que compró el taxista Mario Gómez en $26.800 a la empresa Purdy Motor.
Castro enfatizó que en esta administración se exoneró de impuestos la traída de carros híbridos, se fijaron líneas de crédito en el Banco de Costa Rica (BCR) gracias a una donación del Gobierno de Japón y se definieron criterios técnicos y pólizas para esta tecnología.
Sin embargo, los 12.000 taxis híbridos sobre el asfalto nacional aún siguen en el plano de los sueños.
“Lo que hicimos fue quitar trabas perversas a los vehículos limpios. Nosotros conseguimos la semilla, aramos el terreno y tenemos ya el primer producto. Lo que falta es que el próximo Gobierno recoja la cosecha”, admitió el jerarca.
Los carros importados pagan casi 56% en distintos impuestos sobre su valor original. El Gobierno eliminó el 30% de impuesto selectivo de consumo (ISC) a vehículos híbridos para el transporte público.
“Este Gobierno tal vez echó para adelante tarde, pero sí lo ha hecho, no son tontos: hoy sacrifican sus impuestos pero a largo plazo saben que esto bajará la factura petrolera”, señaló Javier Quirós, presidente del Grupo Purdy Motor.
Quirós sí señaló que percibe trabas y poca coordinación gubernamental en el Consejo de Transporte Público donde se aprueban las concesiones para taxi.
Sin ese requisito al día, no es posible para el taxista optar por un crédito preferente en el BCR o comprar un sedán Toyota Prius.
Esto ayuda a explicar por qué hasta ayer Mario Gómez se convirtió en el primer taxista con vehículo híbrido en brindar el servicio.
A junio del 2013, había 238 carros híbridos y 2.228 eléctricos exonerados del ISC, según el Ministerio de Ambiente. Las cifras incluyen automóviles, bicicletas eléctricas, cuadraciclos y motocicletas.
Castro culpa a “la cultura del no” por el modesto avance para un transporte público más “verde”.
“Hay como una cultura generalizada del no y poca gente remando para que las cosas sí pasen. Aquí pasó, pero muy cerca de la hora límite. Casi en la Saprihora ”, dijo.