
En el campo de batalla, si un soldado resulta herido es urgente intervenir para salvar su vida. Entonces, el médico saca de su mochila un sistema integrado por lentes de realidad aumentada, que le permitirán recibir indicaciones de un cirujano o especialista de la salud ubicado a miles de kilómetros de distancia.
No, no se trata de ciencia ficción, sino de una tecnología en la que el costarricense Edgar Rojas Muñoz, de 27 años, ha estado trabajando desde el 2015, junto con un equipo de investigadores de la Universidad de Purdue en Indiana, Estados Unidos .
El Sistema de Telementoría con Realidad Aumentada (STAR por sus siglas inglés) funciona con los HoloLens de Microsoft, unas gafas que permiten a un médico localizado en el campo de batalla tener un panorama más claro, observar elementos en el visor, en este caso indicaciones y anotaciones del especialista sobre cómo ubicar las incisiones y la longitud que estas deben tener, cuáles herramientas debe emplear y qué puntos en el paciente se deben evitar porque podrían ponerlo en peligro.
El costarricense Edgar Rojas es egresado de la carrera de Ingeniería en Computadores del Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec) y estudiante de Doctorado en la Universidad Purdue. Su llegada al proyecto se dio cuando aún era estudiante del Instituto Tecnológico.
El joven contó que antes de terminar la carrera, a los alumnos se les pide que desarrollen un proyecto final de graduación, el cual normalmente consiste en ir a una empresa y hacer una pasantía. Sin embargo, antes de que llegara ese momento de su carrera en el Tec, también participó en uno de los laboratorios de esa universidad llamado eScience.
“Luego de estar un año ahí, hable con mi jefe del laboratorio, el doctor Franklin Hernández y él me puso en contacto con Juan P. Wachs con quien trabajo en este momento. Vine acá (a la Universidad de Purdue) para hacer mi proyecto final de graduación desde octubre del 2015 a febrero de 2016”, recordó el muchacho.
Inicialmente su labor se centró en el sistema de mentoría, que según él era muy similar a lo que ya trabajaba en el laboratorio del Tec.
¿En qué consiste?
El Sistema de Mentoría consiste en una pantalla táctil de gran formato, en el que el doctor que ofrece la asesoría de manera remota puede observar el video de la persona que están atendiendo y hacer anotaciones.
Este dispositivo permite al especialista contar con un espacio más grande para ver y anotar. Asimismo, facilita que, en caso de ser necesario, múltiples profesionales de la salud puedan trabajar al mismo tiempo sobre la pantalla, según explica el artículo Realidad Aumentada como medio para mejorar la telementoría, publicado en Military Medicine y en el que el costarricense figura como uno de los autores.
Mientras que, en el campo de batalla, el médico generalista tendrá a su disposición el Sistema de Entrenamiento, el cual consiste en la plataforma de realidad aumentada que permite obtener las imágenes en vivo del paciente que requiere ser atendido y las transmite al sistema de mentoría. Además,muestra las anotaciones quirúrgicas enviadas por el mentor.
El objetivo es que la persona pueda ver las anotaciones y observaciones que hace el médico mentor en su campo de visión.
El sistema que utilizan para recibir la información e ir trabajando son unos HoloLens, lentes de Microsoft. En los primeros años de investigaciones se utilizaba una tableta, pero Rojas explicó que a pesar de que aún funciona, ya no la utilizan, pues no resultaba tan práctica, si se toman en cuenta las condiciones que imperan en un campo de batalla.

Retos
Debido a que inicialmente el tico trabajó en el Sistema de Mentoría, se enfrentó a programar cada una y por separado el manejo de las señales táctiles, lo cual implicó un reto. Sin embargo, no solo hubo desafíos profesionales para él en este primer acercamiento al proyecto, sino también personales.
Para Rojas, uno de los principales fue “creérsela. "Uno al principio se siente abrumado de saber que está en un proyecto de esta magnitud, no es como los proyectos de la universidad en los que si no funciona está bien”, dijo.
En este caso, el proyecto es financiado por el ejército de Estados Unidos, y según el joven, existe la presión de que las cosas tienen que salir perfectas.
El muchacho resalta que la formación que recibió en el Instituto Tecnológico le ayudó mucho, además de que sus conocimientos de inglés, adquiridos en su etapa de secundaria y de universidad le facilitaron el comunicarse mucho mejor, que otras personas que venían de otros países y que estaba en su equipo, recordó.
“En Ingeniería en Computadores le dan a uno la bases de software y de hardware; en el proyecto en el que yo estaba trabajando se necesitaban las dos cosas, porque era cómo reconocer las interacciones táctiles y luego cómo reconocer las rutinas para interpretarlas y hacer algo a través de ellas”, aseguró Rojas.
Asimismo, comentó que en las carreras los estudiantes pueden escoger materias electivas, y las que él cursó en su etapa en el Tec también le aportaron conocimiento que después utilizó en este proyecto.
Trabajar en equipo... ¡con el ejército!
Según Rojas, el sistema STAR lleva cerca de seis años ejecutándose y le ha dado la oportunidad de rotar hacia otras áreas, por ejemplo, logística y comunicación con el ejército y en este momento, de parte del estudiantado, es él quien lleva las riendas del proyecto.
Para un costarricense, que no tiene la cultura militar ha sido una experiencia diferente y retadora estar en contacto con el ejército estadounidense.
“Trabajar con el ejército es como trabajar con un relojito suizo. Todo tiene que estar en el momento que tiene que ser y sin dicen que habrá 21 personas en ese momento, habrá 21 personas. Por eso uno tiene que cerciorarse que todo trabaje como es debido.
“Antes de presentarlo al ejército tuvimos que hacer tres pilotos, para que en el momento que tocara hacerlo frente a ellos todo funcionara bien”, explicó Rojas.
Aunque el muchacho planea terminar su doctorado en el próximo año y medio, y se propone hacer un postdoctorado, está interesado en regresar al país y ayudar a que otros estudiantes puedan vivir una experiencia igual a la suya.