En el 2017, la curiosidad y el interés por la tecnología llevaron a seis chicas a postularse para ser parte del programa Mujeres en Tecnología (MenTe) de la organización Ideas en Acción. Hoy, dos años después, la muchachas siguen cosechando los frutos de aquella decisión.
Ser parte del programa les abrió las puertas para que ahora Maripaz Urcuyo (17 años), María Jesús Mora (20 años) , Valeska Mora (22 años), Nakisha Dixon (19 años), Catalina Sánchez (17 años) y Alejandra Soto (20 años) realicen una pasantía de ocho meses en Intel, donde trabajan en proyectos propios y otros que beneficiarán al Centro de Innovación de esa compañía, ubicada en Belén.
Maripaz y Catalina, por ejemplo, han seguido dándole forma a Lestico, una plataforma web para aprender Lengua de Señas Costarricense (Lesco).
“Nuestra idea empezó como una app móvil, hicimos el prototipo y creímos que ahí iba a quedar”, dijo Urcuyo. Sin embargo, en Intel han encontrado el espacio para continuar desarrollando esta iniciativa.
Las jóvenes pensaron en que este sería un proyecto que podría aportar mucho.
“Cuando empezamos no solo nos preocupó la falta de comunicación sino también las estadísticas de depresión y suicidio en las personas sordas, porque nuestro app está más enfocada en la parte social, no solamente llegar a un hospital y pedir algo, sino poder hablar con tu vecino, ir a la feria y pedir frutas, para sentirte parte del país en el que vivís”, explicó Catalina Sánchez.
Estas muchachas sueñan en grande, pues a futuro planean llevar su plataforma a centros educativos públicos y privados, con el fin de promover que los “niños desde pequeños puedan tener una o dos horas de computación a la semana, donde una de esas horas sea para aprender lengua de señas y también tener certificaciones para empresas”, aclaró Urcuyo.
Ellas conservaron este proyecto desde su paso por MenTe, mientras que las otras chicas, por lo pronto, se ocupan de diseñar un sistema inteligente para el Centro de Innovación de Intel, aunque en las próximas semanas también trabajarán en proyectos propios.
Otras iniciativas
“Estamos haciendo un sistema inteligente de puertas, yo estoy con Alejandra encargándonos de la parte de estructuras, instalación eléctrica y el sistema de seguridad”, aseguró María Jesús Mora, quien estudia ingeniería electromecánica en la Universidad Fidélitas.
Nakisha contó que ella y Valeska se enfocan en el software, así por medio de una app podrán manejar todo el inventario que se encuentra en el Centro de Innovación.
Por su parte, Alejandra Soto aclaró que desean programar estas puertas inteligentes para que solo los trabajadores del centro tengan acceso y así haya un mejor control de todo lo que se tiene y se presta.
El entusiasmo de estas jóvenes es visible y destacan que desde el primer día en Intel han sentido apoyo y confianza en sus capacidades.
Timothy Scott, gerente de Relaciones Gubernamentales de Intel, explicó que las jóvenes no solo tienen acceso al espacio físico, sino también al equipo y las capacidades de ingenieros e ingenieras que son sus mentores durante este proceso de ocho meses.
“En Intel pensamos que, si logramos que una sola chica (de estas) se decida por campos como Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) vamos ganando, si logramos que las seis mucho más”, dijo el gerente de Relaciones Gubernamentales de Intel.
Angie Solís, encargada de programas para mujeres en STEM de Intel también contó que durante el primero de los ocho meses que estas jóvenes han estado en la empresa se les dio entrenamiento en estas herramientas y en habilidades estratégicas, como por ejemplo, cómo manejar su carrera o espacio laboral.
Un mundo de oportunidades
La joven Maripaz Urcuyo detalló que este camino de reconocer las oportunidades que abren las tecnologías empezó para ella en MenTe.
“MenTe fue una gran apertura de mi potencial como persona (...) Yo soy del criterio de que no nos podemos reducir a una sola esfera de conocimiento, tenemos que entender que todos formamos parte de un mundo que se desarrolla demasiado rápido”, dijo la estudiante de Derecho.
Ella sostuvo que en el futuro se ve como parte del cuerpo diplomático del país para así“ lograr que todos tengamos estas oportunidades de expandirnos en cualquier esfera de conocimiento que se nos presente”.
Por su parte, Valeska Mora contó que siendo ella de Limón siempre había visto la tecnología como algo difícil de llegar a hacer. Sin embargo, cuando se vino a San José, en el ese proceso de transición MenTe fue “una súper ayuda para tener una red de contacto”.
Melissa Monge, de Ideas en Acción, organización responsable del programa MenTe explicó que: “desde el principio nuestra visión fue poder abrir la gama de posibilidades a que chicas que no se hubieran planteado ningún camino académico en ciencia y tecnología, y algunas que sí lo habían hecho, pero tenían muchos mitos y miedos”.
Luego de pasar por MenTe “esta red les da todo el apoyo posible, desde capacitaciones, talleres, conocimientos, conectes, entradas a pasantías, como la de Intel en este caso”, recalcó Monge.
El programa, tal y como lo recordó Catalina, las impulsa a creer en sus sueños. “Cuando era pequeña quería ser astronauta, y todavía quiero. MenTe nos empodera demasiado para creer en nosotras mismas, yo puedo hacer eso y no solo verlo como un sueño”, concluyó la joven.
Mientras que Nakisha recordó que inicialmente no estaba muy convencida de ser parte de MenTe pues su interés andaba más por el mundo del diseño.
Una amiga le habló del programa y ella se inscribió. “Yo llegué y le dije a mi mamá hay otra muchacha negra en MenTe. Me pasa que cuando estoy en lugares científicos o tecnológicos no hay mucha gente racial diversa, entonces conversando con mi mamá ella me dijo que debería aprovechar esas oportunidades para abrir brecha en este espacio”, contó Dixon, y hoy no se arrepiente de la decisión.
Tras el programa comenzó a estudiar Ingeniería en Informática en el Instituto Tecnológico de Costa Rica (Tec) y se dio cuenta de que “esto no estaba alejado de lo que me gustaba, la parte de diseño y tecnología llegan a combinar demasiado, porque cuando usted comienza a diseñar una app, tiene que darle vida y color para que la gente sienta más amigable la interacción”, concluyó la muchacha.