Nueva York
Las tabletas tal vez no vuelvan a ser nunca tan populares entre el consumidor en general, pero son una herramienta laboral cada vez más importante.
Apple le apuntó a ese mercado al anunciar su segundo modelo de iPad Pro esta semana. Samsung empezó a vender la semana pasada su Galaxy TabPro S, que usa Windows, en tanto que Microsoft duplicó las ventas de su tableta Surface con el Surface Book, una computadora portátil a la que se le puede quitar el tablero, convirtiéndola en tableta. Google tiene su propia tableta Android, la Pixel X.
A diferencia de los modelos previos, estas tabletas son usadas con un tablero físico y un stylus. Eso las hace atractivas para la gente que está trabajando, ya sea escribiendo un informe, dibujando o diseñando algo en una aplicación con gráficos.
"No es ningún secreto que las tabletas se venden menos, con excepción de los sitios donde hay productividad", expresó Gary Riding, vicepresidente senior de Samsung, usando el término "productividad" para aludir a todo lo que no es juego.
Estos aparatos son más caros. Muchos se venden a cerca de 1.000 dólares, o más con accesorios. Las empresas las presentan como reemplazantes de las PC y no como aparatos para ver videos, leer libros y jugar juegos, todas estas cosas que uno puede hacer en su teléfono.
La Surface Pro 3 es "mucho más delgada que una laptop, y cuando le acoplas el tablero, tienes básicamente una laptop", dijo Ryan Hastman, quien deja su laptop Mac en su oficina cuando está de viaje, tratando de recaudar dinero para la Universidad de Alberta, en Canadá.
La venta de tabletas bajó un 10% a nivel mundial el año pasado, en que generó 207 millones de dólares, y se espera que bajen otro 6% este año, según IDC. Pero la venta de tabletas a las que se les pueden acoplar tableros se duplicaron, para llegar a 17 millones el año pasado. Se calcula que se venderán 64 millones para el 2020 y representarán un 30% del mercado de tabletas, comparado con el 8% actual.
"No todo es negativo", dijo el analista de IDC Jitesh Ubrani. "Microsoft está comercializando muy bien sus tabletas con tableros acoplados y todo el mundo está siguiendo sus pasos".
En cierto sentido, Apple fue víctima de su éxito tras el debut del iPad en el 2010. Los aparatitos causaron sensación cuando la gente vio que podían reemplazar a las laptops. Pero no son renovadas con la misma frecuencia que los teléfonos. Y a medida que los teléfonos se hicieron más grandes, muchos empezaron a preguntarse hasta qué punto necesitaban tabletas.
Microsoft irrumpió en ese mercado con una tableta que usaba Windows y estaba dirigida a los profesionales. Microsoft Surface no tenía las aplicaciones de juegos de los iPad y las tabletas Android, pero contó con Word, Excel y otras aplicaciones de Office mucho antes de que las incorporasen aparatos más orientados al entretenimiento. También tenía un puerto de USB y otras funciones que no aparecen en las tabletas.
A Microsoft le tomó dos años perfeccionar el producto. El Pro 3 fue la primera Surface con una base ajustable que da la misma flexibilidad que las pantallas de las laptop. Y los modelos del año pasado fueron los primeros Surface con Windows 10, que se parecen a las PC tradicionales mucho más que las de Windows 8 que reemplazaron.
"Todo el mundo quiere una tableta y todo el mundo necesita una laptop", comentó Brian Hall, gerente general de Microsoft para Surface. "Puedes adoptar el enfoque de que la gente tiene que comprar una de cada una o el de que hay algo que satisface las dos necesidades".
El último trimestre fue el mejor que ha tenido Surface, en que sus ingresos aumentaron un 29% y llegaron a los 1.350 millones de dólares.
Pero Apple no se da por vencido. IDC estima que vendió más de 2 millones de Ipad Pro en el último trimestre, comparado con 1,6 millones de Surface. La ventaja de Apple es que cuenta con aplicaciones diseñadas desde el vamos para pantallas al tacto y con facilidades para conservar la batería, a diferencia de otros aparatos que deben adaptar las aplicaciones pensadas para tablero y mouse.
Apple ofrece otra opción ahora: un iPad Pro de 24 centímetros (9.7 pulgadas) con un precio básico de 599 dólares, 200 dólares más barato que el original (a lo que hay que añadir 250 dólares para el tablero y el stylus) . Igual que han hecho Sambung y Microsoft, Apple trata de captar a cientos de millones de personas cuyas máquinas Window tienen al menos cinco años. Apple dice que la mayoría de sus clientes de iPad Pro usaban Windows.
Bryan Hughes, ejecutivo de la empresa de software Adobe, dice que los procesadores máas rápidos y mejores gráficos hacen que la gente compre el Pro cuando quiere reemplazar su PC. Muchos profesionales de industrias creativas afirman que prefieren las tabletas a las laptops para sus presentaciones y diseños.
Nicole Dalesio, artista y profesora de San José, California, dice que el stylus del iPad Pro es más preciso que otros aparatos y "reproduce el efecto natural de usar cosas como pinceles, lápices o carbón".
Esto no quiere decir que las PC van a desaparecer. Siguen ofreciendo una alternativa más barata a las laptop. Tampoco van a desaparecer las tabletas orientadas al entretenimiento.
"Esto es lo que pasa cuando los mercados maduran", declaró Jan Dawson, analista de Jackdaw Research. "Hay un montón de mercados que solo pueden ser servidos por productos orientados específicamente a sus necesidades".