Nueva York
En el 2010, Mark Zuckerberg dijo que la privacidad ya no era una ''norma social’'. Sin embargo, cuatro años más tarde, el péndulo podría estar listo para desplazarse hacia el otro lado. La segunda generación de ciudadanos digitales – adolescentes y jóvenes del milenio, que han pasado la mayoría de los años, si no todos los de sus vidas, en línea – parecen estar más propensos a adoptar herramientas de privacidad y proteger su información personal.
Aplicaciones que están desapareciendo, orientadas a los mensajes como Snapchat y Cyber Dust, han sido adoptadas por los jóvenes que no están dispuestos a dejar tanta información en una huella digital.
Las aplicaciones de vídeo, como Vine e Instagram, permiten crear una versión editada de su mundo, en lugar de subir todos sus datos personales.
Incluso Facebook, a pesar de años de resistencia, cambió recientemente para los nuevos mensajes, de ''público’' a ''amigos’' por defecto, e introdujo herramientas que le permiten fácilmente eliminar su etiqueta en fotos de otras personas, y cambiar sus mensajes viejos de público a sólo amigos.
''Anteriormente hubo una especie de confianza indebida en la magia de los servicios de la nube’', dijo Justin Brookman, director del Consumer Privacy Project en el Center for Democracy and Technology. ''La gente está empezando a reconsiderar eso.'' ''Para algunas personas, los resultados serán que no tendremos ninguna privacidad, y debemos superar eso’', dijo. ''Pero no creo que la gente quiera eso. Hemos visto a las nuevas generaciones buscar herramientas que les permitan comunicarse de manera privada’'.
Estas herramientas no son infalibles, pero hablan de un interés en compartir menos y ser más prudentes.
Algunos dispositivos como el blackphone también ofrecen herramientas ampliadas para proteger su privacidad, como el cifrado de datos y el manejo de aplicaciones más seguras, que podrían aparecer poco a poco en productos convencionales.
Y la presión regulatoria en Estados Unidos y Europa puede llegar a obligar a las empresas a pensar dos veces acerca de lo que hacen con la información personal. ''Estamos viendo mayores presiones sobre las empresas para que sean más explícitos acerca de lo que están haciendo con sus datos’', dijo Brookman. ''Sin embargo, una gran cantidad de empresas tratarán pronto de pasar inadvertidas. Exigir una verdadera y real transparencia sería de gran ayuda en estos asuntos’'.
Podemos hacer mucho para protegernos contra hackers decididos a robar nuestra información. Puede crear contraseñas más seguras y permitir cosas como la autenticación de factores múltiples, que añade pasos para iniciar sesión en una cuenta en línea. Claro, una persona que lleva anteojos Google podría grabar subrepticiamente sus conversaciones o acciones en público.
Pero muchas pérdidas de privacidad en línea son auto-infligidas. Esa es una razón por la cual la frase ''expectativa razonable de privacidad’' tiene una historia tortuosa en la Web.
Sus orígenes están en un fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos, que ayudó a refinar la Cuarta Enmienda de la Constitución, que protege a los ciudadanos contra registros y detenciones irrazonables. Durante 1967, un fallo de la Corte creó el concepto de la expectativa de privacidad, pero casos posteriores determinaron que la expectativa podría no existir para la información que se expone a terceros con conocimiento de causa.
Esto resulta en un camino bastante amplio, ya que se aplica a casi cualquier información que usted da a alguien más. Y, si bien antes se supone que ha tenido una expectativa razonable de privacidad en lugares como su casa, la privacidad en Internet o cualquier cosa relacionada con ella, ha resultado difícil de defender.
No ayuda si usted voluntariamente comparte información con otras personas – y empresas – en los medios de comunicación social. El teléfono de su propiedad también puede estar rastreando su ubicación exacta y compilar un registro completo de su paradero. Aunque la Suprema Corte de Justicia dictaminó este año que la policía no puede buscar un teléfono sin una orden judicial, el gobierno de Estados Unidos argumenta que no necesita una orden judicial para obtener el historial de los proveedores de celulares, porque no se puede esperar que la información sea razonablemente privada.
Los clics de búsqueda que hace en anuncios y el historial de búsquedas pintan un cuadro de lo que compra, lo que le interesa y lo que le preocupa. Incluso su correo electrónico y sus mensajes personales pueden ser presa fácil. Google dijo en el 2013, en una presentación ante la corte, que los usuarios no tenían ninguna expectativa razonable de que sus comunicaciones por correo electrónico fuesen confidenciales.
Esa es una razón para decir que, para los jóvenes – y tal vez incluso algunos de los maduros – hay muchos datos que crean la necesidad de pensar dos veces acerca de su comportamiento en línea. El año pasado, el Pew Research Center informó que el 86 por ciento de los usuarios de Internet había tomado algún tipo de medidas para evitar ser identificados o rastreados, a pesar de que casi el 60 por ciento de ellos cree que el verdadero anonimato en línea es imposible. Podrían tener razón en relación al anonimato, pero otros aún podrían argumentar que vale la pena luchar por al menos un poco de intimidad.