Este fin de semana un tuit racista le costó a una relacionista pública su trabajo y un mala reputación en la red.
¿Cómo, si tenía apenas 200 seguidores, pudo generarse semejante revuelo? Un retweet de uno de sus seguidores llegó a un empleado del sitio Buzzfeed.com, que le dio una mayor difusión, según medios estadounidenses.
Por dedicarse a la comunicación, esa relacionista pública estaba más expuesta a que un post indebido tuviera este tipo de repercusiones.
Sin embargo, cualquier persona que no mida sus palabras en redes sociales podría terminar envuelto en una bola de nieve digital similar.
Consultada por este medio, Carla Cabalceta, especialista en relaciones públicas y redes sociales de la agencia Interamericana de Comunicación, aconsejó pensar antes de escribir.
"Así como tenemos cuidado con lo que decimos, tenemos que tenerlo con lo que escribimos, más si es en redes sociales", dijo Cabalceta.
Además, recordó que, si está en la web, es de dominio público. Esto es independiente de la cantidad de seguidores que tengamos porque la viralidad en cualquier momento se convierte en un detonante.
Aparte, recordó la cadena CNN, no se pueden borrar tuits porque, aún si el usuario de lo elimina de su cuenta, este sigue "viviendo" por medio de los retuits.
También se aconseja revisar bien si se trata de un mensaje directo o de un tuit público y ser respetuosos siempre, en la vida real y virtual.
"Dar a conocer nuestra opinión no implica que debamos faltar el respeto a alguna población, sea un grupo de género, de edad, de orientación sexual, de ideología política, etc.", comentó Cabalceta.