Los habitantes de una ciudad de Siberia, Rusia, no necesitan volar a islas tropicales para tomarse selfies junto a aguas color turquesa.
Miles de pobladores de Novosibirsk, ciudad al sur de la capital, se toman fotos a orillas de un lago azul al que llaman las “Maldivas Siberianas”.
El color azul se debe a una reacción química entre los desechos tóxicos de una usina cercana.
Los ambientalistas han advertido a la gente, desde mujeres semidesnudas hasta parejas de recién casados, que no debe entrar en contacto con el agua.
Novosibirsk es la tercera ciudad más grande de Rusia y nadie esperaba encontrarse ‘paraíso’ en el sitio, por lo que una vez publicada la primera foto en redes sociales, influencers de Instagram, recién casados, bebés y bañitas con flotadores, son una verdadera sensación en la red.
Las aguas cristalinas del lugar, en realidad nunca fueron un lago, sino un botadero de desechos óxidos metálicos y nocivos para la piel.
El ambientalista Dmitry Shajov dijo que el agua puede provocar reacciones alérgicas e incluso quemaduras químicas si se la ingiere o toca.
“Esta agua está saturada de metales pesados (y) sustancias dañinas”, aseveró.
La Compañía Generadora Siberiana dijo que ha apostado guardias para alejar a los intrusos, pero insistió que el lago no amenaza el ambiente.
Pese a las alertas de las autoridades, el lugar se volvió tan popular en Rusia que cuenta con su propio perfil en Instagram. Incluso, los influencers lo apodaron “Maldivas siberianas”.
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