Fue hace dos años, en agosto, cuando Carolina Aguirre y Martha Lacayo participaron en una reunión con sus esposos, quienes son primos y no se conocían. La “fiesta” estaba muy seria y al notar que eran ellas las que más se reían y hablaban hicieron clic, pero no solo las unió una simpatía, sino también su afición por Facebook.
Tras ese encuentro empezó a “cocinarse” en la red social, un popular grupo cerrado llamado De todo un poco, que cuenta con más de 28.000 miembros y en el que la gente comparte recomendaciones y consejos.
Para Hazel Rodríguez Chaves y Rita Robles Loaiza fue un poco diferente, a ellas las unió una causa común.
En las pasadas elecciones presidenciales del país, querían saber cómo aportar y sin conocerse se reunieron para analizar planes de gobierno.
Las elecciones acabaron pero surgió la amistad y reconocieron que ellas y sus talentos se necesitaban. Hazel tiene conocimientos en fotografía y diseño y Rita en ingeniería en sistemas.
De ahí identificaron que otras mujeres emprendedoras también se necesitan entre sí; a la dupla más tarde se unieron Jendry Rodríguez, hermana de Hazel, y Lucía Salas Sibaja; así conformaron La Red Violeta, una red productiva donde se promueve el emprendimiento y la alianza entre mujeres con un enfoque feminista.
Estas son apenas algunas de las historias que se han tejido y las personas que se han conectado en los 15 años que Facebook tiene de existir y que conmemora este mes.
Un grupo, una familia
Lejos de verla como una plataforma en la que la gente gasta minutos de su vida, Carolina Aguirre y Martha Lacayo decidieron invertir su tiempo y esfuerzo en Facebook y esto les ha dejado réditos: han creado un grupo donde se respira un ambiente familiar y, de paso, se convirtieron en empresarias.
¿Pero, qué publican en su grupo? Pues literalmente de todo un poco, eso sí, si hay algo que no admiten son las malas recomendaciones o las comparaciones entre servicios, ya que crearon este espacio, huyendo de grupos en los que la gente era grosera y repartía insultos.
Pusieron sus propias reglas, invitaron a amigos de sus amigos y se dedicaron a publicar de lo que les gusta, por ejemplo, Carolina comparte información de arte e información de conciertos y Martha recetas de cocina y películas románticas.
La vida de estas dos mujeres de más de 40 años ha cambiado: “Antes eran las labores de la casa, los chiquitos y punto. En cambio ahora, la gente de afuera nos valora demasiado y la familia también se da cuenta de que uno...antes era la mamá y la mujer en la casa, pero no le daban el valor que uno tiene”, cuenta Carolina Aguirre.
Ahora hasta las reconocen en el supermercado y Martha Lacayo coincide en que, tener el grupo y poder expresarse en él de manera natural le ha ayudado a empoderarse.
“Yo jamás pensé que siendo una misma podía conseguir tanto; una miraba al marido que estudió tal carrera y con honores y aunque uno haya estudiado en la universidad, antes los importantes eran ellos, y no hay nada de malo en que los dos puedan brillar”.
Además, Carolina que se considera un poco más tímida que Martha ha ido “soltándose más para hablar”, pues también hacen transmisiones en vivo en el grupo, ya sea para compartir recetas o para entrevistar a expertos y hasta personalidades.
Sin embargo, dentro del mismo grupo existen secciones, como preguntas anónimas, ventas de garaje y hasta se ha dado el espacio para tender una mano a quienes lo necesitan.
Lacayo recordó la historia de una mujer que envió una de estas consultas anónimas, explicando que estaba sin trabajo y que le iban a cortar la electricidad y el agua de su casa.
“Ella tenía el pelo muy largo y quería que yo le ayudara a preguntar dónde podía cortárselo para venderlo…. Entonces le ayudé con la publicación”, recordó Martha.
A raíz de eso, se hizo un chat donde la gente le ayudó a pagar los recibos y además le ayudaron a conseguir trabajo.
También, en alguna ocasión los miembros tendieron una mano a una familia que iba a perder su casa, pues no habían podido pagar las cuotas del préstamo en el banco.
Entonces pasó algo similar, algunos de los miembros abrieron un chat y averiguaron bien en el banco, “todo se corrobora antes, para saber si de verdad la familia lo necesitaba y cancelaron las cuotas del banco”, recordó Aguirre.
Ella está convencida de que su grupo llegó a llenar un espacio, porque, aunque “hay mucho blogger, influencer, la mayoría son jóvenes. Nosotras vamos para otro tipo de público, porque la gente no tenía como identificarse, o que tenga la misma necesidad de ellos”.
La Red Violeta
Hazel, Jendry, Lucía y Rita detectaron una necesidad similar: las mujeres emprendedoras que conocían no se identificaban con asociaciones u otro tipo de agrupaciones, pues según Jendry “son nombres que resuenan en otra época”.
Por esa razón, es que estas muchachas recurrieron a Facebook para convertirlo en el sitio inicial de reunión de mujeres con emprendimientos. Luego buscaron un nombre y un dominio para crear también una página en Internet.
Según Hazel Rodríguez el crecimiento de La Red Violeta ha sido “completamente orgánico, nunca hemos pagado una publicidad. Todas las semanas crece alrededor de 15 o 20 likes (me gusta) o un poco más, ahorita tenemos alrededor de 1.700 seguidores”.
El acercamiento de las chicas logró la creación de un directorio web en el que cada emprendedora puede compartir sus datos, y explicar los servicios que ofrece y así ser contactada.
Además, se programan publicaciones en el perfil de Facebook, para que la gente vaya conociendo a las emprendedoras y cuando no hay nuevos proyectos que mostrar, se aprovecha para compartir frases célebres de alguna emprendedora.
¿Qué lugar vino a ocupar esta red? Según Hazel Rodríguez es un espacio que facilita que mujeres hablen con otras mujeres y compartan experiencias; que formen alianzas comerciales, esa necesidad de tener amigas o redes de apoyo para las emprendedoras.
Mientras que Jendry señaló que para ellas Facebook es una herramienta excelente para formar La Red Violeta. “Nosotras logramos trascender eso a la vida real, pero volvemos a Facebook para mostrar los perfiles de cada emprendedora”.
Y hablando de trascender, las jóvenes han conformado también los Encuentros Violeta, donde las mujeres que pertenecen a la red se conocen e inclusive, sus propias madres se han involucrado.
Rita recordó que en uno de esos encuentros, su mamá participó y se dio cuenta de que en el pasado había sido emprendedora, y que inclusive generó también una red y empleo para otras mujeres, amigas o conocidas de ella.
La Red Violeta apenas suma ocho meses pero desde ya se convirtió en un espacio de referencia, según sus fundadoras, quienes ahora sueñan con pronto gestionar financiamiento para seguir expandiendo esta red fuera del Valle Central, para llegar a más chicas.