Washington. La obsesión de Elon Musk por adquirir Twitter se convirtió casi desde el comienzo en una pelea entre el polémico magnate y su red social favorita. Tras meses de recriminaciones e intentos de cancelar el negocio pactado, Musk dio el martes una tregua y aceptó cumplir su oferta inicial.
Algunos de puntos claves de la saga:
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‘Apasionado creyente’
Musk es un viejo usuario de Twitter con más de 100 millones de seguidores. Utiliza la plataforma como megáfono para sus ambiciones personales y empresariales. El 4 de abril formalizó un pedido de compra del 9,2% de las acciones de Twitter por $2.900 millones (¢1,821,200 millones).
Las acciones de la red social se dispararon, Musk ganó un sillón en la junta de la empresa y el CEO (máximo ejecutivo de una organización) de Twitter, Parag Agrawal, lo describía como “apasionado creyente e intenso crítico del servicio”. Eso “es exactamente lo que precisamos”, expresó entonces.
Píldora venenosa
El idilio entre las partes duró solo uno días. Musk decidió no integrar la junta y Agrawal dijo que eso era lo mejor. Musk lanzó una oferta hostil por Twitter, según documentos del 13 de abril y la empresa recurrió a la “píldora venenosa”, un mecanismo que permite ofrecer a los accionistas más acciones a bajo precio.
Marcha atrás
Luego Twitter revirtió el curso y el 25 de abril reveló que acordó venderle toda la compañía en $44.000 millones (¢27,632 millones). Musk se desprendió entonces de $8.400 millones (¢514,860 millones) en acciones de Tesla, prometió usar hasta $21.000 millones (¢13,188 millones) de su fortuna personal y consiguió que algunos amigos aportaran unos cuantos miles de millones.
El magnate, famoso por sus provocativos mensajes, anunció que planeaba readmitir al ex presidente Donald Trump en Twitter, de donde fue expulsado tras el asalto al Capitolio en el 2021.
A la Corte
Luego Musk se echó atrás. El 13 de mayo expuso que el acuerdo estaba “temporalmente en suspenso” mientras buscaba información sobre las cuentas falsas y spam en la plataforma.
Después de dos meses de discusiones públicas sobre el tema, canceló el acuerdo y acusó a Twitter de hacer “engañosas” declaraciones. De inmediato, la empresa entabló acciones legales para hacer cumplir el acuerdo de compraventa.
Reconciliación
Ambas partes se prepararon para un largo y costoso enfrentamiento en un tribunal especial del estado de Delaware. Musk resultó favorecido por revelaciones de un exfuncionario de Twitter, que expuso las deficiencias de la compañía en el recuento de cuentas falsas y bots, así por aparente negligencia en materia de seguridad.
Twitter, sin embargo, mantenía que su acuerdo con Musk estaba sellado y que en consecuencia debía cumplirse. Sin embargo, todo cambió este martes, cuando el multimillonario recurrió a Twitter para anunciar que aceptó cumplir el trato. “Creo que Musk advirtió que no ganaría el juicio”, comentó el profesor de derecho Carl Tobias.
El futuro
Previamente, en mensajes al personal de Twitter, Musk dijo vislumbrar una plataforma con mil millones de usuarios, pero no fue claro en cuanto a eventuales despidos o límites a la libertad de expresión.
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Pero aún antes de que se pueda diseñar el futuro de Twitter, cualquiera de las partes puede seguir discutiendo los detalles de la venta. Si bien un potencial enfrentamiento en los tribunales disminuyó, sigue siendo una posibilidad.