Mañana serán los creadores de dispositivos médicos que sustituirán partes del cuerpo humano y de los componentes que integrarán los gadgets más novedosos del mercado. Hoy, son 85 ingenieros que cursan la nueva maestría en Electrónica, del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Deseosos de atraer inversión e investigación extranjera al país y formarse como científicos y profesores, estos estudiantes iniciaron desde enero una travesía académica de dos años, máximo tres.
El viaje los llevará a formarse en áreas como: diseño VLSI, procesamiento digital de señales, sistemas empotrados, sistemas microelectromecánicos y manufactura electrónica.
Los conocimientos de esas especialidades se aplican, por ejemplo, en sensores para medir la presión sanguínea, e incluso en el área automotriz. Pero son tan especializados, que “a veces no salimos con esos conocimientos de la universidad; (con la maestría) podemos ampliar”, dijo el estudiante William Quirós.
Nuevos científicos. “Últimamente las empresas no solo te contratan para darte un trabajo, sino también para desarrollar investigación”, destacó Quirós.
Él es uno de los estudiantes becados por el TEC, el Conicit y el Micit para convertirse en profesores e investigadores en Electrónica.
La formación de este joven y sus otros cinco compañeros pretende compensar una carencia que tiene el país en el sector de Tecnologías de Información y Comunicación. “Solo hay siete investigadores en ese tema con grado doctoral en Costa Rica”, dijo Paola Vega, coordinadora del nuevo posgrado del TEC.
Por eso, una vez que terminen la maestría, ellos partirán fuera del país a cursar su doctorado.
Aprendizaje moderno. La novedad de esta formación trae consigo una metodología dinámica y permite que ingenieros de empresas como Intel y Hewlett-Packard reciban clases en su oficina.
Ese es el caso de Andrés Malavassi , quien lleva el énfasis en Microelectrónica.
“La ventaja es que tengo clases en el trabajo y no pierdo tiempo en trasladarme”, dijo el joven. Si lo envían fuera del país , no pierde lecciones porque las recibe a través de videoconferencia.
Los otros alumnos de la maestría están acostumbrados a esa dinámica: “Como en el país no hay tanta formación humana (en este campo), la mayoría de nuestros profesores están fuera, recibimos clases virtuales”, explicó Jorge Castro, estudiante del énfasis en sistemas empotrados.
A este ingeniero le resulta importante que el nuevo posgrado comience a formar a los investigadores y profesores que requiere Costa Rica: “Para que haya personas capacitadas para instruir en el país en estas temáticas”.
Aunque la maestría se inició en enero, ya los muchachos comienzan a dimensionar el poder del aprendizaje obtenido.
“Ahorita uno está a nivel de ejecución , pero con los cursos que he llevado de la maestría ya puedo proponer ideas más novedosas”, dijo Malavassi, quien labora en la Sección de Diseño Digital y Analógico del procesador en Intel.
Los muchachos desde ya piensan en grande y conocen de antemano el alcance que pueden tener los proyectos que desarrollan.
“La gran versatilidad de los sistemas empotrados (diseñados para un objetivo específico) permite diseñar desde componentes para un celular hasta sustituir partes del cuerpo”, resaltó la ingeniera Laura Cabrera.