Londres. AFP Con tres niños pequeños y un empleo, Emma Martini tiene poco tiempo para los juegos de computadora. Pero cada noche se sienta en silencio, al pie de la cama de su hijo, mientras este se duerme... y juega a Candy Crush .
“¡Me evita estar ahí sentada en la oscuridad mirando a la pared durante 15 minutos!”, dice riendo esta madre de 32 años.
Ella es una de los aficionados de este adictivo juego, a quienes se ve concentrados en sus teléfonos y tabletas, apenas tienen tiempo.
A diferencia de los videojuegos convencionales, cuyas partidas pueden durar horas, Candy Crush Saga es uno de los nuevos “juegos informales” que los jugadores pueden disfrutar durante los viajes y ratos libres.
Adictivo. Candy Crush es un juego sencillo y gratuito. Hay cientos de niveles y todos consisten en mover caramelos de colores de un lado a otro para tratar de alinear tres.
Pero es muy absorbente: hace que viajeros olviden su parada, que trabajadores alarguen su almuerzo y que los niños se vayan a dormir tarde para superar un nivel.
El pasatiempo se ha colado en cada momento del día, atrayendo a gente nueva al universo de los videojuegos; y las mujeres constituyen dos tercios de los 93 millones de apasionados de Candy Crush, según la empresa creadora, King .
“Los juegos informales han calado entre las mujeres”, explicó Mark Griffiths, director del Departamento de Investigación de Juegos de la Universidad Nottingham Trent.
“La mayoría de las veces juegan cuando el niño hace una siesta, o camino al trabajo, sin interferir en las cosas importantes de la vida.
”Es una solución rápida al aburrimiento”, sentencia Griffiths.
Candy Crush registra 700 millones de sesiones diarias, lo que lo convierte en el producto de más éxito de King y en el impulso en el que confía la empresa para entrar en la bolsa de Nueva York.
“Es un juego que requiere 100% de concentración, te olvidas de todo lo que te rodea”, dijo Griffiths.