“En cuestión de tres o cuatro semanas a la gente se le olvidan las cosas”, dice Gary Centeno con voz tranquila.
Han pasado poco más de tres semanas desde que el actor costarricense, radicado en México, se enfrentó a una ola de críticas en tierras aztecas, luego de ser expulsado de Survivor, el afamado reality show que trasmite TV Azteca.
Hoy, con el panorama más claro, Gary reconoce que hubo momentos en los que no pudo controlar su espíritu competitivo y perdió, en varias ocasiones, el control en el programa. Se enojó y tuvo fuertes discusiones que terminaron por dejar al descubierto sus problemas de ira.
“Los realities son polémicos, si no no funcionan, y esta vez sí hubo mucha polémica por mi problema de explosividad. Y fíjate que yo llegué con la convicción de que me iba a contener y que no iba a explotar, y duré como seis o siete semanas aguantándome, porque de una u otra manera la producción y el mismo conductor me picaban y yo no explotaba... Desgraciadamente, la última semana exploté con un concursante que es de los favoritos, que se llama Pablo, es un chef y fue horrible.
”Ahí empezó el odio en redes sociales, se empezaron a meter con mi familia y fue muy feo. La gente se enganchó muy fuerte con el programa y la gente no sabe lo que pasa adentro, porque el público solo ve dos horas de programa por día y nosotros estamos ahí 24/7. Hay un montón de cosas de producción que la gente no sabe. Entonces es muy cómodo que te critiquen y te juzguen desde su casa”, asegura.
El reality se realiza en una isla y los participantes deben construir su propio lugar para dormir y buscar su propia comida, lo que, según el tico, hace que los participantes sean más vulnerables.
“Es que estás bajo el sol más de ocho horas, sin comer, donde te pican los mosquitos, donde hace frío en la noche y donde hay que dormir en una tabla. Entonces, obvio, llega un punto en el que cualquier cosita que te digan, te hace explotar”, resalta.
Esta fue la segunda ocasión en la que el actor costarricense formó parte del reality, pues el tico ya había competido en una temporada anterior. Según explica, en esta oportunidad la producción apostó por reunir a los talentos más polémicos de las temporadas anteriores para una nueva aventura de supervivencia.
Gary asegura que, en un inicio, él no quería aceptar la propuesta, pero al final terminó aceptando la invitación de TV Azteca.
“Yo no quería aceptar este proyecto, porque la verdad es que yo soy actor y a veces sí me pega un poco en el ego del actor, porque a veces yo digo: ‘yo no estudié cuatro años artes escénicas para venir a hacer un reality’; pero luego pienso que ahora todo el mundo está haciendo este tipo de formatos: celebridades, cantantes actores y gente muy famosa y, di, hay que montarse a la ola”, comenta.
Una lección
Actualmente, Gary Centeno confiesa que no se arrepiente de haber entrado a la competencia nuevamente, pues al final pudo descubrir que sí, tiene un problema, el cual tendrá que trabajar.
“Es algo que yo vengo arrastrando desde hace mucho y esta temporada me hizo darme cuenta que sí, yo estaba tapando el sol con un dedo. Sabía que tenía un problema y lo quería resolver solo, pero estas cosas no se pueden resolver solos, hay que ir a terapia con psicólogos y todo porque es un problema emocional. Yo no puedo canalizar mis emociones y dije: ‘Ok, tengo este problema, tengo que abrazarlo y ahora necesito ayuda’”, afirma.
Eso sí, Gary confiesa que fue muy difícil reconocerlo en televisión nacional, pues cuando salió del reality se debió enfrentar a la realidad, a los medios de comunicación y a las entrevistas.
“Cuando salí, hicieron un en vivo en redes sociales y eso fue algo muy difícil para mí, porque fue exponerme como figura pública, exponer este problema. Es muy feo que la gente también empiece a juzgarte; es como los alcohólicos, porque al vos juzgar al alcohólico también sos parte del problema, no lo estás ayudando. Y yo dije, voy a ser sincero conmigo mismo y sincero con el público, y les voy a decir las cosas como son”, detalla.
‘Abrazando’ su problema, tal y como él mismo lo dijo, Gary confesó que ya fue a su primera cita de terapia. Dice estar muy feliz.
Nuevos proyectos
Gary dice que ya pasó la página de ese capítulo de su carrera y, mientras se toma unos días de vacaciones en Costa Rica junto a su pareja, la actriz Lorena del Castillo, y su hija Luna, se prepara para un nuevo proyecto laboral.
Se trata de la obra de teatro Afterglow, la puesta en escena que define como la más retadora de toda su carrera y que ha dado mucho de qué hablar en México.
“Es una obra que trata del poliamor, es entre tres hombres, entonces las escenas que tengo en el teatro son muy fuertes, pues son con hombres, hay desnudos, besos y demás, entonces ha sido muy difícil; pero lo acepté porque Sergio Gabriel es un gran productor de México y también porque para mí era un reto
Es decir, yo siempre pido papeles que me puedan retar. Entonces lo hablé con Lore (su pareja) y ella me dijo que si yo me sentía capaz de hacer un personaje de ese tipo ella no tenía problema y entonces acepté”, comentó el actor.
Y a pesar de que ha sido difícil, Gary se siente muy satisfecho de su trabajo, pues ha podido explorar nuevas facetas como intérprete.
Gary, quien ha formado parte de otras producciones como Eternamente amándonos, de Televisa; y La casa de las flores, de Netflix, también está trabajando una línea de trajes de baño. De hecho, la próxima colección de esta línea de prendas, estará inspirada en todo lo que pudo ver en la isla en la que se filmó Survivor.