Recientemente se incorporó al catálogo de Netflix la miniserie de seis episodios Painkiller, que aborda desde distintos ángulos la epidemia de opioides que ha asolado a Estados Unidos por décadas, especialmente a partir de la aparición en el mercado del polémico fármaco Oxycontin, en 1995.
Lo curioso es que Painkiller llega menos de dos años después de otra miniserie que en ocho capítulos contó prácticamente la misma historia: se trata de Dopesick, original del servicio Hulu y que en Latinoamérica se puede ver en la plataforma de streaming Star+.
Con leves diferencias, ambas producciones cuentan más o menos con los mismos protagonistas: un personaje ficticio que representa al estadounidense promedio que se hizo adicto al Oxycontin a partir de una lesión en la espalda y la desafortunada prescripción por parte de su médico de confianza; los sufridos burócratas de entidades de gobierno que se las ingenian para llevar a los tribunales a Purdue Pharma, la corporación fabricante del adictivo medicamento; los agentes de ventas que se dejan llevar por la orgía de dinero que se generó al inundar el mercado con la pastillita, y la familia Sackler, dueña de Purdue y que para todos los efectos es la encarnación de la avaricia, la maldad y la crueldad.
Si se trata de escoger, Dopesick es mucho mejor que Painkiller, sin duda. Sin embargo, es probable que la miniserie de Netflix termine causando un mayor impacto, dado que está en una plataforma de mayor alcance. De hecho, como consumidores nos hace falta ponerle más atención a Star+, el hermano adulto y menos famoso de Disney+, que lastimosamente se ha asociado más con los deportes de ESPN, a pesar de contar con excelentes películas y series derivadas de Hulu, FX y ABC. Pero eso es tema para otra ocasión.
Painkiller tiene su mayor estrella en Matthew Broderick, quien interpreta a Richard Sackler, el presidente de Purdue que impulsó el desarrolló de Oxycontin y llevó el mercadeo farmacéutico a su extremo más diabólico, pese a que la empresa siempre tuvo claro que su medicamento estrella contra el dolor podía generar adicción entre los pacientes.
En tanto, Dopesick brilla gracias a la actuación de Michael Keaton, que hace a uno de los tantos médicos de pueblo pequeño seducidos por los encantos y billetes del Purdue y que no solo recetó a sus pacientes con el temible fármaco, sino que incluso terminó él mismo convertido en adicto. Keaton fue aplaudido por su interpretación, al punto de ganar el premio Emmy y ser nominado al Globo de Oro.
En todo caso, sea por medio de Painkiller o de Dopesick, lo importante es que más personas conozcan y se informen sobre la tragedia que ha significado el Oxycontin en Estados Unidos y cómo una familia sin escrúpulos se convirtió en billonaria de un modo legal y a la vista de todos, destruyendo la vida de cientos de miles de personas que solo buscaban un alivio contra el dolor.