Crítica de música: Emotivo concierto de la OSN finaliza la temporada 2023
Orquesta Sinfónica Nacional despidió el año, a ocho músicos que se jubilan y a su director titular
Escuchar
PorJordi Antich/antich@ice.co.cr
El último concierto del año de la Sinfónica Nacional se presenta en un ambiente cargado de emotividad al coincidir con un homenaje a 8 de sus integrantes que se acogen a pensión. Estos músicos se agregan a más de 25 quienes han dejado la orquesta en los últimos años, lo cual representa, ni más ni menos, el cambio más importante y abrupto en medio siglo; desde aquel momento, ya legendario, cuando Guido Sáenz y José Figueres contrataron 22 instrumentistas extranjeros para sustituir a otros tantos nacionales. A todo esto se sumó otra despedida penosa e inquietante: fue el último concierto del director titular Carl St.Clair, quien ocupó el podio por 10 años y el Ministerio de Cultura decidió inoportunamente prescindir de sus servicios.
Por otro lado, el programa se nos ofreció menguado: se eliminó la 4ª Sinfonía de Mahler, ello debido a que la administración de la orquesta y el Ministerio no han logrado tramitar la recuperación de las plazas de muchos de los músicos que se han retirado, ni conseguir los presupuestos necesarios para contratar sustitutos temporales. Ojalá esta situación no se convierta en tendencia, porque lo mismo pasó con Muerte y transfiguración de Strauss en el concierto pasado. No quiero ser agorero, pero una orquesta sinfónica profesional, que no puede tocar el repertorio sinfónico o debe recurrir a estudiantes, a los que no se les paga, deja de existir como tal.
Para remplazar la sinfonía de Mahler se presentaron obras que requieren muchos menos músicos. La Sinfonía No. 32 de Mozart es una pequeña joya musical poco conocida, una de las más breves, solo comparable con las llamadas sinfonías infantiles. La interpretación se mantuvo fiel a su brillante estilo operático- Mozart fue ante todo un gran compositor de ópera. Cuerdas, maderas y metales lograron articulaciones precisas y las sutilezas de fraseo, característicos de este tipo de música.
En cambio, la 5ª Sinfonía de Beethoven es archiconocida como uno de los mejores caballos de batalla, cuando se quiere llegar al público sin demasiados costos añadidos. De enorme intensidad rítmica, el primer movimiento está construido a partir de una brevísima célula musical- solución revolucionaria en su época- la cual contrasta con el motivo plenamente melódico del tema con variaciones del segundo, interpretado con sonido terso y bello fraseo por las violas y violonchelos de la Orquesta. En el tercero y cuarto, que van juntos, se suceden una serie de pinceladas casi coreográficas, que cobran sentido al desembocar en un himno triunfal. Aquí Beethoven, por primera vez en la historia, agrega el contrafagot y los trombones en una sinfonía, antes se usaban únicamente en música coral religiosa.
Totalmente fuera de contexto quedaron en el programa los Cantos de Auvernia de Joseph Canteloube al desaparecer la 4ª de Mahler, con la que se correspondían en su carácter ingenuo, preciosismo melódico e instrumentación transparente, muy diferente a los golpes de cincel con los que Beethoven construyó su quinta. Los Cantos de Auvernia son una colección de melodías tradicionales de esa región de Francia, donde nació el compositor, quien dedicó toda su vida a recopilar, transcribir y orquestar música folclórica de su país y otras zonas de Europa. A pesar de la incoherencia con el resto del programa espurio, esta música sutil, finamente orquestada, fue lo mejor de la noche. El público estaba visiblemente encantado con la hermosa voz y fraseo generoso de la soprano Elissa Johnston, muy bien acompañada por la batuta de St. Clair.
Una Orquesta Sinfónica es, ante todo, el trabajo de los músicos integrantes, de los solistas invitados y su director, quien conjuga los esfuerzos creativos de todos en una propuesta artística trascendente. Francamente quisiera creer que el caos administrativo y el nacionalismo aldeano de esta administración no van a derrotar los valores artísticos forjados a lo largo de 80 años de historia de la Orquesta Sinfónica Nacional. Espero que, al menos, se recupere alguna sensatez en el próximo proceso de elección de un nuevo director, que de manera descabellada coincide con 3 cambios de director administrativo, una Junta Directiva totalmente inexperta y una orquesta seriamente disminuida por el renuevo generacional y por el ninguneo del cual son objeto sus integrantes.
En beneficio de la transparencia y para evitar distorsiones del debate público por medios informáticos o aprovechando el anonimato, la sección de comentarios está reservada para nuestros suscriptores para comentar sobre el contenido de los artículos, no sobre los autores. El nombre completo y número de cédula del suscriptor aparecerá automáticamente con el comentario.