Carl Orff compuso la cantata Carmina Burana en 1937 en un estilo simplista al extremo: renuncia deliberadamente a la armonía, el contrapunto e incluso a la melodía, tal y como esta se empleó durante todo el siglo XIX y principios del XX. Así mismo, Orff se distancia –por demasiado complicadas– de las tendencias musicales predominantes en su época; sus únicos referentes son, cuando mucho, Debussy y Stravinsky (Las Bodas).
La obra está construida a partir de pequeñas células melódico-rítmicas y brevísimas secuencias armónicas que se suceden obsesivamente. Los antídotos a la monotonía son: el contraste de registros vocales, los cambios en el color instrumental, y muy especialmente, la intensidad de la percusión. En pocas palabras, la misma simpleza básica que encontramos en miles de canciones populares de nuestra época con las cuales Carmina Burana comparte popularidad, todo esto llevado al más alto nivel. El otro gran acierto reside en la escogencia de los textos de algunas de las canciones del Monasterio de Beuern, plenas de sensualidad pagana, a pesar de su origen.
La actuación del Coro Sinfónico Nacional, preparado por su director Ramiro Ramírez, en términos generales fue encomiable, aunque con algunas carencias en la proyección vocal y faltas puntuales de cohesión interna.
Los solistas principales: el barítono Hugh Russell y la soprano Celena Shafer, nuevamente (ya habían participado en esta obra en 2017 con la OSN y St. Clair) lograron interpretaciones expresivas, acompañadas de una divertida gesticulación histriónica. Esto último es muy importante para Orff, dentro de su idea de un teatro total, que buscaba en la unión de música, palabra y movimiento un potente efecto en el público.
En cambio, el tenor Marc Molomot no pudo salir avante con la breve pero difícil personificación musical del cisne chamuscado en el asador; la voz, lamentablemente, no le funcionó en un registro tan agudo, ni siquiera utilizando el falsete.
También es digna de elogio la participación del coro infantil de la Escuela Municipal de Música de Goicoechea, de la cual, descortésmente, no se hace mención alguna en el programa.
A St. Clair este tipo de música grandilocuente, de fuertes contrastes y mucho colorido, se le da muy bien. No fue una sorpresa la versión lucida que consiguió frente a la Sinfónica.
Lo que sí fue sorprendente en este concierto, el penúltimo de temporada de este año y aparentemente de su labor al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), fue la interpretación cristalina y muy cuidada de la Sinfonía N.° 5 en si bemol mayor, de Franz Schubert, de la cual se dice que es una sinfonía de Mozart escrita por Schubert. El titular mostró un trabajo preparatorio de fina relojería, especialmente con la sección de primeros violines, que se lució con la responsabilidad melódica principal de casi toda la partitura, de acuerdo a la factura clásica tradicional.
Particularmente sugestivo y poético me resultó el segundo movimiento, con un tempo algo más lento de lo usual, que al apartarse de sus orígenes emparentados con el lied (canción alemana), hizo resaltar su dramatismo y bello carácter instrumental. Brillantes y bien logrados se escucharon también los dos últimos movimientos, aunque, personalmente, hubiera preferido un tempo un pelo más rápido en el final, para resaltar su naturaleza chispeante y juguetona, muy a la manera de Haydn y Mozart.
En conclusión, un concierto de muy buen nivel, con una participación destacada de la Sinfónica Nacional y una respuesta notable de un público efusivo pero también respetuoso y conocedor, que esperó, sin interrumpir entre movimientos, para aplaudir con entusiasmo la finalización de las dos obras del programa. A todas luces, esto pone en entredicho la decisión del Ministerio de Cultura de prescindir de los servicios de Carl St. Clair como director titular de nuestra orquesta.
Ficha técnica
Orquesta Sinfónica Nacional.
Coro Sinfónico Nacional.
Coro de la Escuela Municipal de Música de Goicoechea.
IX Concierto de Temporada, 2023.
Teatro Nacional.
Viernes 10 de noviembre, 8 p. m.
Carl St. Clair, director titular.
Ramiro Ramírez, director coral.
Hugh Russel, barítono.
Celena Shafer, soprano.
Marc Molomot, tenor.
Obras de Franz Schubert y Carl Orff.