En medio de la emoción palpable que precede al tan esperado concierto de Carlos Vives en Costa Rica, una familia de colombianos radicados en el país se une a la celebración. “Somos fans de hueso colorado, no podríamos perdernos que uno de los cantantes que más nos gusta de nuestra tierra esté aquí”, cuenta Nelson Rodríguez, uno de los asistentes al concierto de este sábado 12 de agosto, en Parque Viva.
Después de cinco años de haber establecido su hogar en Costa Rica, la familia Rodríguez Bejarano se encuentra impregnada de anticipación y entusiasmo por el evento.
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Cynthia, Nelson y sus dos hijos, Catalina y Santiago, tienen un claro hilo musical que los une: el vallenato. Los cuatro aseguran que Vives es uno de sus artistas predilectos. (Albert Marín)
Nelson Rodríguez, su esposa Cynthia Bejarano, y sus dos hijos, Catalina y Santiago, han cultivado un arraigo profundo por la música y el legado del artista colombiano.
Consideran a Carlos Vives como más que un ídolo musical; para ellos, su influencia ha alcanzado el estatus de un miembro de la familia extendida. En sus palabras, Vives es “un tío lejano” cuyas canciones han marcado los momentos más memorables de sus vidas en Costa Rica.
“Nuestra residencia permanente aquí ha fortalecido aún más nuestro vínculo con la música de Carlos Vives”, dice Nelson. “Nos sentimos como en casa, y la familiaridad de las costumbres y la comida nos ha permitido integrarnos cómodamente con todos los ticos, pero siempre escucharlo a él nos da una gran felicidad”.
De hecho, Nelson cuenta que, desde su llegada al país, ha sentido que no se mudó. “Yo más bien siento que me pasé de ciudad porque Costa Rica es un país con una cultura muy similar y la música colombiana se escucha mucho. Eso lo hace sentir a uno en casa. La música es un lugar que lo hace a uno sentir este tipo de cosas”, dice.
La familia colombiana llegó desde temprano para conseguir un buen campo. Aprovecharon para reposar piernas antes del concierto. (Albert Marín)
El amor por la música del cantante no solo ha sido un lazo entre los miembros de la familia, sino que también ha resonado con los recuerdos y las experiencias compartidas a lo largo de los años.
“He coleccionado todos sus álbumes, desde el comienzo, y sigo siendo un apasionado de sus clásicos que marcaron una era para el género del vallenato”, comenta Nelson. “Sus canciones nos han acompañado en todas las etapas de nuestra vida en Costa Rica”, agrega.
El clímax de su devoción llega este 12 de agosto, cuando Vives salga a cantar en el Centro de Eventos Printea de Parque Viva, en La Guácima.
La expectativa para su presentación es tanta que los boletos se agotaron, lo cual es una confirmación del impacto que Carlos Vives ha dejado en sus fans costarricenses y en la comunidad colombiana en el país, tal como la familia de Nelson lo demuestra.