En un salón inmerso en el sigilo y el silencio, los jugadores del Campeonato Mundial de Scrabble en Español repasaban por sus mentes, incansablemente, todas las palabras que conocen. Antes de iniciar sus partidas, por su cara de concentración parece que están recitando el Diccionario de la Lengua Española en tiempo real.
Pese a que los mundialistas son cálidos, desfilan con uniformes, portan la bandera de su país e incluso llegan con uñas pintadas con decoraciones alusivas al tablero del famoso juego de mesa, la preparación para vencer a los mejores del mundo requiere de astucia, estrategia y consistencia.
Los jugadores entrenan a diario, ya sea en pares o en el sitio web de ReDeLetras. Además, dedican la mayor parte de su tiempo libre a la lectura. Para algunos, el Scrabble es más que un juego: es una pasión o un hobby que celebran anualmente.
En el vigésimo quinto campeonato mundial, Costa Rica se transformó en la sede repleta de entusiastas de todas las edades, desde jóvenes de 13 años hasta profesionales de 83 años provenientes de diversos rincones del mundo.
Nuestro país también fue anfitrión de los mejores jugadores de Scrabble en español: en el 2001, el 2010, y ahora el 2023. En esta edición, la delegación costarricense, con 13 participantes, fue una de las más grandes del evento.
En total, fueron 104 jugadores de 18 países, lo cual también marcó un récord de asistencia en estos mundiales. Los grupos más numerosos llegaron desde Argentina y México, mientras que los más pequeños fueron los de Japón, Guatemala, Perú, Reino Unido y Uruguay con un solo jugador representando a cada nación.
Jugar Scrabble: Una parte suerte, una parte astucia
El mundial de Scrabble se dividió en cuatro competiciones: Torneo Extra, Copa de Naciones, Copa Duplicada y el Campeonato Mundial. Entre estas cuatro categorías, los ganadores se repartieron más de $15.000.
Para todas estas contiendas, menos en la duplicada, dos personas se enfrentan sobre un tablero verde de 15 por 15 casillas. Al inicio de cada turno, ambos extraen siete fichas al azar –cada una con letras del alfabeto- que usan para formar y cruzar palabras.
Lo que los jugadores deben tener en cuenta es el valor de cada pieza, el cual se indica en su esquina inferior derecha, ya que el ganador de la partida será quien obtenga la mayor cantidad de puntos.
Una vez que suman sus jugadas, las apuntan en un papel. Inmediatamente después, tocan el cronómetro a su lado que, al igual que en el ajedrez, busca que el tiempo se reparta equitativamente entre los oponentes.
Cada participante debe sacar provecho del tablero a su disposición, puesto que algunas casillas duplican o triplican el valor de una letra o la palabra completa, dependiendo de la indicación.
Aunque el valor de las piezas pueden variar según la edición del juego, la plantilla que se utiliza en el Mundial determina, por ejemplo, que la letra A tiene un valor de 1 punto, mientras que la B y la C valen 3 puntos cada una.
También están las “fichas gordas”, nombradas así porque tienen un mayor valor, como las J, LL, CH, RR y X (que suman 8 puntos cada una) o la Z (10 puntos). Aparte de estas piezas regulares están las de comodín que vienen en blanco, no tienen ningún valor y pueden utilizarse como cualquier letra a elección del jugador.
Enrique Villalobos, presidente de Scrablística –organización de Scrabble en Español en Costa Rica–explicó que las reglas básicas en la competencia son las mismas que plantea la guía oficial del juego de Mattel, con la distinción de que los jugadores pueden utilizar el juez lingüístico Lexicon.
Esta herramienta se instala en los teléfonos de los participantes, permitiéndoles comprobar si una palabra que utilizó su contrincante es válida o no; es decir, validar que sí forma parte del Diccionario de la Lengua Española.
Otra práctica común es el uso de las papeletas, donde ambos jugadores anotan las palabras usadas en cada turno. Esto se hace con el fin de prevenir cualquier posibilidad de trampa, o como dicen los jugadores, que “les hagan un gol”.
“El Diccionario de la Real Academia Española tiene más de 100.000 entradas directas, más las conjugaciones. Quiere decir que una persona general no utiliza ni el 1% del léxico (...). Un profesional, más o menos, maneja 5.000 palabras. Y un buen jugador de Scrabble maneja entre 8.000 y 10.000 palabras”.
— Enrique Villalobos, presidente de Scrablística
El tico que se apuntó al Scrabble y topó con suerte
En la categoría del Torneo Extra, la cual acoge a personas que no se clasificaron directamente en el Mundial ya sea por no obtener suficientes puntos en torneos locales o porque no estaban enterados del evento, triunfó el costarricense Johan Rodríguez Núñez, de 44 años.
Desde joven, él comenzó a jugar Scrabble con sus hermanos de manera recreativa. Fue hasta este año que se topó con las redes sociales de Scrablística y decidió jugar a nivel profesional.
Siempre busca mantener su mente activa, por lo que disfruta de leer libros de distintos géneros y, sobre todo, presta atención para aprender nuevos verbos.
Aunque no practica todos los días, de vez en cuando se une a partidas en la web de ReDeLetras y, cuando se topa algún vocablo de 7 u 8 letras, intenta memorizarlo.
Participó por primera vez en el Torneo Nacional de Scrabble en Costa Rica, el cual determinó cuáles jugadores ticos irían al mundial. Al no lograr clasificar, Rodríguez decidió tomarse un descanso del juego por un tiempo.
Sin embargo, la emoción lo atrapó y tres semanas antes del campeonato mundial, decidió inscribirse en el Torneo Extra. Al participar, tuvo una racha triunfadora con seis ganes, por lo cual se consagró como el ganador.
Llevarse el primer lugar en el torneo le permitió unirse a la representación de Costa Rica en el Campeonato Mundial de Scrabble en Español.
“Es muy bonita la experiencia. Se gane o se pierda, ya se aprende bastante. Es un nivel más fuerte, obviamente, porque hay personas muy buenas con muchos años y experiencia en esto. Sin embargo, se conoce gente, se comparte y es muy enriquecedora la experiencia”.
— Johan Rodríguez Núñez, jugador de 44 años
La amistad fuera del tablero
Una vez que se sale del estado de concentración en el juego y se pasea por los pasillos del mundial, se nota la convivencia amigable entre los jugadores de Scrabble. Muchos se conocen desde hace años, ya sea por practicar en las competencias o por coincidir anualmente.
Es más, al concluir cada partida, los jugadores intercambian sus números para permanecer en contacto.
Así lo cuenta Emma Madrigal, jugadora mexicana de 83 años que ha formado parte de esta comunidad desde hace dos décadas.
Cuando era niña siempre se interesó en el juego porque sus padres lo tenían y se entretenían con él. Sin embargo, su interés se acrecentó un día en particular cuando compró su propio tablero en un mercado de pulgas.
Pese a que este juego estaba en inglés, ella lo amaba tanto que mandó a hacer sus propias letras en español. Unos años después, cerca del 2003, comenzó a jugarlo con su hijo, quien después la invitó a participar en un torneo de Scrabble cerca de su hogar, en Tapalpa, Guadalajara.
Desde entonces, ha asistido a todos los mundiales y paseado por países como Bolivia, Colombia o Cuba. Lo que más disfruta es la convivencia con sus colegas y poder aprender una palabra nueva cada día.
“Desde que descubrí el Scrabble, para mí ha sido una cosa increíble. Es un hobby que me ha dado muy buenos resultados. Tengo una mentalidad buena. A mis 83 años, no tengo Alzheimer ni nada, me acuerdo de todo y me gusta escribir. Mentalmente, me ha servido muchísimo”.
— Emma Madrigal, jugadora mexicana
Su enorme alegría y el entusiasmo se trasladó al mundo digital, ya que todo el campeonato se transmitió en vivo a través de la cuenta de Scrabblando en Twitch.
Con una audiencia activa de al menos 50 personas por cada ronda, no faltaron los comentarios de apoyo a los jugadores, así como el ingenio de los seguidores por formar palabras con las fichas disponibles en cada atril.
La duplicada, en donde no hay suerte en el Scrabble
Llegó el Torneo de Duplicadas. El locutor mencionó las siete letras en juego y para ello acudió a las iniciales de Nicaragua, Omán, Libia, Uruguay (que lo mencionó dos veces), Omán y Chile. De esta forma, las letras disponibles y mostradas en la pantalla grande eran N, O, L, U, U, O y Ch.
A diferencia de la competencia tradicional, aquí todos los jugadores trabajaron con esas letras en busca de la palabra que les diera más puntos. Tenían un máximo de tres minutos por ronda.
Cuando el jugador ya tenía su palabra, levantaba la mano y uno de los organizadores recogía su papeleta. Una vez con los vocablos de todos los jugadores en mano, se anunciaba el que tenía mejor puntaje.
La palabra que abrió el torneo fue “Chulón”, que obtuvo 28 puntos. Esta puntuación se desglosa así: CH (5), U (1), L (1), O (1) y N (1), más los 19 puntos que recibe por ser la primera jugada y por su posición en el tablero.
Según los más experimentados en el Scrabble, en esta modalidad no hay suerte. Cada persona debe armar una palabra y tiene las mismas posibilidades de ganar que el resto.
En cada ronda el salón vuelve al silencio, en el que las únicas intervenciones escuchadas eran del locutor anunciando cómo se acorta el tiempo: “Queda un minuto”, “30 segundos” y “papeletas arriba”.
Una de las mayores sorpresas de la copa fue la palabra “Paf”, la cual solo surge con un gran conocimiento de la lengua española. Su significado es simple: la onomatopeya con que se imita o reproduce el sonido con el que cae o se golpea un elemento.
Después de una jornada de un día completo, quien registró la mayor cantidad de palabras atinadas en el Torneo de Duplicadas fue Serge Emig, representante de Francia. El segundo lugar fue para Argentina, gracias a Benjamín Olaizola.
Estos dos entusiastas luego serían los protagonistas de la final del campeonato mundial, posicionándose, una vez más, como referentes en el Scrabble.
La disputa por la corona final
Recién caía la noche del 2 de diciembre cuando se comenzaron a soltar las apuestas acerca de quién sería el ganador del Mundial de Scrabble en Español. Los finalistas eran Serge Emig y Benjamín Olaizola.
Emig, de 54 años, fue el campeón del torneo celebrado en el 2022, que se realizó en Buenos Aires de Argentina. Mientras que Olaizola, de 44 años, ya se había coronado como campeón en dos mundiales anteriores: Costa Rica en el 2001 y Colombia en el 2007.
Ambos estaban en la misma situación: cada uno había ganado 17 de 23 partidas y querían llevarse el premio de $2.700.
Como siempre, el evento comenzó con las 100 fichas colocadas en cuatro partes iguales a lo largo del tablero. Luego, se juntaron en una bolsa de tela color gris, que permaneció en la mesa durante toda la partida.
La primera jugada estuvo a cargo de Olaizola, quien colocó la palabra “Machuca” (que se refiere a una persona testaruda o porfiada). Después, llegó el turno de Emig, quien aportó “Brotad”.
Este fue el inicio de una intensa partida que, a lo largo de 45 minutos, mantuvo la tensión en el campeonato. Ambos participantes compitieron con palabras complejas, tanto largas como cortas, que siempre los mantenían empatados.
La historia del francés es particular, comenzando porque su lengua materna no es el español. Aprendió a leer, escribir y a hablar en este idioma conforme creció por el simple hecho que le llamaba la atención y viajaba a España con frecuencia.
Por ello es que Emig, quien se desempeña como entrenador de tenis, se inscribió en un instituto para aprender español y combinó este interés con su afinidad por el Scrabble, una pasión que ha desarrollado desde su infancia.
También ha participado en torneos de este juego en francés e inglés, pero prefiere el español. Comenzó a competir en esta lengua en el 2007 y un año después ya estaba volando hacia el mundial de Buenos Aires.
Desde entonces, ha logrado victorias en múltiples ocasiones en los torneos de duplicadas y en el campeonato global. Sus triunfos más recientes, en ambas categorías, fueron en Panamá (2019) y Argentina (2022), donde se alzó con los primeros puestos.
¿Su mayor secreto para ser de los mejores en el Scrabble? Escribir el Diccionario de la Lengua Española a mano. Así es como logra que las palabras se graben en su mente, resultando útil para memorizarlas y armarlas en el tablero.
Este era el jugador al que se enfrentaba Olaizola, quien ya lo había encarado en el 2022, pero entonces lo vio de lejos desde el tercer lugar.
El primer Scrabble de la partida lo tuvo Emig con “Lazarían” (pospretérito del verbo lazar, que significa coger o sujetar con lazo). Se hace un Scrabble un jugador utiliza en una sola jugada las 7 fichas para formar una palabra; es equivalente a anotar un golazo en el fútbol.
Olaizola también se valió de este recurso con “Antepone”, “Deleción”, y “Enyesad”, los cuales le dieron 74, 140 y 90 puntos, respectivamente.
En un abrir y cerrar de ojos, llegó la última jugada. Estuvo a cargo del nuevo campeón, quien utilizó la palabra “Sé”, sumada a las ampliaciones de dos términos que ya estaban en el tablero, para obtener un total de 534 puntos contra 380 de su oponente. De tal manera, Benjamín Olaizola derrotó a Serge Emig.
Este administrador de empresas solía competir por su natal Venezuela hasta que obtuvo la residencia en Argentina en el 2018. Según cuenta, su afinidad por el Scrabble empezó desde 1998.
En un día particular, mientras estaba con su familia en Caracas se enteró por el periódico de que existían torneos de este juego en otros países. Con emoción, se inscribió en los clubes que existían en la zona.
Con práctica y esmero, logró clasificar a su primer mundial en el 2000, celebrado en Santiago de Chile. En ese momento, dio la mejor presentación que había tenido un venezolano hasta entonces, al obtener el quinto puesto.
Un año después, viajó al campeonato en Costa Rica y obtuvo la presea de oro. Desde ese 2001, mantiene el título como la persona más joven en ganar el mundial, con tan solo 22 años.
Es tanto su afán por este pasatiempo, que a inicios del 2023 publicó su libro Principios del Scrabble en Español, el cual está dirigido a jugadores y curiosos.
Este texto representa la concreción de un sueño, ya que Olaizola tuvo la idea de escribirlo desde que comenzó a jugar, cuando todas las personas a su alrededor le duplicaban la edad.
“Es como un regalo para cambiar el mito de que el Scrabble es un juego en el que se sientan tres personas a formar palabritas y no tiene mayor dificultad. No, todos los que estamos acá sabemos la lucha y preparación que se requiere para enfrentar una competencia de este nivel”.
— Benjamín Olaizola, campeón de Scrabble
Con su tercer campeonato bajo la manga, Olaizola planea seguir entrenando y jugando. Se reúne todos los meses en Rosario, Argentina, para competir contra sus pares.
Cuando juega, su estrategia es armar los vocablos que le sumen más puntos. A su parecer, los mejores son los que parecen simples a primera vista, como “Bonita” y “Zorrillos”, o los que tienen otro grado de dificultad, como “Alcaja”.
Con la obtención del primer puesto, culminó el torneo número 25 del Mundial de Scrabble en Español. A su lado participaron las delegaciones de Estados Unidos, México, Guatemala, Costa Rica, Panamá, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Perú, Chile, Paraguay, Uruguay y Argentina.
Para el 2024, habrá una nueva edición de la competencia. Tanto los ticos como los entusiastas alrededor del mundo que logren clasificar se encontrarán en Granada, España.