Cuando se habla de musicales, Silvia Baltodano es una de las actrices de referencia en Costa Rica. Su paso por obras como West Side Story y Jesucristo Superestrella no es coincidencia, ya que se ha formado arduamente en escenarios locales e internacionales.
A sus 35 años, esta experiencia le otorgó la oportunidad de ser, nuevamente, el personaje de Sally Bowles en el musical Cabaret, mientras también se desempeña como profesora en la sexta temporada del programa televisivo Nace una estrella, que finaliza este domingo 19 de noviembre.
Practica siete días a la semana, hace un balance con sus clases en la competencia y, sobre todo, dedica tiempo de calidad y cuido para Eva, su hija de dos años. Así, Baltodano se mantiene como una estrella durante el día y la noche.
La preparación y trayectoria de Silvia Baltodano
Hace trece años, en el 2010, Baltodano viajó a Inglaterra para estudiar en el Royal Center School of Speech and Drama de la Universidad de Londres. En aquellos años en la institución, interpretó a Emcee, el maestro de ceremonias en Cabaret.
Fue hasta el 2019 que volvió a toparse con este musical, cuando se involucró de lleno con la primera temporada del espectáculo en el Teatro Nacional, producida por el Teatro Espressivo. En aquel entonces, incluso fue galardonada con el Premio Nacional de Cultura Ricardo Fernández Guardia en actuación.
Ahora, en el 2023, tuvo unas seis semanas para prepararse y volver a darle vida a Sally, la bailarina estrella del club nocturno en la historia.
Comparte el rol protagónico con la actriz Isabel Guzmán. Ellas se alternan como la estrella del cabaret y bailarinas.
Al reflexionar sobre los últimos cuatro años, Baltodano considera que la historia de Sally se vuelve más relevante conforme avanza el tiempo. En especial, porque ahora puede representar con mayor peso el dilema de Sally sobre tener un aborto, ya que ella pasó por un embarazo.
“De repente tengo de dónde sacar de mis experiencias, para recordar cuando me di cuenta que estaba embarazada. Yo no quería ser mamá, en mi caso yo decía que no iba a tener hijos (...). Ahora soy la mamá más feliz y estoy demasiado agradecida de tenerla. Son esas cosas experiencias que te permiten aportarle al personaje”, comentó la intérprete.
Al mismo tiempo, reveló que continúa poniéndose nerviosa antes de salir al escenario. Para su primera presentación en Cabaret del 2023, que fue el sábado 18 de noviembre, recibió la visita de los finalistas de Nace una estrella y sintió una responsabilidad de ser un referente y ejemplo para los competidores.
El paso de Silvia Baltodano en Nace una estrella
Como profesora de la competencia en el programa Nace una estrella de Teletica, Baltodano anhela que sus estudiantes sean la mejor versión de sí mismos en el escenario y no copien o se dejen llevar por los demás.
A la vez, busca transmitirles que presenten cada canción como una historia, un monólogo cantado.
“Trato de trasladar estas enseñanzas a sus canciones, que aunque no sean parte de una obra completa (como un musical) sí tengan una historia. Que ellos la interpreten de esa manera y vayan más allá de cantar bonito”, agregó.
LEA MÁS: Silvia Baltodano: un ejemplo de trabajo para el crecimiento artístico integral
Al conversar acerca de los consejos que le daría a los jóvenes costarricenses que tienen pasión por el teatro y la música, expresó que los artistas nunca deben dejar de aprender, ya que la industria de entretenimiento está en constante cambio.
“Tenemos que ponernos al día. Ya no es suficiente con solo actuar. Ahora hay que sentirse cómodos cantando y bailando, aun si uno no se considera bailarín. Mi consejo sería intercambiar conocimientos y experiencia para poder formarnos como mejores artistas y lanzarse a todo”, comentó.
Para ella, el simple hecho de sumarse a una audición representa un gran valor, porque los artistas se preparan, estudian, leen las instrucciones y se lanzan con la mejor actitud.
Al mismo tiempo, considera que parte de la profesión es aceptar que no siempre serán escogidos para un trabajo o un personaje. Sin embargo, eso no quita el mérito del trabajo duro ni el talento de cada artista.
Según narra, cuando pensó en Inglaterra, mandó la aplicación a 10 universidades y la aceptaron solo en tres. En vez de verlo como un rechazo de siete lugares, lo visualiza como una gran oportunidad que le permitió elegir entre tres centros educativos.
“Muchas veces va a ser así. Si no me aceptaron en una audición no significa que no me van a aceptar en la siguiente. Hay que entrenarse lo mejor que se pueda, perseverar, y hacerlo con mucho amor y mucha entrega”, finalizó.