En el Caribe costarricense se encuentra la provincia de Limón, un destino imperdible para los amantes de las playas con oleajes tranquilos, paisajes inigualables y una biodiversidad abundante.
Las opciones de actividades que se pueden hacer en esta región son interminables, ya que se puede explorar la gastronomía y cultura local, o bien, adentrarse en los paraderos naturales alejados de la ciudad.
Por ello, acá le dejamos una serie de recomendaciones para disfrutar su estadía en distintas zonas de la provincia, ideales para paseos de un día.
Tours gastronómicos y culturales en Limón
De acuerdo con la Guía de Turismo de Limón, emitida por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), en el centro de la provincia hay múltiples opciones para deleitarse con la comida caribeña.
Por ejemplo, el tour principal de la G&E Chocolate Adventure Company permite conocer los sabores y aromas del cacao, al incluir múltiples degustaciones y detalles sobre el proceso de creación del chocolate.
Esta misma empresa ofrece un recorrido de especias, hierbas y tés de plantas medicinales, en el que se enseña sobre las plantas curativas de la región, sus propiedades y cómo se transforman en platillos.
Además, uno de los mayores atractivos es el tour de aventura por la comida caribeña, en el que los participantes aprenden a cocinar platos tradicionales con fusiones de sabores.
Algunas de las comidas más populares de Limón son el rice and beans (hecho a base de frijoles, arroz, leche de coco, chile panameño y pollo caribeño o mariscos), el patí (pastel relleno de carne, especias y pimientos picantes) y el platintá (quesadilla de harina con azúcar y plátano maduro con tinte natural rojo).
Estos recorridos gastronómicos se pueden reservar en la página de la compañía y los precios van desde los ¢11.000 hasta los ¢16.000 por persona.
Aparte de estas deliciosas opciones, en el casco central de Limón se pueden visitar centros arquitectónicos e históricos, como el edificio de Correos, la Escuela General Tomás Guardia, la Catedral Sagrado Corazón de Jesús de Limón y el monumento a Pablo Presbere, en el Antiguo Palacio Municipal.
Parque Nacional Tortuguero
Uno de los muchos parques nacionales en Limón es Tortuguero. Situado en Pococí, este paradero es reconocido por su compromiso con la protección de las playas y destaca porque es hogar del desove de tortugas verdes, baulas, carey y cabezonas.
Este parque se encuentra en medio de una extensa red de ríos y canales, por lo que su único acceso es a través de lanchas pequeñas. Otras actividades que se pueden hacer en el pueblo de Tortuguero son caminatas y paseos en bote o kayak.
El horario del parque nacional es de 6 a. m. a 12 p. m. y de 1 a 4 p. m., todos los días. Para ingresar, las entradas se pueden comprar a través del sitio web del Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC).
Estos boletos tienen un valor de ¢1.130 para adultos y ¢565 para niños nacionales.
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Playas en Talamanca
Por ser una zona costera, Limón está repleta de playas hermosas y pacíficas. Solo en el cantón de Talamanca, uno de los más frecuentados por los turistas nacionales e internacionales, sobresalen Cocles, Punta Uva y Chiquita.
Cocles es un paradero con arena blanca, poca piedra y el reflejo del mar con un color turquesa. Eso sí, los meses perfectos para darse un baño en esta playa son los de verano, es decir, febrero, marzo, setiembre y octubre. En cambio, las olas crecen durante el invierno (de noviembre a enero y de abril a agosto), por lo que se convierten en un sitio adecuado para practicar el surf.
Después está Punta Uva, un pequeño paraíso tupido de flora y fauna. Al igual que en Cocles, el oleaje varía dependiendo de la estación climatológica, pero siempre se puede encontrar una mezcla de agua turquesa, árboles y arena blanca.
La tercera playa que se destaca es Chiquita, un lugar al que se debe ingresar mediante un sendero cubierto de vegetación. También cuenta con arena blanca y agua cristalina, pero maneja un oleaje intermedio, por lo que se recomienda ingresar con precaución al mar. A la vez, en esta playa se puede descansar en las pozas que se forman entre las piedras, o bien, bajo la sombra de los árboles.