
Existen innumerables historias sobre la vida del científico Albert Einstein, la mayoría relacionadas con sus aportes a la física, especialmente por la revolución que significó su teoría de la relatividad. Sin embargo, hoy les contamos una anécdota muy curiosa que no tiene nada que ver (o, mejor dicho, tiene todo que ver) con sus habilidades físicas.
De acuerdo con History, Einstein era un apasionado de la navegación, aunque sus amigos más cercanos lo describían como un “marinero de habilidades limitadas”.
A lo largo de su vida pronunció muchas frases célebres, pero quizá una de las menos conocidas es: “Mi sistema de navegación es zarpar, hacerlo rápido, sin pensar en la energía o la velocidad, echarse hacia atrás, dejar que el barco se vaya a la deriva”. Posiblemente, esta filosofía explica por qué tuvo que ser rescatado más de 30 veces de las aguas de Nueva York.
Según History, un artículo publicado en The New York Times citó a un hombre llamado Robert Rothmann, quien contó que más de 30 personas aseguraron haber rescatado a Einstein en distintas ocasiones, ya fuera porque su embarcación quedó encallada o, directamente, porque volcó y no podía regresar a la costa.
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El genio de la física simplemente se dejaba llevar en su barco, llamado Tinef, y perdía la noción de todo a su alrededor, lo que dio lugar a estos peculiares rescates.
Su afición por los botes de vela comenzó en su cumpleaños número 50, cuando aún vivía en Caputh, Alemania. Según History, unos amigos adinerados le regalaron una embarcación llamada Tümmler. Sin embargo, tres años después de recibir aquel obsequio, Einstein tuvo que exiliarse debido al ascenso del nazismo.
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