
Para nadie es un secreto que La Usurpadora, Rosa Linda y Los Miserables son tres exitosas telenovelas mexicanas que han trascendido a nivel internacional. Lo que posiblemente sí sea una sorpresa es que estas tres producciones tienen un elemento tico en común.
Esas telenovelas cuentan con la actuación de Anastasia Acosta, una costarricense que ha logrado abrirse camino en el medio artístico mexicano a punta de esfuerzo, disciplina y mucha entrega.
La actriz ha sabido mantener su carrera por más de dos décadas y aunque muchos ticos posiblemente la han visto en las telenovelas o en programas como Cero en conducta y Mujer casos de la vida real, no se imaginan que su tierra es Costa Rica.
Anastasia cuenta con una trayectoria de aproximadamente 25 años en la televisión y el teatro en México, donde ha compartido créditos con artistas de la talla de Gabriela Spanic, Thalía, Aracely Arámbula y Jorge Ortiz de Pinedo y en televisoras de gran trascendencia latinoamericana como Televisa y Telemundo.
De hecho, ella es una de las ticas que ha disfrutado de una de las carreras más consolidada en suelo mexicano y que se mantiene activa.
Nunca le ha faltado trabajo y aunque la actriz, quien el año anterior apareció en la novela La piloto, reconoce que no siempre es fácil sobrevivir en este medio, su determinación le ha permitido participar en los proyectos que siempre ha querido.
“Ha sido bastante difícil porque es inestable y al principio uno tiene la ilusión de que el trabajo sea abundante siempre y la verdad es que no es así, a veces se lleva uno la decepción de que pasa meses sin trabajo y se tiene que dar los golpes de decir ‘wow no siempre son las mieles del éxito’, sin embargo, he tenido la fortuna de estar trabajando todo el tiempo y lo valoro muchísimo y cuando tengo trabajo lo valoro y lo disfruto al máximo”, explica.

Es soltera y no tiene hijos, su prioridad siempre fue el trabajo, aunque reconoce que más adelante sí le gustaría tener una pareja.
Primeros años
Ella nunca soñó con ser actriz, ni mucho menos salir en televisión pues desde los cinco años practicaba ballet y se visualizaba como una gran bailarina, presentándose en diferentes escenarios. También recuerda que quería ser abogada, pero todo cambió a los 17 años cuando se mudó junto a su familia a México, por motivos laborales de su papá.
Allí encontró el Centro de Educación Artística de Televisa (CEA) lugar en el que vio una ventana para su preparación profesional como bailarina, sin embargo, al descubrir la actuación todo cambió y los planes que tenía para su vida dieron un giro.
“Yo solo quería probar, ver de qué se trataba, ya tenía el conocimiento del teatro, de las presentaciones y ya después no me quería salir, no me quería regresar a Costa Rica, ya nada. Me atrapó completamente; porque, además, me empezaron a salir trabajos y trabajos y hasta la fecha”, detalla.
Su debut en televisión fue a los 19 años en La rueda de la fortuna, programa en el que compartía créditos con Laura Flores. Allí estuvo dos años y fue entonces cuando entendió que había dado su salto al mundo artístico en México.
Posteriormente vino la telenovela Marisol, al lado de Ericka Buenfil y en la que interpretó a Yoli. Sin embargo, el melodrama que vendría después la catapultó en ese país, al interpretar a la caprichosa Viviana, en La Usurpadora.
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“Era muy bonito porque no era ni buena ni mala sino era más bien coqueta e introvertida entonces era un personaje muy divertido; la verdad que a veces a los personajes se les encasilla mucho de buena o mala y este era como divertido porque no quería hacer maldades, sino más bien era caprichosa, indagadora, coqueta y me divertía muchísimo. El éxito fue impresionante y me reconocían muchísimo” recuerda.
Más adelante se sumó al proyecto de Jorge Ortíz de Pinedo en Cero en conducta donde estuvo por aproximadamente cinco años y que le permitió conocer gran parte de ese país ya que debían hacer giras prácticamente todos los fines de semana.
Los proyectos siguieron llegando y su participación en telenovelas y obras de teatro, se fue convirtiendo en una constante que hasta la fecha se mantiene. Y si hoy tuviera que elegir entre el teatro o la televisión, se inclinaría por el teatro; eso sí, haciendo comedia porque la llena ver las reacciones inmediatas de la gente.
“Sentir la risa del público me llena de energía, me llena de vida, me hace sentir maravillosa, realmente el escenario es donde más segura me siento y me encanta; igual con la televisión, pero me gusta más el teatro porque la reacción es inmediata y la televisión tienes que esperar hasta después de un tiempo, cuando la gente te reconoce y el saber que puedes llegar a muchos lugares y a muchos hogares alrededor del mundo también es increíble”, cuenta.

Sin embargo, es consciente de que el medio artístico ha ido cambiando y que las televisoras no son lo mismo de antes. Por ejemplo, por muchísimos años ella fue una actriz exclusiva de Televisa, no obstante, esta empresa finalizó su contrato de exclusividad con la tica, como ha pasado con la mayoría de artistas.
Según explica ahora la compañía prefiere comprar las series o telenovelas ya terminadas a productoras independientes, como Lemon Studios (quien produjo La Piloto y que el Canal de las Estrellas compró) y ahorrarse la exclusividad de los actores.
Depresión
Pero no todo ha sido fácil en México, ya que hace aproximadamente tres años, mientras interpretaba en uno de sus proyectos a una mujer que padecía de ansiedad, dejó de medir lo que comía y sin percatarse subió cerca de 20 kilos. Fue tal su desesperación que se deprimió.
“Uno es el crítico más fuerte y yo sí me criticaba mucho porque no me gustaba como me veía, Hacía dieta y no bajaba, hacía ejercicio y no bajaba, entonces era más complicado y me juzgaba mucho. Más en un medio en donde todo entra por la vista y es más complicado”, afirma.
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Poco a poco fue adoptando un nuevo estilo de vida, lento pero seguro, que le ha permitido ir recuperando su figura. A la fecha ha perdido 15 kilos y con ello ya se siente otra vez saludable y llena de energía.
“La gente siempre se acordaba de mi y de mi peso y al subir tanto fue como un shock. Nunca me hizo falta trabajo pero si el autoestima es como impactante”, relata.
Ticas en México
La actriz asegura que estar lejos de casa ha sido uno de los retos más grandes en toda su carrera, pues siempre extraña el cielo azul y los paisajes del país que la vio nacer el 18 de octubre de 1974, aunque reconoce que también le hace falta la comida y, por supuesto, su familia.
Sin embargo, tener al lado a otras actrices ticas que la apoyan le ha permitido salir adelante ya que cuando se juntan no hay nadie que las pare. Entre ellas se encuentran la conductora Karla Gómez y la actriz Mariluz Bermúdez.
“Nos apoyamos entre nosotras y saber que cuento con ellas me hace no extrañar tanto. Y cuando salimos ahora sí que se nos sale lo tico a las tres, porque las tres extrañamos y nos da nostalgia”, dijo la actriz.

Por otro lado, se encuentra Maribel Guardia a quien define como una amiga incondicional.
“Me llevo increíble con ella, ha sido un gran apoyo desde el principio porque ella es de las primeras (en llegar a México) es una excelente persona. Es divina, tiene un corazón gigante, ella es impresionante”, agregó.
A lo largo de la carrera Anastasia también ha conocido a otras actrices que han llegado a su vida para quedarse y que hoy llama con plena seguridad amigas. Se trata de las actrices Ingrid Martz, Fabiola Campomanes, Marlene Favela y Luz Elena González.
Por ello, asegura que ya no es “ni de aquí, ni de allá”: ama su casa en Polanco, colonia en la que vive en la Ciudad de México, así como la vida que ha construido en suelo azteca. Pero se ilusiona como una niña cuando es tiempo de visitar Costa Rica, que por lo general es en Navidad y Año Nuevo.
“Me gusta muchísimo México es un lugar único, pero a Costa Rica voy cada año y disfruto mucho a mis amigos, a mi familia, a mis sobrinos y cada vez que voy como comida china, o voy a Zapote, o me como mi churchill y el gallo pinto, que bueno, nunca lo dejo de comer porque en mi casa al menos dos veces al mes se come gallo pinto con la salsa y todo”, reconoce.
Proyectos en Costa Rica
Aunque nunca ha desarrollado ningún proyecto en Costa Rica, es una posibilidad que la actriz no descarta y a la que no le cierra las puertas ya que le gustaría hacer teatro en el país, o bien trabajar en alguna película tica.
Incluso la costarricense de 1,70 metros de estatura ya tiene claro con quienes le gustaría trabajar en el país. Se trata de Marcia Saborío y María Torres, a quienes admira desde siempre por su forma de hacer teatro, pese a que no las conoce en persona.
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“Sería fabuloso, me encantaría, me divertiría mucho”, afirmó entre risas.
Por las creadoras de Gallito Pinto no son las únicas actrices con las que Anastasia añora trabajar, también sueña participar en algún proyecto del actor, productor y comediante costarricense Hernán Jiménez, de quien se declara fanática.
Por el momento su carrera continúa en México, país al que le tiene un profundo agradecimiento por abrirle las puertas cuando aún era una adolescente de 17 años y que vio el carisma y la magia que la envolvía cada vez que estaba sobre el escenario. Esa que ni ella sabía que tenía.
Hoy, con plena seguridad, puede decir que mantener los pies sobre la tierra y ser humilde son las dos mejores armas que la han acompañado en este viaje que espera y no acabe pronto.