Recibir la noticia de un diagnóstico de cáncer cervical a los 25 años podría cambiarle la vida a cualquiera. Si a eso le sumamos la depresión y la ansiedad, dos trastornos de salud mental significativos, el panorama podría parecer desalentador. Eso es precisamente lo que vive la influencer costarricense Majo Cartín, quien, lejos de “echarse a morir”, ha tomado las riendas de su vida para afrontar la situación de la manera más positiva posible: con cambios radicales.
En entrevista con La Nación, la creadora de contenido y exmodelo habló con honestidad sobre lo que ha atravesado en los últimos meses. Recibió el diagnóstico de cáncer cervical en octubre y, desde entonces, también ha experimentado episodios de depresión y ansiedad, condiciones que le habían sido diagnosticadas hace 10 años, pero cuyo tratamiento con medicamentos había dejado de lado.
Lo primero que Majo destaca a partir de su historia es la importancia de la prevención. “Hay que escuchar y ver nuestro cuerpo, las señales que nos da”, aseveró.
Además, enfatizó que buscar ayuda, tanto de personas cercanas como de profesionales de la salud, podría salvarle la vida a cualquiera.
Tan pronto comenzó a notar señales extrañas en su cuerpo, como sangrados y dolores, acudió al médico para realizarse exámenes. Fue entonces cuando le informaron que tenía el virus del papiloma humano (VPH), lo que la llevó a someterse a nuevos procedimientos médicos hasta recibir la noticia del cáncer cervical.
“El cáncer cervical es muy silencioso, casi no hay síntomas, pero lo importante es tener esa responsabilidad de hacerse chequeos”, afirmó.
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Ayuda y prevención del cáncer cervical
Cartín agregó que llevaba una vida sedentaria, sin actividad física y con una mala alimentación, lo que agravó su estado de salud. A partir del diagnóstico, no solo se puso en control médico, sino que también le dio un giro total a su vida: ahora mantiene una alimentación balanceada y, en cuanto su ginecóloga le dé luz verde, comenzará a hacer ejercicio.
También reconoció que no había seguido a conciencia su tratamiento para la salud mental ni le había dado la importancia que merecía. Lamentablemente, cuando dio positivo por VPH, cayó en depresión, lo que la llevó a sentirse aún peor ante la noticia del virus y, posteriormente, del cáncer. Pero ahora, retomó sus citas con el psiquiatra y está en control.
Además de los cambios en su rutina diaria, se sometió a un procedimiento llamado conización, que consiste en la extracción de la lesión cancerígena y la cauterización de las paredes del útero.
“Una ayuda muy grande fue tomar la decisión de que no está bien estar sola. Además, hay que usar las herramientas como la medicina psiquiátrica, que también es un tabú muy grande.
”Me dije que necesitaba ayuda para salir de todo, y mi cuerpo también la necesitaba. No estaba lográndolo sola", agregó.
Majo enfrenta su lucha contra el cáncer, la depresión y la ansiedad con el respaldo de especialistas, tratamientos psiquiátricos y, sobre todo, con una red de apoyo conformada por amigos y familiares que no la han dejado sola.
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