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Carlos Álvarez no pensó en la cuenta atrás, en las bombetas ni en el almanaque que ya quedaba obsoleto en la pared. En su mente y corazón solo habitaba la certeza de un amor, así que cuando apenas corrían cinco minutos del 2025 se arrodilló ante Evelyn Durán, su pareja, y la invitó a compartir la vida con él.
La respuesta fue un rotundo sí, como miles se enteraron anoche, cuando el popular locutor anunció en la transmisión de Teletica de las corridas de toros que él y Durán estaban oficialmente comprometidos. Así, por tercera vez en su vida, Álvarez se unirá en matrimonio; un hecho que lejos del formalismo considera un paso fundamental en la vida de cualquier ser humano.
“He estado al lado de una persona que me ha demostrado lealtad, que tiene los suficientes argumentos para invitarla a asumir un proyecto de vida tan demandante como lo es tener una familia. Me empecé a encantar de la manera tan pasional en que ella vive la vida y coincidimos en que tenemos una gran cantidad de cosas que nos unen”, declaró el narrador.
El radiofonista oriundo de Cartago contó que su historia con Durán, quien es productora de Teletica, comenzó hace nueve años. En ese entonces, comenzaron a salir y “quedaron embarazados” de su hija Karolina, quien hoy tiene 8 años de edad.
“Estábamos en un momento de nuestras vidas en el que culminábamos relaciones pasadas. Iniciamos nuestro trayecto que ha tenido altos y bajos, algunos lo han manoseado mucho, como en aquel momento en el que a raíz del nacimiento de mi hija se especularon una gran cantidad de cosas”, comentó.
Además, la trabajadora de Televisora de Costa Rica también es madre de una adolescente de 16 años, a quien Álvarez ve como una “hija del corazón.”
Carlitos, como conocen al presentador, habló con La Nación a pecho abierto. Fiel a su estilo sincero y jocoso, no escatimó en dar detalles de su relación y dejó en claro que su corazón no es de tirarse los toros desde la barrera.
— ¿Cómo ha sido construir esta relación y paralelamente a ver su hija crecer?
Muchos podrían decir “Ay, se quedaron juntos por los hijos”. Me parece algo muy grosero el pensar ‘ella o él está por el chiquito o la chiquita’; es una grosería para todas las partes. Más allá de que yo tenga el privilegio de ya tener una hija con ella, para mí ella es una persona increíble.
“Desde luego que ser padres nos tiene como locos, pero si no lo fuéramos, yo, por lo menos, le encuentro todas las cualidades como persona, profesional y mujer, para decir: ‘Con ella quiero tener un proyecto de vida’”.
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— Personalmente, ¿qué lo movió a dar este paso, con todo lo que involucra para usted?
—Yo creo en el matrimonio, creo que es un proyecto de vida que el ser humano debe incorporar en su vida. También respeto completamente al que piense lo contrario. Personalmente, creo que el matrimonio enriquece a las personas y les ayuda a ser una mejor versión. Ve si me gusta el matrimonio que voy por el tercero
“Además, puede ser en mi caso, a mi edad, que alguien diga: ‘¿para qué ese mae se va a complicar?’. Bueno, porque tenemos solo una vida y se vive solo una vez. La oportunidad de vivirla o no, está en tus manos. Si me pongo a pensar en el qué dirán me voy a ir tratando de cumplir deseos y formalismos, y probablemente muy frustrado de la vida que al final de cuentas es mía”.
— Todo esto tiene como un ambiente de futuro, justo empezando el año, cuando muchos se proponen metas...
—Mirá, yo como que haberlo planteado así como que ‘año nuevo, vida nueva’, y que con el año nuevo voy a arrancar y que... no, no, no. Yo soy un tipo mandado. Yo no me voy a esperar a que termine un día y empiece otro o a que sea año nuevo para decir: dejo de fumar, dejo de tomar, me meto al gimnasio; me voy a casar. Lo sentí, lo pensé y lo maduré... ¡vámonos! Coincidió con la llegada del año, pero no es con el vínculo que se hace, aunque me emocione mucho recibir así el año.
— ¿Cómo fue el momento de pedir matrimonio?
— Juepuña. Siempre hay un 50% de que te digan que no. El nervio, la expectativa y la adrenalina particularmente, estaban al tope. Segundos antes de hacerlo, digo yo: ‘Ay, ahí voy otra vez, ¡hijuepuña!’. Pero bueno, me mandé como tantas veces lo he hecho en proyectos de mi vida. Tal vez otros no me salieron como los tenía planeado, pero aprendí. En esta oportunidad, gracias a Dios, fue un sí
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— ¿Le aconsejaría a la gente que sea así, mandada?
— Sí. Uno solo tiene una oportunidad para vivir. No te van a decir: ‘Fulano, si en esta vida no te va bien, tranquilo porque tenés dos, tres o cuatro más’. Una de las frustraciones más grandes que puede tener una persona es llegar a la tarde de su vida preguntándose: ¿Y si lo hubiera hecho?. Ese hubiera, probablemente, te mate antes de que te mueras.
— ¿Tienen alguna idea de cuándo y cómo será la boda?
Sinceramente, el tema no lo hemos hablado. No sabemos si es pronto, a mediados o incluso si va a ser este mismo año. Ella lo está asimilando. Yo lo mantuve bastante bajo perfil para no dar señales de que andaba buscando hacerlo; así que estamos asimilándolo y vendrá el tiempo de sentarnos a hablarlo.
