Desde su presencia magnética en A pleno sol hasta sus papeles de gánster irresistible, estas son 10 películas inolvidables que encumbraron a Alain Delon, el legendario actor francés fallecido este domingo.
A pleno sol (1960)
Este filme de René Clément es una adaptación de la novela "El talento de Mr. Ripley", de la estadounidense Patricia Highsmith. Delon, quien para entonces todavía no era una estrella, interpreta a Tom Ripley, un personaje maquiavélico que mata a un hombre adinerado para robarle su identidad. Un 'remake' hollywoodiano fue rodado en 1999 ("El talento de Mr. Ripley").
Rocco y sus hermanos (1960)
Un clásico del neorrealismo italiano. Gracias a este melodrama de Luchino Visconti, quien estaba fascinado por Delon, el actor se dio a conocer más allá de las fronteras de Francia.
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La película narra los sinsabores de la vida de Rosaria y sus cuatro hijos que huyen de la miseria del sur de Italia hacia Milán. Obtuvo el León de Plata en la Mostra de Venecia.
El gatopardo (1963)
Adaptado de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, este filme de época de Visconti obtuvo la Palma de Oro del Festival de Cannes.
Narra el declive de la aristocracia en los años 1860 e incluye una escena de baile legendaria. Delon encarna la elegancia con su fino bigote y la raya hacia un lado. La pareja que forma con Claudia Cardinale entra en la historia del cine.
El silencio de un hombre (1967)
Esta primera colaboración con Jean-Pierre Melville es una de las obras maestras de la filmografía del actor, quien encarna al asesino solitario Jef Costello.
Inexpresivo y obsesionado por el control, con su mirada fría, su impermeable y sombrero: ese es el personaje mítico que encarna Delon.
La colaboración Delon-Melville dio lugar a otra obra maestra, Círculo rojo (1970).
La piscina (1969)
A medio camino entre el género policíaco y el drama, esta cinta de Jacques Deray, de un erotismo ardiente, marcó el reencuentro entre Delon y Romy Schneider, con quien había formado una famosa pareja en la vida real. Aunque no volvieron a unirse sentimentalmente, la carrera de ella, entonces en declive, volvió a despegar.
La pareja frecuenta esa piscina de la Costa Azul, pero también Maurice Ronet y Jane Birkin. Delon dijo más tarde: "Esta película no puedo verla de nuevo. Es demasiado doloroso volver a ver a Romy y a Maurice reír a carcajadas", dijo en alusión a los actores entonces ya fallecidos.
El clan de los sicilianos (1969)
El filme policíaco de Henri Verneuil hizo coincidir a tres estrellas del cine francés: Delon, Jean Gabin y Lino Ventura. Una escena de sutil erotismo entró en los anales de la historia del celuloide: cuando el apuesto Delon mata a una anguila que acaba de pescar golpeándola sobre las rocas, bajo la mirada de la actriz Irina Demick que se broncea desnuda.
El otro señor Klein (1976)
"Hay tantas cosas mías en este filme: mi amor por los cuadros, la relación ambigua con la gente, esta especie de juego en el que soy el señor Klein sin saber por qué", afirmó el actor.
En esta película de Joseph Losey, Delon encarna a Robert Klein, un rico comerciante de arte que en 1942 compra unas obras que pertenecían a judíos.
El cartel con el rostro de Delon enmarcado en una estrella amarilla chocó al público de la época. El filme se fue con las manos vacías del Festival de Cannes, antes de ser presentado en copia restaurada en 2019, durante la entrega de la Palma de Honor al actor, entonces de 83 años.
El derecho a matar (1980)
Dirigida por Jacques Deray, esta película abre una serie de cintas policíacas populares que Delon encadenó en los años 1980, con más o menos éxito. De calidad desigual, estos filmes permitieron a Delon darse a conocer a una generación más joven gracias a sus redifusiones televisivas.
Habitaciones separadas (1984)
Delon solo obtuvo un César al mejor actor (los Óscar franceses), por su papel en esta comedia dramática de Bertrand Blier sobre el encuentro a bordo de un tren de Robert, un cuarentañero hastiado, y Donatienne, una joven desengañada (Nathalie Baye).
Aunque la cinta no entusiasmó al público, la crítica saludó la apuesta arriesgada de Delon, interpretando a un personaje frágil, alcohólico, muy lejos del hombre fuerte de sus anteriores papeles.
Astérix en los Juegos Olímpicos (2008)
Secundario en la filmografía de Delon, este filme es sobre todo simbólico. El actor, burlado a menudo en Francia por su ego sobredimensionado y su costumbre de hablar de él en tercera persona, se reía por una vez de si mismo en su rol de Julio César.
“César ha tenido éxito en todo, lo ha conquistado todo, es un gatopardo, un samurái, no cuenta nada a nadie, ni a Rocco ni a sus hermanos, ni al clan de los sicilianos (...) ¡Ave yo!”, exclama en la cinta.