He aquí representada la evolución en favor de los primates y en contra de los humanos. Se trata de un mundo donde los monos dominan y nosotros padecemos; se trata de la apasionante y temida distopía que hace 50 años se apoderó de la pantalla grande: El planeta de los simios.
El 8 de febrero de 1968, en Estados Unidos, se estrenó la saga El planeta de los simios. Debutó con una película que dirigió Franklin J. Schaffner, protagonizada por figuras de la talla de Charlton Heston y Roddy McDowall, entre otros.
Pudo ser una cinta más de ciencia-ficción –un género muy en boga en la época–; sin embargo, nunca lo fue.
La recordada película, basada en el libro de Pierre Boulle, publicado en 1963, se convirtió en un clásico del cine que rompió esquemas y dio origen a una de las franquicias más importantes de la historia.
Nueve películas, dos series de televisión y hasta cómics complementan la fiebre por una historia que tuvo su último capítulo –no secuencial– el año pasado con la cinta La guerra del planeta de los simios (2017).
¿Qué tuvo la película de 1968 para que la esencia de su argumento y su enfoque futurista sobreviviera cinco décadas y motivara tantas producciones?
Para empezar recordemos que la película original de El planeta de los simios tuvo una recepción de ensueño. La cinta fue nominada al Óscar en las categorías de mejor banda sonora y de mejor vestuario.
No ganó, pero si recibió un premio honorífico por la calidad del maquillaje. John Chambers, el hombre que creó las orejas del Sr. Spock en la saga de Star Trek, fue el mago que hizo maravillas en este rubro.
Tenía que ser así. Para dotar de realidad a estos primates de la película no hubo de otra que destinar el 17% del total del presupuesto para el maquillaje.
“Creó máscaras de vida, así las llamó, accesorios que resaltaran las facciones de un ser humano con ayuda del maquillaje, de manera que se viera natural. Así creyó que, para replicar a un hombre-simio, los rasgos orientales serían ideales y de tal forma obtuvo un presupuesto de un millón de dólares para ello”, detalló la revista LifeStyle.
Y esto fue nada más un pequeño gran detalle. En la taquilla de la época, la película de Schaffner recaudó $32 millones y su presupuesto de producción que no llegó a los $6 millones.
Era una realidad. El argumento de la cinta, que mezcló con audacia crítica social y el entretenimiento, cautivó por completo a la masas y trascendió el tiempo.
El planeta de los simios (1968) cuenta la historia de George Taylor (Heston), un astronauta que, junto a su tripulación, viaja en una nave espacial.
En el año 3978, la nave se estrella en un “planeta desconocido”, donde al principio no parece que exista vida inteligente.
Taylor estaba equivocado. “El lugar está gobernado por una raza de simios mentalmente desarrollados, que esclavizan a seres humanos que carecen de la facultad del habla”, detalla el argumento del largometraje.
Cuando el líder de los simios –el doctor Zaius– descubre que Taylor posee el don de la palabra, toma la decisión de aniquilarlo.
Tan fuerte y aterrador argumento inmediatamente hizo clic con la audiencia.
“Es una película donde los guionistas y la producción lograron crear un producto atractivo para todos los públicos, pero al mismo tiempo profundo desde el punto de vista social”, opinó Erik Fallas, crítico de cine de canal 13.
“La novela tiene muchos elementos de crítica social, pero la primera adaptación al cine refleja con gran tino conductas sociales fanáticas y prácticas de regímenes dictatoriales, tales como el infundir temor y las llamadas castas. En la cinta, los monos son de una clase y los chimpancés de otra y así”, agregó el experto.
Otro factor que pudo haber disparado el éxito inicial de El planeta de los simios fue el protagonismo de Heston, quien en ese momento era un intérprete muy querido por el público en todo el mundo.
“Si duda fue un gran gancho para la cinta”, agregó Fallas.
Secuelas
Como todo gran éxito en el mundo del cine, el siguiente paso fue prolongarlo con otras películas.
Por eso, en 1970, llegó al cine Regreso al planeta de los simios, dirigida por Ted Post.
La película, sin Heston en el elenco principal, narra la búsqueda del desaparecido George Taylor, a cargo de otro astronauta –el capitán Brent–.
Un año después vendría Huída del planeta de los simios (1971), en la que un grupo de humanos y simios escapan del extraño planeta debido a una explosión nuclear. Al final llegan a la Tierra y son sometidos a varios estudios.
Las guerras en la Tierra comienzan en La rebelión de los simios (1972), en la que el primate César se alza en rebelión. No está de acuerdo con la forma en que los humanos están domesticando a los suyos.
La saga inicial la cerró Batalla por el planeta de los simios (1973). El largometraje muestra a un César pacificado con los humanos, quien regresa a su mundo en busca de respuestas sobre su pasado. Lamentablemente, la cordialidad se rompe nuevamente y volverá el caos entre ambas razas.
“Estas cintas fueron muy buenas, pero hay que decir que fueron en detrimento sucesivamente. Eso sí, argumentalmente, hay que reconocer que tenían un ciclo y lo cerraron dignamente”, opinó Fallas.
Según Rotten Tomatoes, la cinta mejor valorada por la crítica fue de la 1968, con un 89% de opiniones favorables, mientras que Batalla por el planeta de los simios (1973) solo obtuvo un 38%.
Remake fallido
El fracaso de Tim Burton fue monumental. En el 2001 quiso hacer un remake de la cinta original y le salió el tiro por la culata.
Mark Wahlberg, Tim Roth y Helena Bonham Carter fueron solo algunos de los actores que protagonizaron una cinta que no gustó para nada: fue El planeta de los simios (2001).
“Con la excepción de una escena de batalla, la película es monumentalmente estúpida”, dijo Peter Travers, de la revista Rolling Stone.
Fue un caso curioso. A la cinta de Burton no le fue tan mal en la taquilla, pero fue tan decepcionante el producto visual y su argumento que la 20th Century Fox no quiso apostarle más. El remake se quedó allí.
Renacimiento
Con críticas que van desde el 83% a 94% de opiniones positivas, la nueva trilogía de El planeta de los simios le dio un nuevo aire a la franquicia.
En el 2001, con la salida de la película El origen del planeta de los simios, de Rupert Wyatt, las nuevas generaciones volvieron a interesarse por la famosa historia.
La nueva trilogía es, en realidad, un reboot, o una reinvención de la franquicia. Se desarrolla en la Tierra y es César el protagonista principal.
La historia toma elementos de la serie original y la adapta a un secuencia que agrega las películas El amanecer del planeta de los simios (2014) y La guerra del planeta de los simios (2017), ambas de Matt Reeves.
“Película de impecable factura, arriesgada gama dramática, teniendo en cuenta sus ambiciones comerciales, e incuestionable mensaje político”, detalló el diario El País sobre la más reciente de las cintas.
Para los expertos, la trilogía ha tenido un cierre espectacular que, gracias a un fino arco argumental y al buen trato de los personajes, se ha ganado el respeto del mundo.
Incluso, la trilogía podría ser la gasolina que prolongue la fiebre de El planeta de los simios durante varias décadas más.
Reeves ha declarado que quiere seguir contando más historias y el personaje de Simio Malo (Steve Zahn), presentado en la última película, podría ser el pase a una nueva etapa.
“Podría ser sobre conflictos entre simios, no solo entre simios y humanos. Así que, para mí, hay muchas más historias emocionantes que contar y me encantaría contarlas”, dijo Reeves a Fandango.com
Si lo que dice Reeves es cierto, las esperaremos con ansias.