Marty McFly viajó al pasado en un DeLorean DMC-12, mi familia y yo lo hicimos en nuestro humilde Honda, modelo 95. No es broma, eso mismo pasó en Parque Viva el viernes por la noche, sin la necesidad de robar plutonio o tener a mano un condensador de flujo.
Impulsado por la curiosidad de ver cine desde de mi propio carro -costumbre que tuvo su apogeo en los años 60 y 70 en todo el mundo (incluyendo Costa Rica)-, a las 7 p.m. asistí a la función para invitados del Autocine Tsunami, que en la época del covid-19 y el distanciamiento social resurge con especial poder.
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El Centro Printea, ubicado en el corazón del Parque Viva, fue el escenario que nos recibió. La empresa Tsunami Productions había dispuesto todo para que al menos 177 carros (y todas las personas que en ellos pudieran caber), se apuntaran a la nostalgia y se sumergieran hasta el fondo en una travesía fílmica de dos horas.
¿La película que vimos?, pues una curiosamente simbólica: Volver al futuro (Back to the Future, 1985), la cinta de Robert Zemeckis que este año cumple 35 años de haberse estrenado.
Así que el escenario y la cinta eran las ideales. Ahora solo era cuestión de relajarse, inclinar el asiento un poco y disfrutar en pantalla grande de las locuras del doctor Emmett Brown (Christopher Lloyd) y los enredos del joven McFly (Michael J. Fox).
Así como Marty viajó a 1955, topándose de frente con sus padres y abuelos cuando eran jóvenes, estando en el autocine yo imaginé a los míos. Conociéndose, enamorándose y quien sabe qué cosas más. Fue en ese momento cuando comenzó la magia.
Un cine distinto.
Mi esposa y yo tenemos casi cuatro años de no ir al cine juntos. Al menos no de noche. Es más o menos el tiempo que tiene nuestra hija de haber nacido, por lo que ustedes podrán imaginarse el porqué no hemos vuelto.
El autocinema, por ende, se convirtió en una oportunidad de oro para nosotros. Le dimos de cenar temprano, le pusimos la pijama y la sentamos en la arrulladora silla de seguridad. Rápidamente cayó rendida.
A Parque Viva llegamos 45 minutos antes de la función, siguiendo las recomendaciones de los organizadores. De forma muy ordenada, varios guías identificados nos indicaron cómo y dónde parquear el carro, no sin antes tomarnos la temperatura.
Todo el personal, siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Salud, nos recibieron con mascarillas y todos los cuidados respectivos.
El Centro Printea, de Parque Viva, es un lugar muy espacioso y, dado que es techado, la lluvia nunca será un problema para ver la película. En otras palabras, no pasará nada de lo que sucedía en el recordado autocinema de Sabanilla, inaugurado a principios de los años 70.
Quienes vivieron aquellas épocas, cuentan que las instalaciones del viejo autocine estaban ubicadas en un lote baldío, todo enzacatado.
“La entrada era una callecita de lastre de doble vía, con carteles de películas a todo lo largo. Uno pagaba la entrada por vehículo, como un peaje. La proyección era atroz, oscurísima y superdesenfocada Además, la pantalla casi siempre estaba manchada por estar a la intemperie", escribió el tico Alexander Corrales, en el desaparecido sitio cinemania.co.cr.
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En ese sentido, el Autocine Tsunami es una experiencia completamente distinta. La imagen es sumamente clara y en formato digital. La película, además, se exhibe en una de las pantallas más grandes de Centroamérica, pues mide 18 metros de largo, por 9 metros de ancho.
Por si fuera poco, Tsunami Productions asegura que la pantalla cuenta con un sistema de doble proyección, que garantiza mayor nitidez.
Luego de limpiar el parabrisas un poco -como lo hicieron la mayoría de los conductores-, lo cierto es que mi esposa y yo disfrutamos de una proyección impecable. El sonido de la cinta, como se hacía en aquellos tiempos, llegó a nuestro carro por intermedio de la radio, así que todo perfecto.
Con tan solo un cambio de luces, un bote de palomitas, una gaseosa y varias comidas rápidas llegaron hasta la ventana del carro, lo que completó la experiencia. Después de todo, ir al cine, sin picar algo, es como no ir al cine.
Ojo a esto, que es importante: lo del cambio de luces no solo sirve para pedir comida, sino también para solicitar asistencia por cualquier eventualidad, incluso la de tener que irse en media función.
La intimidad del carro.
Como buen treintañero, y porque provengo de una zona rural, yo solo había visto los autocines en las películas de romance o comedia.
En esos filmes, mientras los actores de turno veían la película, memorables escenas de abrazos, besos y curiosos diálogos siempre me llamaron la atención. El automóvil es un espacio muy personal y eso se valora a la hora de ver una película.
Por ese mismo motivo, mi esposa y yo pudimos volver a ver una película en pantalla grande. Ya que si la ‘chiquitina’ se despertaba no iba interrumpir la función de nadie y, ‘chinearla’ en el asiento trasero, no sería un gran problema.
Además, ambos pudimos comentar la cinta como si estuviéramos en la sala de la casa, ya que al fin y al cabo el carro termina siendo una extensión del propio hogar. Experimentar esa libertad fue bonito, muy bonito.
Con respecto a la cinta hay poco que decir. Todos saben lo divertida e ingeniosa que es Volver al futuro, garantía absoluta de pasarla bien, no importa cuántas veces se haya visto.
Así que por la cinta, y por la experiencia global, ir al autocine de Parque Viva fue emocionante. No fue casualidad que al final de la función, en un acto espontáneo y muy emotivo de los asistentes, las bocinas de los carros comenzaron a sonar y los focos a prenderse y apagarse.
Otros sacaron sus manos por las ventanas para aplaudir, en agradecimiento por la velada. Imagino que muchos de esos conductores y, sus respectivos acompañantes, revivieron sus años de juventud en el famoso y mágico autocine. Un gran y nostálgico detalle, para cerrar la velada.
¡Anímese un día y cuente usted qué tal le va!.
Datos importantes:
Valor de la entrada: ₡15.000 (Este monto se cobra por carro y pueden asistir todas las personas que lo deseen, según la capacidad del mismo). En el lugar también podrá comprar alimentos y bebidas.
¿Dónde se compran los boletos?: En el sitio www.autocinetsunami.com está disponible la cartelera y la tiquetera electrónica.
¿Qué películas ofrece?: En su primera semana tienen disponible ET: el extraterrestre (1982), Volver al futuro (1985) y La gran estafa (2015).
Inauguración al público: martes 16 de junio.