Billy Cristal tenía una de las tareas más honorables, pero a la vez más difíciles de su vida.
El estadounidense, de 66 años, debía de rendirle tributo en la ceremonia de los premios Emmy a su mejor amigo, el actor Robin Williams, quien murió el 11 de agosto ahorcado con un cinturón.
Su discurso no duró más de tres minutos; fue directo porque fue extraño hablar de Williams en pasado.
“Ese genio que era en el escenario era el mejor amigo que uno podía tener. Te apoyaba, te quería; es muy complicado hablar de él como si no estuviera porque él sigue muy presente en mi vida”, aseguró.
Con mucha nostalgia, Cristal, quien apareció sobre el escenario con un traje entero negro, recordó algunos de los miles de momentos que pasaron juntos.
“Un día estábamos viendo béisbol. Le pregunté que cuál era su equipo favorito y me dijo que era San Francisco (equipo de fútbol americano). Me di cuenta que estaba tan perdido y que no sabía qué decía (...)”, mencionó.
Más adelante, agregó: “Él podía ser divertido en cualquier parte, cuando venía a reuniones familiares se sentaba con mis parientes inmigrantes y los trataba bien, no se creía más. Era como si fuera uno más de ellos”, contó.
Tomó aire para cerrar su discurso: “Su energía se extinguió, pero su luz brilla más que nunca y es tan intensa que te toca el corazón y te hace brillar los ojos”.
Previamente, el presentador Jimmy Kimmel había tomado el metro para llegar a la ceremonia usando los tirantes de Robin Williams en su papel de Mork.